Dos semanas de lucha contra Duque y el FMI ¡Colombia despertó!

El paro nacional que inició el pasado 21 de noviembre en Colombia generó un fuerte impulso de lucha a lo largo y ancho de todo el país, dos millones de personas salieron a las calles en contra del paquetazo de Duque impuesto por el Banco Mundial y el FMI, quienes pretenden llevar a cabo las reformas laboral, pensional y tributaria para garantizar el pago de la deuda externa que hoy representa el 54% del PIB del país. Es claro que Colombia se une a la fuerte lucha de los pueblos latinoamericanos contra el FMI y los gobiernos proimperialistas, siguiendo el camino de Ecuador contra Lenin Moreno, de Chile contra Piñera, de Nicaragua contra Ortega-Murillo y de Bolivia contra el golpe liderado por la burguesía y los Estados Unidos.
El gobierno de Duque es el más antipopular de los últimos 20 años, con un 69% de desaprobación ante la opinión pública y después de la enorme movilización del 21 N, el régimen respondió con una fuerte represión dejando varias muertes, centenares de heridos y un toque de queda. Sin embargo, ante este escenario la respuesta de la población fue contundente, esa misma noche en todas las ciudades del país se organizaron cacerolazos y diversas movilizaciones.
Desde entonces se organizan diversas y creativas formas de tomarse la calle y continuar la protesta. Definitivamente hay un antes y un después de esta histórica jornada, ya que fue precedido por el paro universitario a finales del 2018 liderado por el movimiento estudiantil en contra del congelamiento del presupuesto para la educación pública superior, el paro indígena y campesino al sur del país, por la movilización continua de docentes en contra de las regresivas reformas tributarias y la precaria situación laboral, la masacre de 18 niños ejecutada por el ejército en un bombardeo, lo cual llevo a la renuncia del ministro de defensa y por unas elecciones regionales donde quedo debilitado el proyecto derechista, proimperialista y paramilitar del uribismo, representado por el partido político del actual presidente, el Centro Democrático.
Ante la fuerza demostrada en las calles el 21N, el Comité Nacional de Paro compuesto por diversos movimientos sociales y las centrales sindicales, el 25 de noviembre tras la presión ejercida desde abajo se vio obligado a llamar a nuevas huelgas y aprovechando el estallido social, llamó a una mesa de negociación con el gobierno. Empero, Duque desconoció las exigencias e impuso su propia agenda reuniéndose primero con los sectores empresariales y mandatarios regionales, en consecuencia, lxs líderes sindicales y sociales se levantaron de la mesa llamando a continuar el Paro Nacional y a realizar una nueva jornada nacional el 4 de diciembre.
Ese mismo día, mientras el comité del paro se reunía con el gobierno, las calles estaban siendo tomadas a nivel nacional por las mujeres y disidencias sexuales, en contra de la violencia de género en conmemoración al día de la no violencia contra las mujeres, mostrando así que la cuarta ola de la lucha feminista internacional llego a Colombia para quedarse, poniendo en evidencia años de lucha por las reivindicaciones de las mujeres y las disidencias.
Durante dichas movilizaciones, la represión del ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) de la Policía Nacional, asesinó al joven Dylan Cruz de 18 años quien fue agredido con una aturdidora de fragmentación en su cabeza. Esta situación generó un enorme sentimiento de indignación y reforzó la exigencia de desmantelar esta fuerza represiva del Estado que se ha llevado durante años la vida más de 34 luchadores y luchadoras en el país. Esta exigencia no es menor, ya que hace parte de la denuncia en contra de los asesinatos sistemáticos de líderes y lideresas sociales por parte de fuerzas paraestatales y estatales, que ascienden a más de 600 desde 2016.


