Nicaragua: Cocibolca + cianuro = Ecocidio

Por Alternativa Anticapitalista

El 8 de octubre, Fundación del Río denunció el posible derramamiento en el lago Cocibolca de 10 a 25 quintales de cianuro, es decir 2200 y 5500 libras de este compuesto químico. Lo que podría constituir en un nuevo ecocidio, ahora dentro de la mayor reserva de agua dulce de Nicaragua, afectando también a la población que bebe de sus aguas. En especial las comunidades de San Carlos en la cercanía del naufragio.

Si contamina, no es progreso.

La noticia del naufragio de la embarcación con cianuro se conoció el 5 de Octubre, fue el Ejército Nacional quien dió el informe: “El 4 de octubre del 2020,… realizaron búsqueda, salvamento y rescate de 1 embarcación menor con 3 tripulantes a bordo, quienes naufragaron debido al mal tiempo en el lago de Cocibolca, a 4 millas náuticas al noroeste de la capitanía del Puerto del Municipio San Carlos”. Para tener una idea, esas 4 millas náuticas equivalen a un poco más de 7 kilómetros, ¡Nada!. Según el Ejército, sólo lograron rescatar con vida al capitán Dioniso Alvarez, y luego se conoció que “Yabran Francisco Aburto Diaz fue encontrado sin vida, mientras que Juan López Baéz aún se encuentra desaparecido.”

Como denuncia Fundación del Río, el Ejército deliberadamente no ha informado sobre el contenido peligroso que transportaba ilegalmente la embarcación, «y tampoco señala la ruta de contrabando ampliamente conocida en el municipio de San Carlos». La Fundación nos da una pista sobre el destino del cargamento siniestrado, indican que desde 2016 hasta 2019 han “documentado más de 100 molinos de extracción de oro ubicados principalmente en los municipios de San Carlos, El Castillo, Nueva Guinea, Bluefields y dentro de la Reserva Biológica Indio Maíz.»

No hace falta más para sacar conclusiones, detrás de este crimen contra la naturaleza y la población circundante al lago Cocibolca, además de Dioniso Alvarez, se encuentran los intereses de mineras como la canadiense B2Gold (que tercerizan en la zona con personas mineras artesanales) y del Ejército Nacional que actúa como garante estatal de estas actividades extractivas, depredatorias y contaminantes. Los compuestos de cianuro son transversales para la industria extractiva de metales como el oro. No está demás mencionar que el cianuro en diferentes niveles de exposición, es nocivo para la salud y puede llegar a ser mortal. No podemos seguir permitiendo que los intereses privados pongan en riesgo nuestra salud y de la naturaleza.

¿La salida? ¡A la izquierda! ¿cuál?

Marx en La ideología alemana plantea que “en cierto desarrollo de las fuerzas productivas, se llega a un estadio en el que las mismas en el marco de las relaciones existentes se transforman en fuerzas destructivas”. Este planteamiento que Marx no desarrolló, tiene total vigencia. Sobre todo si vemos los incendios “forestales” de las reservas biológicas, la depredación de la flora y fauna, la economía extractivista en toda América Latina y el sur global, y ahora derrames químicos en el preciado lago, dan muestras de la incompatibilidad del capitalismo con la mayoría de las personas. 

También es cierto que los impactos socioambientales de la sociedad capitalista, son datos contemporáneos, relativamente nuevos en agenda; No es casual las enormes movilizaciones alrededor del mundo, como lo fueron los “Friday for future”, encabezadas por Greta Thunberg, o las protestas de #SOSIndioMaiz que apuntalaron las jornadas de lucha en 2018 en Nicaragua. Ante eso la burguesía, la clase dominante, ofrece salidas maquilladas, como el Acuerdo de París.

Pero, problematicemos sobre algunas posiciones en el espectro a izquierda. En este campo político sobre lo socioambiental, hay confusión, y mucho reformismo. Los sectores que se reivindican del progresismo en general plantean un esquema reformista bastante típico. Plantean que países semicoloniales (o en “vías de desarrollo”) como los nuestros en América Latina, tienen que pasar por “las etapas” que pasaron los países con un alto desarrollo capitalista. Un paradigma etapista, como el planteado por Borón, o García Linera, sólo que dicha etapa dura un tiempo indeterminado, tremendo problema considerando la profundización de la crisis ambiental mundial. Personajes como estos explican que la tarea de la “liberación nacional-imperialista” pasa por compartir los réditos de renta con las industrias mineras, latifundios agroexportadores, grandes desarrolladores inmobiliarios, incluso versiones -en el mejor de los casos- de “economía mixta”. ¿La recuerdan?

