Pakistán: El sufrimiento de los trabajadores y la acción colectiva contra las políticas dictadas por el FMI

Por Umar Shahid

Pakistán atraviesa una crisis económica y social sin precedentes; esta crisis ha sacudido el tejido social. La economía se está contrayendo, el desempleo está creciendo y varios sectores de negocios están en crisis junto con la desaceleración económica y la alta inflación. Esta catástrofe económica ha provocado una devastación social en toda la sociedad. Los últimos dos años del actual gobierno de Pakistan Tehreek Insaaf (PTI) demostraron ser la peor pesadilla para el pueblo paquistaní. La clase dominante está impulsando la agenda neoliberal agresivamente en el país. Con privatizaciones masivas, recortes y ajustes en las instituciones públicas, está causando más desastres en una estructura que ya se está desmoronando. Pakistán registró una tasa de crecimiento negativa por primera vez desde 1951-52, mientras que en 2018 el crecimiento del PIB fue de alrededor del 5,8%. La contracción de la economía, la caída de los ingresos junto con la devaluación de la moneda están provocando una catástrofe. Durante esta devastación económica, la pandemia de COVID ha acelerado aún más la recesión de la economía. Lejos de los datos macroeconómicos de fantasía, las verdaderas víctimas de esta caída económica son la gente común y la clase trabajadora. La mayoría de la población no tiene acceso a necesidades básicas como alimentos, vivienda o salud. Debido a los bloqueos y restricciones comerciales en el país y sus principales mercados de exportación, en solo dos meses, 2,45 millones más sufren ahora de inseguridad alimentaria. Según las estadísticas oficiales, un tercio de la población del país vive por debajo del umbral de la pobreza, mientras que el 66% de la población, o 145 millones de personas, vive en la pobreza, necesita ayuda inmediata. Una encuesta reciente de Gallup Pakistán revela que más de diecisiete millones de personas pueden quedar desocupadas en medio de la crisis de COVID-19 y la tasa de desempleo podría llegar al 28 por ciento. La encuesta oficial de población activa de Pakistán revela una tasa de desempleo por encima del 43,73 por ciento en el grupo etario de 20 a 29 años. En esta sombría situación social, el gobierno aprobó el Presupuesto Federal 2020. Este fue un ejemplo clásico de las políticas draconianas del FMI; medidas de austeridad para la clase trabajadora y protección para los lujos de los ricos. El FMI aboga por una reducción del déficit de la cuenta corriente apretando el cinturón y reduciendo los “gastos no necesarios”. Sin embargo, debido a las debilidades del movimiento obrero en general en el país, los trabajadores han sido vulnerables a los continuos ataques de la clase dominante en forma de despidos, recortes salariales y trabajo precario. Según los analistas serios, este presupuesto es más expresión de deseo que real, con objetivos y medidas de ingresos poco realistas.

Pakistán se enfrenta a una situación de virtual encierro de deuda debido a los elevados déficits fiscales. La clase gobernante tenía la intención de privatizar todas sus instituciones y, en nombre del ajuste, reducir la fuerza laboral en las instituciones públicas. El proceso de reducción de personal ha comenzado en Pakistan Steel Mills (siderúrgica estatal), Pakistan Railways (ferrocarriles), Pakistan Tourism Development Corporation (agencia de desarrollo del turismo) y Pakistan Television Network (televisión pública). Asimismo, el Gobierno ha iniciado el proceso de “redimensionamiento adecuado” de la cantidad de empleados federales, que asciende actualmente a 680.000 en numerosos departamentos del gobierno federal, y prevé reducirlo en un 50 por ciento. Por un lado, la pandemia ha desatado la peor forma de miseria económica y el mercado laboral está muy saturado. Durante estos tiempos, será una masacre social masiva. El aumento de los costos de vida hizo imposible que la gente pudiera pagar las necesidades básicas para vivir.

Sin embargo, esta crisis económica y los continuos ataques económicos han desatado una nueva ola de protestas y huelgas. Como escribió Lenin en su famoso artículo, Material inflamable en la política mundial,

El movimiento revolucionario en varios países europeos y asiáticos se ha hecho sentir últimamente con tanta fuerza que vemos ante nosotros los contornos bastante claros de una etapa nueva e incomparablemente superior en la lucha proletaria internacional”.

