De la esclavitud a la libertad, tercera parte: Martin Luther King, los 60 y la lucha política.

Por German Gómez

Enero de 1929 ya empezaba a mostrar signos del agotamiento de la producción capitalista, que estallaría en octubre de ese mismo año produciendo la llamada “gran depresión”, que afectaría económica y socialmente al mundo, pero sobre todo a EEUU. También en ese enero, nacería una de las figuras más emblemáticas de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en Norteamérica, el reverendo Martin Luther King. Este 15 de enero se cumplen 92 años de su nacimiento y recordamos su lucha y su época.

En diciembre de 1955, una mujer afroamericana, Rosa Parks, se negaba a ceder el asiento reservado a las personas blancas de un autobús, generando un escándalo que terminaría en los medios de comunicación. Con ese pequeño acto de resistencia, se iniciaba un nuevo ascenso de las luchas que los afroamericanos habían impulsado hace casi 90 años, desde el final de la guerra civil. En ese ascenso, una de las figuras más reconocidas y con mayor peso político, sería el reverendo de la Iglesia Bautista, Martin Luther King. La irrupción en la escena política de su figura surgiría con la organización de un boicot a las empresas de transportes de pasajeros en Montgomery, Alabama. El boicot tuvo un éxito, la Corte Suprema obligó a eliminar por completo la segregación en el transporte, pero a la vez fue un éxito simbólico porque se lograba en el corazón del sur confederado.

El reverendo, que seguía los pasos de su padre desde pequeño, convirtiéndose en predicador, solía mezclar las lecturas religiosas con lecturas sobre la realidad que sufría su pueblo. A las injusticias le encontraba una explicación religiosa, pero también de acción, haciendo crecer exponencialmente la asistencia a su iglesia y siendo un referente respetado por las comunidades del sur, profundamente explotadas a la vez que profundamente religiosas. Su carisma era evidente y sería parte fundamental de su vida política.

La figura de King fue considerada como uno de los representantes más importantes de los afroamericanos, porque conjugaba una serie de factores que lo hacían atractivo para las masas y para los medios. Por un lado su posición “pacifista” que explotaba condenando la violencia sufrida por el pueblo afro, pero al mismo tiempo que pugnaba por la resistencia pacífica, al igual que Mahatma Gandhi[1], a quien solía marcar como ejemplo. Por otro lado, su gran oratoria que producía que discursos de horas pudieran ser escuchados por miles sin perder atención. Pero también era visto con simpatía por un gran sector blanco, porque no cuestionaba de fondo al sistema capitalista, o al “American way of life[2] sino que exigía una participación equitativa de la población sin importar su color, hablaba de un capitalismo para todos, más cercano a las ideas socialdemócratas.

El crecimiento de la figura de King tendría su máxima expresión en la Marcha Sobre Washington por la Libertad y el Trabajo del 28 de agosto del 1963. La misma no fue una marcha organizada con un programa concreto, ya que un grupo de organizadores apoyaban la agenda del presidente Kennedy, mientras otros iban a denunciarlo. Lo que sí estaba claro es que el poder de movilización del movimiento por los derechos civiles estaba en su apogeo. Ante casi 300.000 personas reunidas, King dio su discurso más famoso, que es conocido como “Tengo un sueño”[3]  en el cual planteaba como expresión de deseo una sociedad donde los blancos y los negros, pudieran vivir armoniósamente como iguales. Este discurso sería una de las más grandes declaraciones de principios de la época, además de valerle el premio Nobel de la paz de 1964.

¿La otra mejilla o el otro puño?

Sin embargo la figura de King y su posición política no fueron las que monopolizaron el ascenso.

Desde inicios del siglo XX, ya existían organizaciones que luchaban por los derechos de las personas de color y contra los atropellos que sufrían constantemente. La más reconocida fue la NAACP[4] (Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color, según sus siglas en inglés) fundada por William Edward Du Bois, uno de los padres de la lucha política organizada de las personas afroamericanas, la cual sostenía «Para promover la igualdad de derechos y para erradicar los prejuicios de casta y raza entre los ciudadanos de Estados Unidos. Para avanzar el interés de los ciudadanos de color, para asegurarles un sufragio imparcial, y aumentar sus oportunidades para asegurar la justicia en los tribunales, educación para los niños, empleo según su capacidad y completa igualdad ante la ley».[5]

En la otra vereda estaba el jamaiquino Marcus Garvey, quien sostenía la idea del “regreso a África” y proponía que todos los descendientes de esclavos se trasladaran nuevamente a su continente original, incluso proponiendo crear una línea marítima “negra” la Black Star Line, para lograr su cometido.[6]

Esta divergencia entre ser parte o irse, entre el pacifismo o la violencia nunca se saldó. Mientras el reverendo King sostenía el pacifismo y el integracionismo, existían otras figuras que planteaban lo contrario y disputaban la dirección de las masas. La más relevante fue Malcolm X (nacido como Malcolm Little) quien pertenecía a la “nación del Islam”, una agrupación religiosa y política que planteaba que la respuesta a la violencia sufrida era defenderse con la misma violencia, que en la Norteamérica blanca jamás iba a existir lugar para los negros y que sostenía la construcción de una nación propia dentro de EEUU. Retomaban los viejos debates de Garvey y Du Bois.