Otro ejemplo de esto es el Green New Deal (tras la crisis de 1930, Roosvelt impulsó el New Deal, una serie de reformas para salvar la economía, hoy sólo lo pintan de verde). Este Nuevo Pacto Verde es impulsado por sectores como Bernie Sanders y la congresista Ocasio-Cortez del DSA en el Partido Demócrata, y hasta el “socialista” español Pedro Sanchez. Hablan de reducir los gases de efecto invernadero, “descarbonificar” el sistema productivo, mientras se pagan mejores salarios, y se mejora la salud y la educación. ¡Todo tuani!, ¿pero cómo? Con algunos “incentivos fiscales” a aquellas corporaciones que inicien la transición. En otras palabras, pagarles a las mismas transnacionales que nos tienen prácticamente en el punto de no retorno de un hecatombe ambiental, sin cuestionar siquiera el rol que ejercen sobre las políticas que respaldan su modo de producción (como el fracking respaldado tanto por Republicanos y Demócratas). Capitalismo Verde.

Hay otros sectores de la izquierda socialista, como el Partido Obrero argentino, un partido nacional-trotskista y dogmático, que dan una respuesta productivista, dejando en un segundo o tercer plano la cuestión ambiental. “Una solución” sólo atravesada por la clase. Así proponen el control obrero sobre la megaminería, el fracking, el agronegocio, etc… Creatividad revolucionaria: ¡Cero!

Nuestra propuesta: Ecosocialismo

Para nosotres, para encontrar una solución que dé respuesta integral a la problemática socioambiental, no puede quedarse a media, ni ser anacrónica. Nuestra perspectiva es concreta: ¡Si contamina, destruye, depreda: NO ES PROGRESO!

Ante un sistema que produce valores de cambio, es decir, cosas para vender; planteamos la producción de valores de uso, es decir, cosas necesarias socialmente. Surge entonces la pregunta: ¿quién dice que es útil socialmente? La mayoría. La clase obrera y el pueblo, en un amplio proceso deliberativo sobre lo político, económico y socioambiental. Así le arrancamos al mercado de decisión sobre qué y cómo producir, y por tanto consumir. Pasa entonces por tomar, en manos de la mayoría, los principales resortes/motores de la economía actual. Y ante la funcional estrategia “azul y blanca” de elecciones para solo sacar a Ortega y Murillo, oponemos la consigna de Asamblea Constituyente Libre, Soberana, Democrática y Plurinacional.

En discusiones con el Movimiento por la Descolonización de la Moskitia, MODEM, nos hicieron ver la imperante necesidad de nombrar no sólo “la tierra para quien la trabaja”, si no también “para quien la cuida y la habita ancestralmente” “con un enfoque bioético”, la cual desde Alternativa Anticapitalista, asumimos completamente. Por eso nuestra estrategia socialista está basada en igualdad de derechos para todas y todes con una variable transversal e innegociable: la protección, preservación del medioambiente y que “los recursos naturales” sean considerados sujetos de derecho, como también demanda MODEM. 

…en nuestras palabras: Socialismo ecológico, ¡Ecosocialismo!

Esto implica inexorablemente cuestionar los privilegios de la minoría económica en Nicaragua y Centroamérica. Pasa por prohibir las industrias contaminantes, extractivistas, y depredatorias, como la minería, el agronegocio-agrotóxicos, la ganadería industrial, la cementación/urbanización anárquica, hasta la publicidad consumista.

Ante esto, queda otra interrogante, ¿qué pasa con los sectores trabajadores de esas industrias? Reconversión laboral, y que no se quede ahí, es menester garantizar el pleno empleo repartiendo las horas de trabajo, que como consecuencia significaria la reducción de la jornada laboral, apoyándonos de las nuevas tecnologías para así también garantizar igual y mejores salarios. Ese es nuestro horizonte, nuestra hipótesis estratégica. Avanzar así a reducir el volumen de lo producido en la lógica capitalista.  Garantizar alimentos suficientes, saludables y accesibles. Sustituir el negocio de la publicidad capitalista por el derecho social a la información libre y plural. Sistema energético basado en energía limpia y renovable. Sistema de transporte público y estatal con control social de sus trabajadores y usuarixs, con el fin de desincentivar el uso individual de automotores. Garantizar la tan postergada autonomía regional. Y la cooperación internacionalista entre los pueblos, no con sus instituciones transestatales como el SICA, OEA, ONU.

Esas son algunas líneas para pensar una visión (para nada utópica), para la construcción de un programa político ecosocialista y anticapitalista, nada que ver con esos vehículos electoreros como la Coalición Nacional y sus componentes. Vehículos que están siendo utilizados por los socios del orteguismo: empresarios y politiqueros oportunistas. Nosotres ponemos cara a ese desafío, un desafío donde las juventudes, los pueblos originarios y las expresiones defensoras de los derechos ambientales son la vanguardia de esa lucha. Esto es parte nuestro aporte para la construcción de una Alternativa Anticapitalista, para disputar el poder -real- para la mayoría social. Construyamos juntes esta perspectiva.