Nicaragua desde adentro. A cinco meses del estallido de abril

Nicaragua nunca volverá a ser la misma después de esto. Ese país ficticio que habían inventado se acabó.  Jamás se olvidarán esas imágenes de las primeras protestas de abril, cuando la policía salió a disparar contra los manifestantes. Desde entonces la violencia y la represión han ido en aumento. El régimen  Ortega-Murillo está desesperado por desarticular la resistencia popular que se ha organizado –a nivel nacional e internacional- en estos cinco meses de lucha.

Todos los días sucede algo nuevo: torturas, desapariciones forzadas, exilios, asesinatos.  A pesar de lo que diga Daniel Ortega en la prensa internacional, Nicaragua no está normal.  Ningún país después de sufrir tanta violencia puede estar normal. El cambio ya está hecho y es irreversible. Nicaragua nuevamente está atravesando un proceso revolucionario, en el cual se exige la salida inmediata del régimen Ortega-Murillo y la apertura hacia un proceso de democratización del país.

En ese contexto de lucha surge esta columna semanal para Anticapitalistas en Red, con el objetivo de dar un informe sobre los principales acontecimientos que suceden en  Nicaragua. Las personas que están enfrentándose al régimen de los Ortega-Murillo necesitan todo nuestro apoyo como comunidad internacional. Nuestra misión es reportar de manera constante todos los atropellos y violaciones a los derechos humanos cometidos  por la dictadura, con el objetivo de hacer eco de la situación de Nicaragua y generar presión internacional.

Padre e hija son presentados como terroristas

Primero fue Elsa Valle, de 18 años, estudiante de periodismo. Se encuentra detenida desde el 14 de julio por participar en las protestas en los alrededores de la Universidad Politécnica Nacional (UPOLI). Desde la cárcel, le decía a su papá, Carlos Valle: “Papá, no bajemos la guardia. Más marcha, más plantones, más protestas en la calle, es la única manera en que puedo salir de aquí”. Casi dos meses después, Carlos es presentado como terrorista luego de ser capturado en la marcha “Juntos somos patria” convocada este 15 de septiembre en Managua.

Al momento de ser detenido, Carlos se encontraba junto a su esposa Rebeca Montenegro. Ambos fueron golpeados e intimidados por agentes de la policía nacional. Este es un caso más de detención arbitraria en el contexto de la lucha contra Ortega. Es importante destacar que el proceso de detención viola la presunción de inocencia de los detenidos. Desde la comunicad internacional condenamos la persecución y la cacería en contra de la resistencia nicaragüense y exigimos la libertad inmediata de todos los presos políticos.

Almagro incomoda al régimen Ortega-Murillo

Luego de que  Luis Almagro, secretario general de la OEA, llamara públicamente a “asfixiar a la dictadura que se viene instalando en Nicaragua”, en relación a la negativa del gobierno a continuar el diálogo nacional; el régimen respondió con un comunicado oficial donde pide la renuncia del funcionario por considerarlo una “amenaza para la paz y la seguridad internacional”.

No obstante, cabe destacar que antes de las protestas de abril existía un acuerdo entre Ortega y la OEA. El 15 de octubre de 2016 se firmó en Managua, durante una visita de Almagro, un acuerdo de “fortalecimiento de la democracia”, que consistía en un proceso de conversaciones y compromisos para reformar el sistema electoral del país. En este entonces el régimen Ortega-Murillo estaba bastante contento por los acuerdos con Almagro, y se expresaban así de él, en palabras de Rosario Murillo: “Hermano Luis Almagro lo estamos despidiendo y lo despedimos con mucho cariño y mucho reconocimiento al trabajo que han realizado en nuestro país. Un trabajo que como decía nuestro Comandante Daniel: ha contribuido y está contribuyendo a fortalecer esta democracia”.