Estas palabras son tan fieles a nuestro movimiento actual en Pakistán. Estas luchas serán el despertar de un gigante dormido, toda la clase trabajadora. Aquí describimos brevemente algunas de estas luchas;

Los profesionales de la salud se esfuerzan por obtener EPP (equipos de protección personal)

La pandemia ha puesto de manifiesto las contradicciones del sistema de salud basado en las ganancias. Pakistán ocupa el lugar 154 entre 195 países en términos de calidad y accesibilidad de la atención médica, la proporción de médicos por paciente en Pakistán es de 1:1300, la proporción médico-enfermeros es de 1:2,7, muy por debajo de los estándares de la OMS. Además, Pakistán figura como uno de los 57 países con una deficiencia crítica de personal sanitario. Sin embargo, el gobierno está persiguiendo agresivamente una política de privatización de todo el sistema de salud, a través de las infames leyes del Instituto de Enseñanza Médica en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y en la provincia de Punjab quiere traspasar todos los hospitales públicos al sector privado.

Las prioridades de la clase dominante paquistaní quedaron al descubierto cuando los profesionales de la salud, los luchadores de primera línea contra la pandemia, comenzaron a alzar la voz para solicitar el suministro de equipos de protección personal básica (EPP). Los médicos, enfermeros y personal paramédico organizados bajo el paraguas de la Gran Alianza de Salud (GHA) comenzaron a protestar por la provisión de instalaciones de salud mientras atendían a los pacientes en los hospitales. En todo el país y en las cuatro provincias, incluida Gilgit-Baltistán, los profesionales de la salud salieron a las calles para protestar por sus reclamos. En lugar de resolver sus problemas, los médicos fueron torturados y arrestados. Después de la presión que ejerció el movimiento y el apoyo público que recibieron, ganaron algunas de sus demandas, pero la lucha continúa. Los médicos jóvenes detenidos en Cachemira siguen luchando por sus demandas. Durante la pandemia, estos combatientes de primera línea son los más vulnerables y expuestos a la enfermedad, pero el Gobierno niega sus demandas.

Protestas de trabajadores del sector privado

Después de la crisis de COVID, la primera sacudida económica vino del sector privado. Muchos trabajadores permanentes han sido despedidos y arrojados a la miseria de las fuerzas del mercado. El Ministerio de Finanzas de Pakistán reveló recientemente que se estima que 3 millones podrían perder sus trabajos debido a la pandemia, un millón del sector industrial y 2 millones del sector de servicios. Muchos de los que trabajaban con salarios diarios o trabajos temporales se encontraron ante la difícil elección de morir de hambre o de la pandemia. Las exportaciones de Pakistán se componen principalmente de productos textiles. Sus principales mercados son Europa y Estados Unidos y debido a los bloqueos en esos mercados, las marcas internacionales han frenado los pedidos, incluso muchas fábricas paquistaníes vieron cancelados sus pedidos de exportación. Los propietarios de las fábricas textiles no esperan que la demanda se recupere nuevamente en un mundo pospandémico. Estos propietarios están trasladando efectivamente toda esta carga económica a sus trabajadores. En todo el país, los trabajadores fueron obligados a regresar a casa con licencias no remuneradas, que son despidos encubiertos, y los propietarios de las fábricas se negaron a pagarles sus cuotas pasadas. Todos estos factores se incubaron en la ira de los trabajadores, que han comenzado protestas combativas por sus demandas. La lucha principal tuvo lugar en Denim Textile Karachi, Sapphire Textiles Sheikhupura, US Apparel Lahore, ChenOne Lahore y Kaasim Garments Karachi. En muchos lugares, los trabajadores fueron tan combativos con sus demandas que no se dieron por vencidos. La dirección de la fábrica recurrió a la ayuda del Estado. Se llamó a la policía y esta abrió fuego contra los trabajadores que protestaban. En muchos lugares, esta brutalidad estatal fue expuesta a los trabajadores. De manera similar, los trabajadores del grupo más grande de Pakistán, Ibrahim Fiber Limited, siguen protestando desde marzo contra sus despidos forzosos y salarios impagos.

