El Arte no es delito. Abajo las monarquías y dictaduras fascistas

“Muerte al régimen, que deja en los huesos

A la justicia teniéndonos presos

Que su inquisición me lleve a la hoguera

Las llamas les esperan encendiendo la rabia obrera

Yo nunca estaré en la cárcel del miedo

Somos capaces de parar lo que hacen, créelo”…

“ Ni Felipe VI”- Pablo Hasél

Por Alternativa Anticapitalista Nicaragua

La reciente detención y encarcelamiento del rapero antifascista catalán Pablo Hasél, el pasado 16 de febrero, ha encendido todas las alarmas posibles por la defensa de la libertad de expresión y el arte crítico. Se volvió a poner de manifiesto la insostenible careta antidemocrática de la monarquía española, quién acusó al artista de “enaltecimiento del terrorismo” e “injurias a la Corona”, (mientras Juan Carlos I se encuentra en los Emiratos Árabes huyendo de la justicia por blanqueo de capitales). Este hecho pone énfasis en la carga postfranquista del régimen del ´78 en España, su espectro autoritario y represivo; y sobre todo la urgencia de Unidad en acción para desmantelarlo.

El apoyo masivo que ha recibido Hasél por otros artistas, e internacionalmente, pero principalmente por la población y las juventudes, se ha manifestado en marchas masivas en distintas regiones de un Estado Español donde se acumulan las tensiones por las desigualdades sociales, la pobreza creciente y el recorte de derechos democráticos; sumado a la REPRESIÓN, censura y cárcel de voces disidentes y críticas al régimen.

Si vas leyendo esto y no podes evitar hacer comparaciones con Nicaragua, es que tenés motivos de sobra. Vemos de forma continua como los distintos Estados, en defensa de los privilegios de las élites políticas y económicas, activan fuerzas represivas como policías- leyes- ejércitos- grupos de choque para desarticular cualquier tipo de levantamiento popular, cuando la fuerza de las manifestaciones sociales y culturales se toman las calles luchando por  derechos y libertades. 

En los regímenes autoritarios, toda la estructura estatal y sus instituciones están diseñadas para justificar la represión a la población y acallar cualquier reclamo. Tanto la polícia como el aparato judicial tienen resposabilidad directa sobre la impunidad que permiten en casos de brutalidad policial/judicial; lo que ha dejado consecuencias gravísimas como prisión política, ejecuciones extrajudiciales, masacres, torturas, abuso sexual, mutilaciones oculares y otros crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado. 

En Nicaragua tenemos cientos de casos de abusos autoritarios y violencia extrema a manos de la dictadura Ortega-Murillo. No olvidamos que fue el régimen quién en 2018 asesinó al rapero de 24 años Franco Valdivia Machado, alias RENFÁN; esteliano, Rapero, estudiante de derecho, padre de una niña  y trabajador migrante de la construcción en Costa Rica. Luego de dispararle desde un edificio público, los paramilitares lo arrastraron por las calles de Estelí, claramente infundidos por el odio de la élite política que se pretende eternizar en el poder. 

Otros casos igual de dramáticos son el de Gerald Vasquez, Estudiante y bailarín popular de 20 años, asesinado en el ataque de paramilitares a la Divina Misericordia el 13 de julio de 2018. Y también el caso de Marcelo Mayorga, quién interpretaba danzas del Torovenado, y fue asesinado el 19 de junio de 2018 en la “Operación limpieza” coordinada por Policía Nacional y paramilitares dirigidos por el gobierno. Todos estos casos fueron documentados ampliamente en vídeo en tiempo real, y sin embargo al  día de hoy no hay ninguna investigación abierta para encontrar y juzgar a los responsables. 

Otros ejemplos de violencia policial los hay a diario en nuestra región, por ejemplo en Chile donde la última víctima mortal de los Pacos/Carabineros fue el artista callejero y malabarista Francisco Martínez, muy conocido en su comuna. Décadas antes fue Victor Jara, cantor popular torturado y asesinado por la dictadura de Pinochet en 1973. Y volviendo a España en plena guerra civil, donde asesinaron al poeta  Federico García Lorca, por “comunista y maricón” en 1936.

En nuestros países, el terrorismo de Estado siempre apunta su bala contra la misma clase: trabajadoras y trabajadores, pobres, estudiantes y artistas que hemos sido víctimas al momento de alzar la voz para exigir nuestros derechos. Los artistas con conciencia de clase debemos fijar la vista en los actos represivos y seguir condenandolos, revelandonos y resistiendo; pero también estar abiertos a la organización de base, porque solo con la unión de las clases oprimidas y la unidad en acción es que vamos a poder derrocar este sistema que nos oprime, nos explota y nos mata.

Decía un poeta ruso que el arte no es un espejo para reflejar el mundo, sino un martillo con el que golpearlo, por eso debemos dar la pelea por una Nicaragua donde nigún artista sea perseguido, asediado, reprimido o exiliado por expresarse libremente. Queremos un país donde el arte sea realmente independiente y crítico de toda institución. Abajo los monopolios e industrias que cristalizan las expresiones de la cultura y la creación artística en todas sus formas. Organicemos desde abajo para promover la libertad de expresión, creación e identidad de cada quién. Luchemos por un arte revolucionario al servicio de cuestionar toda tiranía y defender la emancipación social e individual en nuestro país y en todo el mundo.  Súmate.

#LibertadAPabloHasél

#AnticapitalistasNic

#NiPerdónNiOlvido