Después de las protestas de abril la postura de la OEA ha cambiado y comenzaron a criticar las acciones violentas del gobierno de Ortega. De esta manera queda en evidencia la ruptura entre el gobierno de Ortega y sus principales aliados a nivel internacional.

Docente universitario es presentado como terrorista

Al regresar de una marcha convocada para este 15 de septiembre, Ricardo Baltodano, secretario general del sindicato de docentes de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), fue detenido en su casa en la colonia San Antonio.  Ricardo venía sufriendo asedio y hostigamiento desde que empezaron las protestas, por lo que estaba en proceso de obtener las medidas cautelares de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos).

Ya había sufrido un atentado el pasado junio cuando encapuchados pasaron disparando contra su vivienda. Su delito es haber apoyado a los estudiantes de la UPOLI durante las protestas. Su captura fue precedida de una campaña negativa en redes sociales impulsada por simpatizantes del gobierno, donde lo denigran llamándolo “criminal, golpista y terrorista”.

Este tipo de acciones dejan en evidencia el ataque directo en contra de la comunidad universitaria, que ha sido uno de los bastiones principales en estos cinco meses de lucha. Están intentando criminalizar a nuestros compañeros en resistencia. Les inventan cargos falsos y son juzgados a puertas cerradas. Luego en las cárceles sufren todo tipo de torturas e intimidaciones.

Nuevas formas de protesta

La creatividad de los nicaragüenses ha salido a relucir en estos cinco meses de tragedia. No es solo con marchas y movilizaciones que se va a lograr la salida de los Ortega-Murillo. En esta lucha cívica hay que agotar todos los espacios que estén a nuestro alcance para protestar en contra de la injusticia y el terrorismo de estado. Con el surgimiento de los grupos paramilitares y el aumento de la represión, el pueblo nicaragüense ha encontrado nuevas formas de manifestar su descontento hacia la pareja presidencial.

Por ejemplo, este fin de semana la gente salió a llenar las calles con  globos azul y blanco en distintos puntos del país. Los globos traían mensajes ocultos por dentro, en rechazo a la dictadura. Después pudimos ver los videos de los paramilitares allegados al gobierno que fueron mandados a reventar los globos en cada una de las calles donde aparecieron, y a limpiar los papelillos subversivos que quedaban en el piso. Esta acción fue tomada como símbolo y se replicó en distintos países donde hay colectivos autoconvocados de nicaragüenses en el exilio.

Por otro lado, en distintos barrios de Nicaragua la gente colgó zapatillas viejas pintadas de azul y blanco en los cables de electricidad, para denunciar las muertes de los jóvenes en las protestas. También aprovecharon para colgar mensajes en apoyo a los presos políticos y repudio a la dictadura. Nicaragua es un pueblo con una gran cultura revolucionaria, que no permitirá el avance del régimen a pesar de la represión y los paramilitares.

Continúan los ataques a la comunidad estudiantil

Amaya Coppens Zamora, líder universitaria de la ciudad de León, estudiante de quinto año de la Carrera de Medicina, fue acusada por el Ministerio Público el mediodía de este martes. El patrón es el mismo: la señalan de cargos inventados tales como secuestro, terrorismo y tenencia ilegal de armas de fuego. Amaya es parte de ese montón de jóvenes que están presos por haberse sumado al proceso insurreccional que se vive en Nicaragua. ¡Son estudiantes, no delincuentes! Su único delito fue luchar por la autonomía universitaria y exigir la salida del régimen.

Amaya tiene doble nacionalidad: belga-nicaragüense. El gobierno de Bélgica ha manifestado su preocupación por el caso mediante el canciller Didier Reynders, quien expresó que están siguiendo de cerca la situación. Esta líder universitaria está detenida desde el 10 de septiembre, cuando fuerzas de la policía la secuestraron durante una marcha en el occidente del país. Este martes el juez del Juzgado Quinto Distrito Penal de Audiencia de Managua admitió las acusaciones y dictó prisión preventiva para Amaya y el resto de acusados.