¡Por la consulta democrática al pueblo soberano, con Referendo Consultivo, para relegitimar todos los poderes en elecciones generales!
!Paremos la guerra con la voz del pueblo!
La actual situación en Venezuela evidencia la ilegitimidad de las cúpulas. El gobierno de Maduro y su carácter totalitarista, que controla desde los poderes que deberían actuar con autonomía e independencia del gobierno, hasta lo que se supone que corresponde a los ámbitos del Poder Popular, como los consejos comunales, las pocas comunas existentes y, por supuesto, los sindicatos progubernamentales, gran parte de los movimientos sociales y los mal denominados “colectivos”, se han venido convirtiendo en espacios casi totalmente cooptados, clientelizados y subordinados al aparato del Estado, a la burocracia del PSUV y a los militares.
La Asamblea Nacional que es dirigida por la Derecha venezolana y que si bien, fue elegida en las últimas elecciones con elementos de legalidad (cabe destacar que ya en esa ocasión partidos, entre ellos Marea Socialista, no pudieron participar con tarjeta propia por haberlos proscrito y negado su derecho a legalizarse) ha incurrido en graves faltas y ha utilizado ese espacio para una confrontación entre cúpulas, mientras que el pueblo y los trabajadores llevamos a nuestras espaldas las consecuencias de la crisis económica, política y social.
Las puertas a la política injerencista de EE UU y sus gobiernos de derecha en la región son a dos manos:
Por un lado, un gobierno como el de Maduro que ha llevado a la población a niveles de hambre, que ha golpeado a los trabajadores como gobierno alguno lo había hecho en el país, sometiéndolos a tener sueldos por debajo de 10 dólares mensuales, muy inferiores al costo de la canasta alimentaria y más aún de la básica, y a que el acceso a una parte importante de los alimentos esenciales esté a discreción de la burocracia y de la maquinaria partidaria del PSUV a través de mecanismos de distribución controlados de manera clientelar y a menudo discriminatoria, por estructuras de del mismo partido de gobierno que ha desconocido absolutamente todas las contrataciones y convenciones colectivas, que despide y encarcela trabajadores y dirigentes sindicales por luchar por sus derechos laborales más elementales.
El de Maduro ha sido un gobierno que, aunque ha utilizado la retórica antiimperialista y de la revolución, ha hecho y sigue haciendo la más grosera entrega de soberanía y recursos naturales a través del Arco Minero del Orinoco, las Zonas Económicas Especiales y los Acuerdos de Servicio Conjunto de PDVSA con transnacionales y hasta con empresas de socios vinculados a Trump. Hoy la soberanía y los recursos naturales están en manos de transnacionales depredadoras y destructoras del medio ambiente, es un gobierno que tiene al gobierno burocrático cubano como asesor del ahorcamiento de las libertades democráticas e individuales de los venezolanos, mientras que los imperialismos emergentes como China y Rusia, y gobiernos reaccionarios represivos como el turco de Erdogán, se benefician de los turbios negocios, y una camarilla en el gobierno se ha llevado en actos de grosera corrupción los recursos del país hasta dejar a la población en las condiciones más deplorables. El gobierno de Maduro, muestra con orgullo su alianza con gobiernos dictatoriales y somete a los venezolanos a su incidencia en asuntos nacionales. Son los mismos gobiernos a los que no les ha temblado la mano en sus propios países para erradicar toda disidencia.
Pero, por el otro lado, tenemos la otra cara de la misma moneda. La derecha tradicional y su entreguismo pro-yanqui, hoy llevado a cabo por un títere como Guaidó, para implementar la política de gobiernos de la derecha y ultra derecha latinoamericana (Grupo de Lima) que actúa bajo el mandato de Trump. Ambas cúpulas juegan en bandos distintos del Capital (la burguesía tradicional y una neo-burguesía nacida de la rapiña burocrática) y en el plano geopolítico y de la economía global, se ubican en bandos contrarios de la disputa interimperialista, que responde a intereses de las potencias, del capital financiero y de las grandes transnacionales capitalistas. Son los representantes de quienes también han llevado adelante políticas antiobreras, que han desconocido los derechos de los trabajadores, que atentaron por la vía golpista contra la revolución bolivariana en sus tiempos de vigencia y avance. El entreguismo de la otrora MUD, hoy aglutinada alrededor de Juan Guaidó y su partido Voluntad Popular, pretende que desde fuera de nuestras fronteras se nos imponga un gobierno que no lo eligió el pueblo venezolano, y que lo haga por cualquier vía, como el estrangulamiento económico de un pueblo y de una posible invasión directa o indirecta, con fuerzas militares, al más alto costo de derramamiento de sangre de la población venezolana y destrucción de infraestructuras. Es injerencista y pretende que el hoy despreciado por su propio pueblo, Donald Trump y sus gobiernos satélites en la región, nos impongan un “presidente interino”, al tiempo que llaman públicamente a una rebelión militar que lo impulse al poder, con la oferta de llamar luego a elecciones, con un programa desconocido, pero sin duda antiobrero y contra la soberanía, con iguales o peores sacrificios para el pueblo. Pretenden aplicar por la vía de facto, un gobierno a su medida, y han encontrado las coartadas para manipular a un pueblo mayoritariamente harto del actual gobierno de Maduro, que en su desespero busca cualquier manera de desembarazarse de él, sin ver el costo de seguir a la derecha opositora en esta aventura.