Lucha contra la privatización

Incluso cuando muchos estaban ocupados enfrentando la pandemia, el Gobierno seguía presionando agresivamente por su programa neoliberal. Las primeras reducciones se ordenaron en Pakistan Steel Mills el 3 de junio. Desde entonces, los trabajadores de Pakistan Steel Mills han estado luchando en las calles y en los tribunales contra esta medida. Este episodio se repitió en la Autoridad de Aviación Civil (CAA), la institución pública que administra todos los aeropuertos del país y brinda excelentes servicios a las aerolíneas. El gobierno está tratando de separar a la CAA en dos instituciones independientes y su departamento de servicios aeroportuarios se subcontrataría a contratistas privados. Según los empleados de la CAA, este plan es desastroso no solo para los trabajadores sino también para el país. Muchos aeropuertos pequeños se cerrarían debido a su baja rentabilidad y una gran cantidad de población tendría que viajar largas millas hasta aeropuertos más lejanos, lo que también tendría un impacto negativo en las economías locales. Es una farsa que el primer ministro quiera proyectar a Pakistán como un destino turístico mientras cierra la aerolínea nacional Pakistan International Airline (PIA) y la agencia de turismo Pakistan Tourism Development Corporation. El peor tipo de campaña contra los pilotos y trabajadores de la PIA se lanzó después del último accidente de la aerolínea. Mediante el asesinato deliberado de trabajadores e instituciones públicas, el gobierno quiere entregar activos públicos a privados amigos para obtener ganancias. El cierre de todos los moteles de PTDC y los despidos forzosos de sus 450 trabajadores son la misma historia. El hotel Roosevelt de la PIA en Nueva York es una propiedad de primera en Manhattan y supuestamente la corporación de Donald Trump también está interesada en comprar esa propiedad. El histórico PTDC Flashman Hotel Rawalpindi y sus otras propiedades valen miles de millones de rupias. Muchos inversores privados quieren hacerse cargo de estas propiedades a cambio de sus beneficios. En el último episodio se anunció el recorte en Pakistan Railways. En el pasado, el experimento de trenes privados ha fracasado miserablemente, pero el gobierno tiene la intención de utilizar las propiedades de los trenes para que los inversores privados construyan centros comerciales y hoteles. También quiere despedir por la fuerza a miles de empleados ferroviarios. En una medida reciente, se ordenaron 2600 despidos en PTV y la mitad de la fuerza laboral de la PIA. Pero los trabajadores se están moviendo contra los diseños anti-obreros del gobierno.

Lucha contra el presupuesto del FMI

El Presupuesto federal fue como un rayo para todos los empleados estatales, ya que el gobierno no anunció ningún aumento salarial. Anunciaron la «reforma» de las pensiones y la reducción de la edad de jubilación. Las reformas están destinadas a la jubilación anticipada con muy poca o ninguna pensión. En las últimas instrucciones, el gobierno quiere acabar con el aumento de sueldo anual y la abolición de las vacantes. Será un desastre para la clase trabajadora y los jóvenes desocupados. El trabajo en el Estado se consideraba un empleo seguro y bien remunerado, pero todo eso ya pasó. Todas las nuevas contrataciones en los sectores estatales se realizarán mediante contrato sin prestaciones de jubilación. Significa que los ataques furiosos a los empleados actuales, así como a muchos aspirantes jóvenes que querían unirse a los servicios estatales, no tendrán otra opción. El presupuesto desató una nueva ola de movimientos, ya que millones de empleados estatales unidos en la Asociación de Empleados de Pakistán (APCA) y otras federaciones de empleados estatales salieron a las calles para protestar contra los ataques propuestos contra la clase trabajadora. En este sentido, desde el 13 de junio, 8 sindicatos de Ferrocarriles se han organizado bajo el paraguas de Rail Mazdoor Ittihad (Ferroviarios Unidos). Rail Mazdoor Ittihad está llevando a cabo una protesta en diferentes estaciones de ferrocarril a diario y APCA está realizando una huelga completa todos los miércoles.

A pesar de que la dirección central del sindicato de trabajadores de la electricidad más grande de Pakistán, WAPDA Hydro Electric Union, no hizo un llamado, la dirección regional de Khyber Pakhtunkhwa realizó grandes reuniones públicas contra la privatización propuesta de PESCO (Peshawar Electricity Supply Corporation) en toda la provincia en julio. Esta es una expresión del ánimo combativo de la clase trabajadora.

