El partido revolucionario y las tácticas políticas

Entre muchos otros debates que cruzaron la Conferencia del FIT-U estuvo uno referido a las tácticas políticas y su relación con la construcción de partidos revolucionarios. Dejamos nuestra opinión.

Escribe: Sergio García

Un intercambio sobre este tema necesita ser serio, de altura entre revolucionarios, alejado de chicanas y de un bajo nivel que, lamentablemente, se evidenció en tramos de la Conferencia. Por ejemplo escuchamos a referentes públicos del PTS, PO e IS lanzar supuestas denuncias sobre el MST que “estuvo con Pino Solanas”, lo mal que estuvo eso cuando el MST tenía “las puertas abiertas del FIT”, o lo equivocado de haber “integrado organizaciones del gobierno en Venezuela”. También escuchamos que el modelo del FIT-U es lo mejor para todo el mundo.

El método de debatir con falsedades y chicanas, es más afín a la militancia universitaria en tiempos de elecciones y colas de votación. Apoyarse en falacias y en una dosis de autoproclamación no conduce a nada positivo y demuestra cierta incapacidad de hacer debates teóricos y políticos profundos entre militantes y organizaciones de izquierda. Alejados de este método, en el MST opinamos desde otro lugar.

Debatimos sobre construcción de partidos, intervención en procesos reales donde interviene la vanguardia y el activismo de izquierda cuando todavía hace la experiencia con otras direcciones. Debatimos sobre tácticas políticas y su relación con la construcción de un partido revolucionario.

La presencia de la LIS y el MST deja claro que construimos todos los días partidos revolucionarios, es esa nuestra tarea estratégica a nivel nacional e internacional. Así lo hacemos en el MST y así lo hacen todas nuestras organizaciones hermanas. Los demás partidos del FIT-U dicen no tener diferencias sobre esto. Todos decimos, y la resolución votada también, que hay que construir organizaciones revolucionarias.

El punto en cuestión es otro; si en determinadas situaciones y procesos, tener tácticas políticas ayuda o no a fortalecer partidos revolucionarios y a debilitar a direcciones reformistas y posibilistas. O como creen algunos compañeros es mejor quedar por fuera de todo proceso que no sea 100% socialista y anticapitalista, y creer que así se combate a estas direcciones.

El PO y Brasil, la nada misma

Por ejemplo los compañeros de PO creen que en Brasil fue incorrecto fundar el PSOL y seguir dando una pelea allí adentro desde su ala izquierda y critican que hace años hagamos esto y proponen actuar por fuera. Olvidan un detalle; con su tesis política no han podido construir en estos mismos años nada en Brasil ni menos todavía hacer algo superior al PSOL. No pasan la prueba de la realidad: ¿Dónde está la organización revolucionaria que avanzó mucho por fuera del PSOL? En ningún lado. Mientras dentro del PSOL se está dando una fuerte lucha política contra su dirección mayoritaria, dentro de ese bloque de izquierda construimos nuestra organización revolucionaria y veremos más adelante como en común con otros avanzamos más, mientras damos una lucha política real desde la izquierda y no una inexistente desde Buenos Aires.

Por fuera de los procesos ¿Que se logra?

Por otra parte, los compañeros del PTS y la Fracción Trotskista cometen error similar en Venezuela. Critican a quienes decidimos tener años atrás tácticas sobre las organizaciones políticas del proceso revolucionario, haciéndolo de manera independiente, organizada y sin reconocer ninguna autoridad al gobierno que jamás integramos y siempre criticamos públicamente, como puede verse en nuestros materiales. Con esa táctica nuestra corriente es una realidad en Venezuela, incluso en situaciones muy difíciles. Los compañeros de la FT en el pico más avanzado del proceso, y ahora en su peor momento, siempre fueron un muy pequeño grupo de militantes, no pudieron superar ese estadío. Pero aconsejan con la supuesta autoridad de quien construyó una gran organización, algo que, en Venezuela, no es su caso.

Falsedades e incoherencias

Por otra parte IS explicó su crítica al MST y Proyecto Sur, táctica electoral de 2011. Pero lo hizo con falsedades e incoherencias. Hoy la sección peruana de la UIT-CI participa en el Frente Amplio cuyo programa tiene un claro tinte centroizquierdista y equivocado. Proyecto Sur de 2011 tenía una propuesta antiimperialista muy positiva basada en cinco causas que incluía no pagar la deuda, contra las corporaciones mineras, petroleras y las privatizadas entre otras cosas muy correctas, y por eso recibía el apoyo de base social de la izquierda, razón por la cual era correcto ser parte de ese movimiento y tener una táctica política frente al fenómeno y disputarlo. Y cuando Solanas fue abandonando ese programa, el MST cosechó en distintas provincias la intervención correcta que habíamos hecho al ser parte de ese proceso. La crítica incoherente y a destiempo que hoy hace IS no tiene nada que ver con Proyecto Sur, en realidad solo sirve para aplicársela a sí mismo, en lo que equivocadamente la UIT-CI hace ahora en Perú con un programa de centroizquierda.