Sin embargo, para 1965 y junto a la irrupción de les jóvenes en su conjunto en contra de la guerra de Vietnam, también aparecería un sector más ligado a ese movimiento donde se encontraban las ideas del “Black Power”[7], la lucha que planteaba Malcolm X pero también la disputa política encarnada en las ideas de Marx y el Che Guevara, el partido de las Panteras Negras de Huey Newton y Bobby Seale. Originalmente comenzaron realizando actividades de autodefensa (sobre todo de los abusos policiales) pero se fueron extendiendo a acciones sociales y territoriales. Para 1970 las Panteras Negras eran una organización política con muchísimo peso en la juventud que ligaba las cuestiones raciales con las cuestiones de clase. Esto lo puso en la mira del FBI que comenzó una serie de operaciones de contrainteligencia (COINTELPRO)[8] para desacreditar a la organización ante la opinión pública. Estas acciones fueron efectivas y lograron que para 1972 el partido estuviera prácticamente extinto.

Avances y retrocesos

La lucha impulsada por Luther King, Malcolm X y muchísimos otros dio sus frutos en 1965, una década después del desacato de Rosa Parks, cuando finalmente con la redacción de la nueva acta de los derechos civiles se daba por finalizada la segregación[9] racial y se derogaban todas las leyes “jim crow”[10] que aún quedaban en pie. Se lograba por primera vez desde el final de la guerra civil el estatus de ciudadano para todos los habitantes del país sin ningún tipo de distinción racial. El movimiento por los derechos civiles de las minorías raciales parecía que podía empezar a tomar las demás tareas políticas de su clase, pero la burguesía no los iba a dejar ir más allá.

El 4 de abril de 1968, Martin Luther King sería asesinado por un racista blanco cuando apoyaba una huelga de recolectores de residuos en Memphis, Tennessee. Un acto más de la reacción social de los sectores más conservadores y podridos que ya se había cobrado la vida de Malcolm X en 1965 y de otros dirigentes a lo largo de la década. La lucha que King y tantos otros habían llevado adelante, le había dado un nuevo abanico de posibilidades a las personas de color, pero el fin de la segregación no les garantizaba que el acceso a esos derechos fuera simple.

La década de 1960 y la figura de Martin Luther King fueron uno de los puntos más altos en la lucha del pueblo afroamericano, donde pudieron derrotar finalmente a la segregación, pero al mismo tiempo siguieron enfrentando el racismo sistémico del capitalismo norteamericano. Durante la década de los 70 y sobre todo luego de la crisis del petróleo de 1973, la desocupación y la crisis social golpearían aun más fuerte a la población afroamericana. A pesar de ser legalmente iguales, el rol que el sistema les deparaba era el de ser el fusible para expiar políticamente las crisis. La libertad aún encontraba un escollo mas, el capitalismo y sus ajustes a los trabajadores.


[1] Mahatma Gandhi (1869-1948), líder indio que encabezó la lucha por la independencia de su país, utilizaba el método de “resistencia pacífica” el cual consistía en quedarse impávido ante la represión.

[2] Nombre que se utilizaba para nombrar el estereotipo consumista de familia norteamericana, propagandísticamente utilizada contra la URSS durante la guerra fría.

[3]I have a Dream”, discurso completo en la página del diario El Mundo de España.

[4] La NAACP estaba conformada tanto por ciudadanos afroamericanos como caucásicos, bregaban por la integración de ambas etnias.

[5] 1er congreso de la NAACP, carta a la ciudadanía 30 de mayo de 1911.

[6] Las ideas de Garvey se basaban en la experiencia del país africano conocido como Liberia, que se inició como una colonia de EEUU en África y fue salvoconducto de miles de libertos previo a la guerra civil.

[7] El Black Power, fue un movimiento social, cultural y artístico que se centraba en la apreciación de la cultura africana, y el revalorizar las costumbres de los antepasados esclavos.

[8] COINTELPRO (Propaganda de contra inteligencia, por sus siglas en inglés) fue un programa del FBI que se desarrolló infiltrando organizaciones de izquierda o “peligrosas” para producir hechos ajenos a las mismas pero se las adjudicaban para desacreditarlas frente a la opinión pública.

[9] Por segregación se entiende a la política de “iguales pero separados” que ofrecía a la población afroamericana servicios de menor calidad.

[10] Jim Crow era el nombre que se le daba popularmente a las leyes de segregación racial.