Debates y perspectivas


Las centrales obreras como la CUT y la CGT, por décadas se habían abstenido de llamar a realizar paros generales efectivos, concentrándose en movilizaciones domingueras, hoy están presionadas por la enorme movilización del pueblo que se toma las calles con o sin el llamado a paro por parte de ellas. El impulso de la lucha en las calles ha desbordado la capacidad de dirección de la burocracia sindical y otros sectores como el MOIR, quitándole capacidad para contenerla, sus aspiraciones para el 21N se reducían a una jornada de movilización formal y el 26N demostraron su atraso reuniéndose con el gobierno sin consultar en ningún espacio democrático de organización. Sin embargo, el ambiente de lucha latinoamericano, más la experiencia de lucha de los últimos años en el país, generó un resultado distinto y de continuidad. En los espacios de organización como el Comando Nacional de Paro, han intentado canalizar la lucha hacia el llamado al diálogo con el gobierno desconociendo el desarrollo de las protestas y sus exigencias reales. Afortunadamente, el movimiento se está organizando en cada uno de los barrios, universidades y territorios para seguir en la calle y exigir la salida de Duque, por tal motivo desde abajo se les exige, no sentarse con el gobierno ni siquiera a discutir el salario, planteando otro camino en lugar de reunirse con el gobierno, la coordinación de una agenda de acción y profundización del paro.
Por otro lado, históricamente los movimientos sociales en Colombia por décadas han tenido direcciones que promueven la conciliación y la reforma como máxima posibilidad de cambio a los problemas estructurales del país, distintos sectores como el partido progresista de Petro, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, el nuevo partido de las FARC, el MOIR y el Polo Democrático, entre otros, gracias a cierta influencia al interior del movimiento social y popular, llaman en medio de la situación continental a ponerse del lado de los proyectos “progresistas” como salida a las derechas y al gobierno de Duque, promoviendo la defensa de los supuestos gobiernos alternativos de Maduro, Correa, Evo, Ortega, Kirchner y Lula, que durante más de una década de gobernar no tomaron medidas anticapitalistas de fondo, profundizado la crisis capitalista por medio del extractivismo y el ajuste contra la clase trabajadora de manos del FMI, evidenciando procesos de derechización de sus políticas, siendo castigados por medio del voto en las elecciones e incluso huyendo de golpes imperialistas sin llamar a luchar.
Todo lo anterior revela la necesidad para poder avanzar en la lucha contra el régimen de derecha en Colombia. En ese sentido se hace cada vez más evidente la necesidad de una salida independiente del imperialismo, los empresarios y las iglesias, ya que los progresismos en última terminan tranzando con esos sectores.
Desde el 21N, el pueblo colombiano ha demostrado al interior del país y al mundo que posee la fuerza para derrotar el gobierno de Uribe-Duque, a sus fuerzas represivas (FFMM, ESMAD, Policía) y al paramilitarismo, abanderando las calles como el verdadero camino para lograr llevar a cabo todas nuestras reivindicaciones. Esto abre un nuevo panorama, la indignación y lucha acumulado por la juventud y un gran sector del pueblo colombiano generó un nivel de conciencia difícil de retroceder, en ese sentido es muy probable la materialización de nuevos escenarios de lucha. Por ende, el desafío principal debe centrarse en construir una nueva izquierda revolucionaria que ayude en cada espacio democrático de lucha a romper con todo aquello que no nos deja avanzar respecto a las exigencias del pueblo trabajador, indígena, Afro, campesino, estudiantil y a todas las reivindicaciones de las mujeres y las disidencias.
Necesitamos de una herramienta para ayudar a impulsar como iniciativa las asambleas barriales, campesinas e indigenas en los territorios como primer paso democrático desde abajo para luchar por una asamblea constituyente donde sea el pueblo quien decida todo y no los empresarios, los banqueros y los partidos del régimen abiertamente patronales y proimperialistas, te invitamos a conocer a la Liga Internacional Socialista y sumarte para darle vuelta a todo.

Impulso Colectivo Colombia / Liga Internacional Socialista

¡Fuera Duque, el FMI y el Banco Mundial! ¡Por una asamblea constituyente libre y soberana!
¡Por la autodeterminación de los pueblos!
¡Viva la lucha del pueblo latinoamericano, abajo el golpe patronal e imperialista a Bolivia!