IS además falsea la realidad cuando dice que el MST tenía las puertas abiertas del FIT. Nunca fue así. El FIT se conformó, dicho por sus fundadores, solo para poder superar las PASO. A partir de allí y tras un buen resultado electoral, tuvo una política cerrada durante todas las elecciones siguientes. De hecho el MST en 2013 y 2015 les propuso reiteradas veces hacer un acuerdo, en 2017 lo mismo, y tras su negativa se conformó Izquierda al Frente. Hicimos durante años numerosas cartas públicas y pedidos de reunión jamás aceptados por el FIT. Las “puertas abiertas” nunca existieron. Solo cuando el FIT comenzó a tener algunos resultados más bajos y el MST algunos mejores en varias provincias, se pudo avanzar en un acuerdo nacional.

Volviendo sobre las tácticas política en general y la contradicción de decir o hacer cosas distintas de lugar a lugar, está el ejemplo de los compañeros del PTS, que critican correctamente a quienes como el SU defienden la estrategia de partidos amplios, pero critican equivocadamente a quienes quieren tener una táctica sobre esas construcciones. Cuando a la vez ellos mismos participan en Francia en el NPA, que surgió impulsado por los inventores de la tesis de los partidos amplios. Nosotros somos coherentes; no criticamos que la FT-CI que integra el PTS haya participado este tiempo en el NPA, nos parece una táctica lícita. Lo incoherente es que lo hagan allí pero critiquen a quienes a veces impulsamos tácticas políticas similares en otros países, sin dejar nunca de construir nuestro partido revolucionario.

El FIT-U, avances y límites

Por último una reflexión sobre la propuesta de PO de hacer el FIT-U en todos los países, como gran receta. Como dijimos, no se trata de ir por el mundo con pedantería diciendo qué hacer, sin ver las realidades políticas, las tradiciones y fuerzas que actúan, la composición de la izquierda en cada lugar y la fuerza propia para impulsar tal o cual construcción. Eso es una concepción nacional trotskista de PO que a la vez tiene una cara oportunista. No podemos olvidar que el FIT Unidad es un paso importante, una conquista que hay que defender y fortalecer, pero que tiene mucho por mejorar y cambiar. Aún es un acuerdo de carácter electoral, es decir limitado e insuficiente. Todavía no actúa en común en la lucha de clases ni tiene una estrategia común para intervenir en todos los planos, como debería ser. Muchas veces priman las disputas y no un trabajo leal. Por eso no puede ser presentado al mundo como “el modelo a seguir”. Más bien tenemos que tratar de que mejore, cambie y avance mucho más. Si lográramos eso, tal vez podamos hacer un aporte mejor al movimiento internacional. Y para eso, entre otras cosas, hay que ver el mundo y aprender también de otras experiencias. Como también sería útil que en países como Chile, España, Venezuela o Francia, donde varias corrientes estamos, demos pasos concretos hacia frentes políticos e intervención común. Eso valdría más que mil palabras.

En resumen, construimos organizaciones revolucionarias internacionales y en cada país. Sobre esta base, siguiendo las mejores tradiciones del leninismo y el trotskismo, tenemos tácticas para empalmar mejor con franjas avanzadas de trabajadores y de la juventud. Podemos hacer experiencias, utilizar el entrismo, ser tendencia organizada en un movimiento más amplio, o ser parte de un frente si juega un rol positivo en una coyuntura aunque su programa no sea exactamente el nuestro. Precisamente por eso es una táctica, limitada en el tiempo, y no una estrategia. Utilizarlas audazmente es una forma más de contribuir a disputarle a las direcciones reformistas o centristas una franja de trabajadores y jóvenes, y de formar en ese combate político una fuerte camada de cuadros y militantes revolucionarios. La dinámica construcción internacional de la LIS, y el MST con un sólido trabajo implantado a lo largo del país, son un aporte y muestra de que construir partidos revolucionarios y desplegar tácticas políticas, son tareas complementarias y no contrapuestas.