Guaidó y Maduro nos están llevando hacia un verdadero baño de sangre
Es innegable que el 23 de Enero, la movilización que acompañó a Guaidó y la Asamblea Nacional fue masiva. Pero en ella participó un gran sector que no la acompañaría sabiendo que se usa toda la energía movilizadora del pueblo para promover una intervención extranjera, el riesgo de una guerra civil o de una confrontación bélica que terminaría haciendo que el pueblo ponga nuevamente los muertos.
Insistimos en la apreciación de que el acompañamiento de sectores del pueblo a esta derecha deslegitimada y rechazada por sectores importantes de sus propias bases. Es el resultado del hartazgo de los efectos inhumanos de la crisis económica que tiene como principal responsable al gobierno de Maduro, su falso socialismo y antiimperialismo retórico. Se movilizaron para salir de un gobierno que siembra desesperanza, hambre, muerte y sobre todo zozobra e incertidumbre; no para que entren las fuerzas imperiales ni para robar los bienes de Venezuela que se encuentran en el exterior.
Guaidó, ha utilizado oportunistamente la movilización de masas, pero se apoya, en última instancia, en los marines norteamericanos, en las fuerzas extranjeras, en el ejército colombiano… como instrumentos finales de su agenda muerte. Y en relación con esto, la excusa de la “ayuda humanitaria” es usada como una mampara para justificar el posible acompañamiento militar extranjero de la misma, o la fijación de una zona de exclusión aérea que limite a Venezuela, para garantizar la seguridad de las operaciones intervencionistas que puedan camuflarse en esa supuesta ayuda. Porque para que un país reciba ayuda solidaria, alimentaria o de medicinas, no necesita el concurso directo de tropas imperialistas o de otro país. Así que, la “ayuda humanitaria” planteada en los términos en que la “autoriza” el autoproclamado “presidente interino” Guaidó, es una mascarada para un caramelo envenenado.
La “opción” de Guaidó con los gringos, frente a Maduro, no es “nuestra única oportunidad”, como dice alguna gente atraída por el llamado de la oposición de derecha, pues ni uno ni el otro tienen que ver nada con el pueblo pobre y los trabajadores. Ambos son lacayos de los imperios y del capitalismo mundial.
Marea Socialista promueve otra alternativa en medio de la crisis
Desde Marea Socialista promovemos otra salida a la situación en la que nos encontramos los venezolanos. Entendiendo que estamos ante la anulación de toda expresión independiente de los trabajadores y el pueblo. Llamamos a no desmayar en nuestra estrategia de conseguir que el pueblo trabajador movilizado pueda expresar y decidir soberanamente. Es falso que nuestra alternativa sea entre la burocracia de Estado, devenida en nueva burguesía a partir de un gobierno corrupto y de la burguesía tradicional de los grandes empresarios que explotan a los trabajadores.
La falsa polarización tiene muchas más consecuencias que las que se muestran. Una de ellas la de impedir que el pueblo trabajador formule un programa de transformación urgente que permita superar la crisis económica y empezar a salir de la debacle socio-política a la que asistimos. Es por ello que cada vez más se expresa la necesidad de que los trabajadores seamos Poder. Ya las burguesías y los imperialismos han demostrado ampliamente lo que son y a lo que someten a los pueblos.
Esta polarización nos ha colocado y nos coloca hoy ante fuertes debates en el seno del “chavismo” y en el seno de las organizaciones de lucha que se viene dando la clase trabajadora, como es el caso de la Intersectorial de Trabajadores de Venezuela, donde venimos tratando, todavía, de preservar su autonomía de clase frente a la tendencia de sectores de su dirigencia a colocarse dentro de la agenda de la oposición (ahora gobierno paralelo) que sigue a Guaidó, Pero sea con la ITV, si logramos preservarla, o sea con nuevos instrumentos de clase, seguiremos impulsando las luchas por los derechos de los trabajadores frente a cualquier gobierno, como fuente que pueda alimentar la construcción de un referente político autónomo de los trabajadores y sectores populares, donde tenemos como punto de partida, el empeño de seguir construyendo Marea Socialista.
En primer lugar y por ahora, ¡Frenar la Guerra!, con una alternativa democrática basada en la soberanía popular.
Es por ello que Marea Socialista, por ahora, levanta el planteamiento del referéndum consultivopara decidir la convocatoria a unas elecciones para relegitimar todos los poderes públicos, que es lo que parece ser la única propuesta viable que tiene el potencial de poder permitir al pueblo de Venezuela poderse zafar de lo que planifican y acarician los extremistas guerreristas extremistas y lacayos de la oposición pro-yanqui y los igualmente guerreristas del madurismo, que nos quieren hacer sacrificar para sostener la rapiña y el régimen autoritario de la burocracia o de su neo-burguesía.
