Visto
- Que desde 2015 el movimiento de mujeres, y en menor medida el movimiento LGBTI, protagonizan una nueva ola de sus luchas en defensa de los derechos de género y por su ampliación;
- Que ese ascenso es una respuesta muy progresiva frente a la ofensiva de los gobiernos capitalistas que, como parte del intento de superar su crisis, y junto a los fundamentalismos religiosos, buscan recortar tales derechos;
- Que dicha ola, si bien combina evidentes desigualdades en cuanto a sus ritmos e intensidades de continente a continente e incluso de país a país, tiene un alcance internacional;
- Que a su vanguardia se destaca un activismo juvenil, a nivel estudiantil y también en sectores obreros y populares, que es un componente valioso para el crecimiento de nuestras secciones nacionales y nuestra corriente internacional;
- Que entre las principales características de este movimiento feminista y disidente, no obstante su carácter policlasista, aparecen un marcado rasgo internacionalista y una tendencia explícita de sectores de vanguardia al anticapitalismo;
- Que su mayor hito, retomando el método de lucha propio de la clase obrera, es el paro internacional de mujeres y disidencias que se lleva a cabo los 8 de Marzo desde hace ya tres años, el último de ellos con acciones en más de 80 países;
Y considerando
- Que para las y los socialistas revolucionarios es clave intervenir activamente en dicho movimiento con un doble objetivo: impulsar la movilización permanente y fortalecer nuestra construcción;
- Que en esa intervención disputamos contra sectores feministas liberales, reformistas, neo-reformistas y autonomistas, que no enfrentan al sistema capitalista opresor y que defienden políticas identitarias equivocadas que al negar o minimizar la división de clases son funcionales al mismo;
- Que esa disputa requiere levantar un programa de transición que, partiendo de las necesidades concretas de género en cada país, busque desarrollar esa lucha con una política de clase y revolucionaria para enfrentar al gobierno, el régimen institucional y el sistema;
- Que dentro del movimiento el activismo juvenil es el menos influenciado por los aparatos políticos, sindicales y religiosos del sistema y, por ende, es el más receptivo a las ideas y propuestas del marxismo revolucionario;
Resuelve:
- Lanzar una campaña política internacional desde fines de junio hasta el 8 de Marzo de 2020 contra toda forma de opresión y explotación capitalista, con la consigna: igualdad y socialismo. Ese día, nuestras secciones participarán en las manifestaciones o acciones de lucha que haya identificadas con banderas o pancartas con dicho lema.
- A fin de dar una identidad común a la campaña, la coordinación internacional resolverá, en el plazo máximo de un mes, un diseño con algún logo y la consigna.
- En torno al eje de la campaña, las secciones organizarán actividades de agitación y de propaganda con regularidad: volanteadas, boletines especiales, afiches, charlas-debate, seminarios, fotografías, uso de las redes sociales y todo otro tipo de iniciativas, en especial dirigidas hacia la juventud estudiantil y trabajadora.
- Según la realidad de cada sección, dicho eje se podrá combinar con otras consignas por demandas específicas, como aborto legal, igualdad salarial, guarderías gratuitas, contra la violencia machista, Estado laico, educación sexual, no a la suba de la edad jubilatoria u otras.
- Todas las secciones dedicarán en sus páginas web y publicaciones un espacio permanente destinado a impulsar y difundir la campaña.
- El desarrollo de esta campaña será seguido por las direcciones de las secciones nacionales y la coordinación internacional.