Acabo de regresar de una intensa actividad en Turquía, a donde viajé invitado por nuestros compañeros del SEP (Partido Socialista de los Trabajadores). Participé de distintas conferencias y actividades en Ankara y Estambul, las dos principales ciudades de este impactante país que se extiende a ambos lados de la frontera entre Europa y Asia.
Además de conocer e interactuar con la militancia del SEP, el objetivo de mi viaje era terminar de ajustar los últimos detalles de la Conferencia fundacional de la nueva organización internacional que estamos construyendo quienes conformamos Anticapitalistas en Red junto al SEP y otras organizaciones. A este evento, que tendrá lugar en mayo próximo en Barcelona, ya han comprometido su asistencia dirigentes de más de 20 países de América, Europa y Asia.
Unidad revolucionaria
La enorme crisis del sistema capitalista, y la defección de las direcciones políticas y sindicales que gozaron durante años de la confianza de los trabajadores y el movimiento de masas, han creado una situación de extrema polarización a nivel mundial. De un lado, las fuerzas más reaccionarias de la sociedad salen a la luz e intentan llevarse todo por delante. Pero son millones las y los trabajadores, mujeres y jóvenes que las enfrentan, aunque no cuentan todavía con una dirección revolucionaria que les ayude a organizarse y potenciar la fuerza arrolladora que poseen. Más que nunca se necesita contar con una organización internacional de los revolucionarios que impulse la movilización y construya partidos revolucionarios para disputar la dirección de los procesos con el norte en el poder y una sociedad socialista.
Lamentablemente, ninguna de las organizaciones internacionales existentes que se reclaman del trotskismo está a la altura de las circunstancias. El Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional abandonó hace mucho tiempo la construcción de partidos revolucionarios. Otras corrientes, como las que se referencian en algunas organizaciones del trotskismo inglés, se construyen en base a un partido-madre que impone líneas equivocadas a sus secciones. Pequeñas organizaciones como la LIT, la UIT o la que orienta el PTS desarrollan un sectarismo febril que obstaculiza el desarrollo de los procesos. Otros caen en el campismo, haciéndoles seguidismo a las direcciones reformistas que siguen al frente de algunos procesos.
Surge una nueva alternativa
El vacío de dirección existente necesita ser cubierto por una organización internacional que, sin sectarismo ni oportunismo, oriente la lucha hacia un programa revolucionario y se construya participando activamente de los procesos que desarrollan la clase obrera, las mujeres y la juventud de cada país. Quienes participaremos de la Conferencia Abierta en Barcelona estamos decididos a asumir el desafío y la responsabilidad que la actualidad nos indica a los revolucionarios. Llamamos a todos los grupos y partidos, así como a los luchadores contra el capital que concuerdan con las definiciones centrales de las declaraciones que hemos ido elaborando, a que se sumen a esta experiencia y juntos comencemos a poner en pie la herramienta que la hora reclama.
Alejandro Bodart