Se trata de aprovechar los distintos mecanismos democráticos que pueden permitir que se exprese esta alternativa distinta a la de quienes pretenden llevarnos a un rio de sangre. Y se trata de una alternativa que está plasmada como una de nuestras mayores conquistas democráticas logradas con la Constitución de 1999: el Referendum Consultivo (vinculante, por supuesto) para que decidamos, como está previsto, en una materia de especial trascendencia nacional sobre la posibilidad de ir a elecciones libres a todos los cargos, con un nuevo CNE, sin aceptar un gobierno auto investido como el que trata de instalar el delfín de Trump, ni resignarnos a seguir soportando al gobierno ilegítimo de Maduro.
Este Referéndum Consultivo, conectado estrechamente con las formas de participación y protagonismo del pueblo que están recogidas en el Art 70 CRBV (asambleas de ciudadanos) y otros mecanismos democráticos y de lucha, históricamente utilizados por la clase trabajadora, puede ser activado por un potente movimiento nacional que se aboque a hacer campaña por esta propuesta y a recoger el 10 % de firmas de electores requerido para que se haga efectivo. Es un derecho constitucional que nos corresponde y si alguno de los que se disputan hoy el gobierno se niega, estará demostrando una vez más su verdadera naturaleza antipopular.
Esto, obviamente, exigiría la previa renovación del CNE para hacerlo creíble y aceptable, dándole pluralidad política y participación social, donde pueda estar representado el propio movimiento de ciudadanos y ciudadanas que exige la consulta. Haremos lo necesario para que se le consulte al pueblo venezolano si quiere ir a la relegitimación de todos los poderes mediante elecciones generales y con la aplicación de los mecanismos de participación que nos corresponden.
Obviamente, también, esto implicará dotarnos de la capacidad de unir voluntades y de generar la dinámica movilizadora necesaria para impulsar esta alternativa esperanzadora. Y que, de abrir camino a lo que proponemos, se puedan desatar nuevos y genuinos procesos constituyentes, en los que los trabajadores y demás sectores populares podamos garantizar una salida democrática y anticapitalista a la crisis y que además, los enormes recursos con los que cuenta el país, así como los que nos fueron arrebatados por el desfalco y que hay que rescatar, puedan ser utilizados para responder a la emergencia humanitaria, un plan en favor del pueblo trabajador, y para reconstruir la devastada economía y garantizar la alimentación, la salud y la educación para todos.
Para promover la propuesta refrendaria, Marea Socialista se ha hecho parte de la conformación de una plataforma contra la intervención y la guerra, por el referéndum consultivo, para que el pueblo soberano se pueda expresar sobre la manera de solucionar la situación del país, desde la cual llevar adelante las acciones de promoción y movilización para lograr el objetivo, lo cual implica el encuentro dialogante, múltiple y a gran escala, con todos los sectores, para propiciar el acuerdo en torno a la propuesta y su materialización, pero poniendo siempre el acento en la movilización y en la discusión democrática con la gente. En esa plataforma, que está lanzando un documento público, están convergiendo sectores diversos y plurales políticamente, dentro del marco de los derechos democráticos, y está en crecimiento. Allí hay críticos que vienen del chavismo, ex ministros de Chávez junto a la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución, con la participación de Marea Socialista, ex alcaldes, periodistas, intelectuales y académicos, personalidades de izquierda opuestas al gobierno de Maduro (chavistas y no chavistas), trabajadores, dirigentes sindicales y populares, gente de la comunicación popular, algunos integrantes de la Plataforma Contra el Arco Minero e incluso un sector de centro, socialdemócrata opositor a Maduro pero también a Guaidó, que está contra la intervención y por esta consulta democrática.
Eso no significa que renunciamos a seguir organizándonos. Por eso desde Marea Socialista invitamos a que levantemos esta política de referéndum para parar la guerra. Para frenar a quienes con la cara de Guaidó o de Maduro nos llevarán a más privatizaciones, despidos, destrucción del salario, leyes anti-obreras y regulaciones pro-capitalistas, además del saqueo de los recursos petrolíferos, mineros y auríferos de Venezuela.
Todo esto lo hacemos con la vista puesta en nuestra estrategia:
¡Por un gobierno de los trabajadores independiente de las burguesías lacayas de imperios!
¡La peor “oportunidad” es la que nos lleva a la muerte! ¡La mejor es defender la vida!
¡No a la intervención imperialista! ¡Ni el golpe de Guaidó ni la tragedia de Maduro! ¡Ni guerra ni componendas de cúpulas! ¡Por la consulta democrática al pueblo soberano! ¡Referendo Consultivo para relegitimar todos los poderes en elecciones generales! ¡Campaña internacional contra la intervención imperialista y en apoyo a la soberanía popular venezolana!
Marea Socialista