Lucha organizada

Los trabajadores conscientes han entendido plenamente que la clase dominante no tiene nada para ellos. En cambio, está recuperando todo lo que se ganó a lo largo de luchas centenarias. Para silenciar las voces de los trabajadores al comienzo de la pandemia, se promulgó la Ley de Servicios Esenciales en muchas instituciones del sector público, incluida la PIA, Servicios Públicos y otras. Al mismo tiempo, los tribunales de Pakistán emiten repetidamente órdenes contra los sindicatos. Debido a la pandemia, las leyes se utilizan efectivamente para frenar las voces de los trabajadores. Se registran muchos casos policiales en su contra. Ahora la situación es tan patética que un ex dirigente sindical de NADRA, Raza Khan Swati, fue destituido de su cargo solo por una publicación en redes sociales. También expone la naturaleza frágil del Estado paquistaní.

Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos y dificultades, los trabajadores están decididos a luchar contra viento y marea. En este contexto, la Campaña de Defensa Sindical de Pakistán (PTUDC) asumió la tarea de unir a todos los trabajadores e iniciar la lucha organizada. Incluso durante la pandemia, ña PTUDC se mantuvo firme junto a toda la clase trabajadora de Pakistán. En los últimos dos meses, se realizaron tres protestas a nivel nacional contra los recortes, las políticas del FMI y el capitalismo. Como un paso hacia la unidad de los trabajadores, los principales sindicatos y organizaciones obreras de Pakistán como PTUDC, Peoples Unity PIA, Employees Unity CAA, Trade Union Alliance Pakistan Steel Mills, APCA Pakistán, Government Employees Federation of Pakistan, Paramedical Staff Association, PTCL Workers Ittihad Federation CBA , PTDC Employees Union, Punjab Professors & Lecturer Association, Punjab Teachers Union, Rail Mazdoor Ittihad, All Pakistan Pensioner Association, PTV Workers, Radio Pakistan Workers, Pakistan Medical Association, Hotels Unions y otros 50 sindicatos se reunieron en Lahore el 21 de julio para discutir la formación de una alianza a nivel nacional contra las privatizaciones y las políticas del FMI. El 23 de julio, en una reunión de Rawalpindi, se formó la alianza “All Pakistan Employees Labor Movement” (Movimiento Obrero de los Trabajadores de Todo Pakistán). La membresía total de estos sindicatos es de más de cuatro millones. En los próximos días están previstas más reuniones en otras ciudades de Pakistán.

Se elaboró ​​un Pliego de Reivindicaciones unánime de 12 puntos, que exige: los planes para reducir la edad de jubilación de los empleados estatales deben ser abandonados, los recortes y los despidos forzosos deben detenerse de inmediato. La privatización de todas las instituciones públicas, incluidas PIA y Steel Mills, debe detenerse de inmediato. Los sueldos de todos los empleados deberían incrementarse en un 100 por ciento en proporción a la inflación. Se debe disolver la Comisión de Privatización y renacionalizar todas las instituciones que han sido privatizadas en las últimas cinco décadas. Todos los trabajadores subcontratados deben ser permanentes con todos los beneficios. Los planes para dividir la Autoridad de Aviación Civil y la subcontratación de aeropuertos deben detenerse de inmediato. La Ley de Servicios Esenciales en todas las demás instituciones, incluidas los Servicios Públicos, debe abolirse de inmediato. Duplicar el salario mínimo y gradualmente igualar el precio de 10 gramos de oro. Mientras se implementa la emergencia educativa y médica en el país, el presupuesto de ambos sectores debe incrementarse en un 20 por ciento. La decisión de abolir el incremento anual debe retirarse inmediatamente.

Tomando el llamado de Rail Mazdoor Ittihad a una huelga completa “palo en la rueda” el 5 de agosto, todos los sindicatos acordaron tener un día de acción colectivo el 5 de agosto. En este día, junto con la huelga “palo en la rueda” de los trabajadores de los ferrocarriles en todo Pakistán, los empleados cerrarán las oficinas estatales y todos los servicios de los aeropuertos se detendrán. En cada oficina estatal se observará una protesta. Este es un paso importante en la historia reciente de Pakistán, ya que expresa el estado de ánimo de la clase trabajadora. Después del movimiento de 2007-08, que fue liquidado democráticamente por el gobierno del Partido Popular de Pakistán, nuevamente el movimiento de la clase trabajadora está en la superficie y se está discutiendo en agenda mediática. Creemos que esta acción colectiva de la clase trabajadora hará avanzar el movimiento, dejará un impacto eterno en el movimiento obrero y allanará el camino para la transformación socialista de la sociedad.