Natalia Tylim, de la Organización Internacional Socialista (ISO) participo en el XI Congreso del MST argentino. La entrevistamos sobre situación política y las oportunidades de la izquierda en Estados Unidos.
Anticapitalistas en Red: ¿Cómo describirías la situación política en Estados Unidos?
Natalia Tylim: El período político que atravesamos está moldeado por la crisis económica de 2008. Esta crisis abrió una época de ajuste y represión, polarización de clase y opresión, y crecientes roces inter-imperialistas, especialmente entre Estados Unidos y China. La clase dominante recuperó cierto crecimiento, pero a un enorme costo para las personas cuyo trabajo genera ese crecimiento.
Todo esto ha producido una inestabilidad política en el mundo que ha facilitado la emergencia de una nueva derecha, de Trump a Le Pen, así como una nueva izquierda, en la forma de partidos amplios como Syriza, así como el resurgimiento del Partido Laborista británico bajo Corbyn. En Estados Unidos, el ascenso de la izquierda se expresó en la campaña insurgente de Sanders en el Partido Demócrata, que impulsó una serie de reivindicaciones populares -desde salud pública para todos hasta la educación universitaria gratuita- así como el socialismo democrático como perspectiva política.
Encima de esto, la combinación de la recuperación económica, la continuidad del ajuste, la falta de trabajo y la creciente bronca de clase, ha generado los comienzos de una recuperación en el movimiento obrero, expresado dramáticamente en la ola de huelgas de docentes la pasada primavera, hoteleros este otoño y las luchas contra el sexismo impactado por el #MeToo.
AenR: ¿Qué opinas del ascenso del socialismo democrático?
NT: Los procesos de los que hablamos han alimentado el surgimiento de un nuevo movimiento socialista. Los Socialistas Democráticos de América (DSA) han sido los principales beneficiarios de este nuevo movimiento. El DSA es ahora una extensa formación reformista multi-tendencial de 50.000 miembros, que combina el activismo con una orientación electoral hacia el Partido Demócrata. Algunas de sus corrientes esperan reformar al Partido Demócrata hacia el modelo de Sanders, mientras una minoría tiene el objetivo de usar las candidaturas demócratas para eventualmente lanzar un nuevo partido socialista. Al mismo tiempo, la ISO y cada organización socialista también han crecido, aunque no al ritmo que lo ha hecho el DSA.
AenR: ¿Cómo se relaciona la ISO con este nuevo movimiento?
NT: Hay muchas preguntas nuevas que vienen con el período político que atravesamos. Por eso no es sorpresa que se hayan desarrollado debates al interior de la ISO sobre cómo construir y qué hacer hoy. Estas discusiones giran en torno a precisar cómo mejor ubicarnos para influenciar y fortalecer el nuevo movimiento socialista que recorre los Estados Unidos. Queremos construir el ala revolucionaria de este nuevo movimiento, desde la ISO, pero también con otras fuerzas y activistas que están comprometidas a esa perspectiva.
Hemos entrado en una nueva y entusiasmante fase de radicalización, con nuevas posibilidades, y también con viejos y nuevos peligros. Mientras nuestro lado debate e intenta avanzar, los dirigentes del Partido Demócrata también intentan consolidar el giro a la izquierda en la conciencia dentro de un partido del 1%. Hay un desafío estructural que enfrentamos los revolucionarios en Estados Unidos: el despertar socialista que asciende aun no ha producido una alternativa política independiente. El tema es qué estrategias y tácticas serán las más adecuadas para fortalecer la actividad de las decenas de miles de activistas que hoy buscan una alternativa socialista. La ISO es una organización de unos 1000 militantes en un país de 300 millones. Debemos ser modestos sobre lo que representamos, pero también audaces sobre el impacto que podemos tener. El libro sobre cómo construir la izquierda socialista en la era de Trump y el capitalismo avanzado aun no se escribe tenemos el desafío de debatir, discutir y navegar el nuevo momento que enfrentamos.