En general, la reacción política que hemos recogido en las primeras horas posteriores a la noticia del acuerdo alcanzado entre nuestro partido y el FIT, han sido muy positivas. Nuestras figuras más conocidas recogen saludos y felicitaciones, palabras de aliento. La militancia transmite que en los círculos periféricos donde actuamos políticamente en sectores obreros, de activismo estudiantil, feminista y social, la unidad de los principales partidos de la izquierda revolucionaria operó un efecto motivador. Es lógico: hace años se expresa como necesidad, y la coyuntura de polarización, lo reforzó. Aunque tardíamente, el FIT finalmente se avino a un acuerdo frentista con el MST. Por supuesto, nuestra apuesta es a hacer gravitar ese avance, limitado al plano electoral todavía, en el terreno de la lucha de clases. Pero, lo valoramos como un avance muy claro. Sin embargo, llamativamente, la reacción más enconada contra el acuerdo no provino de la burguesía, sino de un grupo político de izquierda: el Nuevo MAS. Primero en redes sociales, después a través de una declaración pública firmada por su dirección. Como en ese texto se hacen repetidas alusiones al MST, decidimos responder, para contribuir a clarificar el debate.
Primero, una caracterización
Los grupos políticos, así sean pequeños, se mueven en función de programa y el carácter de clase que revela su dirección en trayectoria y método. En los grandes hechos de la lucha de clases y ante polémicas políticas importantes, la esencia de esos rasgos quedan en evidencia de forma muy notoria. El método obrero, bolche, de construcción, disputa y debate político, en el campo de la izquierda es uno. Consiste en argumentar ideas, huirle a la diplomacia y la hipocresía, no mentirle a la vanguardia y menos todavía, a la propia base militante. El método opuesto, bien antagónico, es el de la pequeñoburguesía, digamos la clase media, que tiene otros bordes, distintos, antagónicos al primero: maniobras, ocultamientos, amalgamas, impaciencia, zizagueos incoherentes, provocaciones, sectarismo. En las afirmaciones del Nuevo MAS referidas a nuestro partido, se reflejan prácticamente todos esos rasgos. Repasemos.
Las incoherencias
El Nuevo MAS dice que el FIT al hacer un acuerdo con el MST estaría pactando con el partido “más oportunista” de la izquierda argentina. Dice también, que el FIT refuerza su electoralismo, ya que, suponemos, nuestro partido al que el NMAS denomina “grupo”, sería electoralista. Esta afirmación tiene algunas contradicciones:
*Primero, el NMAS militó un frente electoral con el MST, de muy corta existencia, pero que de no ser por la decisión unilateral de nuestro partido de dar por terminada esa experiencia en 2018, ese partido hubiera querido continuar. Por lo tanto, la imputación que levantan, limita con el disparate.
*En segundo lugar, francamente si hay una fuerza electoralista en la izquierda, centrada exclusivamente en la promoción hace ya tiempo de una figura electoral sin presencia en los principales hechos de la lucha de clases, como desaforada estrategia, es el NMAS.
*En tercer término, el MST, al que el NMAS denomina “grupo”, lo supera probadamente en desarrollo nacional, fuerza militante, inserción sindical, juvenil y territorial. Además de ser una de las organizaciones animadoras de la recientemente fundada en Barcelona, Liga Internacional Socialista con fuerzas revolucionarias de 20 países y 4 continentes. Por lo tanto, la apreciación despectiva, se parece bastante a un berrinche infantil, cargado de resentimiento como confesión de impotencia política por quedar aislado.
En resumen: si el MST es todo lo que el NMAS dice, francamente no se explica cómo construyó, militó y reivindicó un frente con nuestro partido. Insólito directamente.
Claudicación ideológica, expectativa vergonzante
El NMAS imputa oportunismo y electoralismo al MST. Denuncia al FIT por hacer un acuerdo con nuestra organización nacional, “para avasallarlos” (sic) y enumera toda una serie de planteos presuntamente principistas. Sin embargo, a renglón seguido, reivindican a ¡Zamora! del que solo mencionan algunos “déficit” en materia de “unidad” electoral. Es oportuno señalar, que Luis Zamora reivindica la concepción pos-moderna del “autonomismo” y es divulgador de las ideas del profesor Holloway, es decir del autor del imponderable libro titulado “¿Cómo cambiar el mundo sin tomar el poder?”. Zamora es militante anti-partido leninista, insiste en afirmar que la lucha por el poder ya no tiene sentido y remite toda su actividad a un personalismo municipal de muy limitado alcance. Es decir: desde el más elemental marxismo, lo tendríamos que calificar siendo suaves, como reformista. Sin embargo, el NMAS lo reivindica, y en todo caso, la única contradicción que le asigna es que es poco unitario en el terreno electoral. No es la primera vez que el NMAS le hace suplicantes guiños a Zamora. Pero esta vez, la expectativa electoralera, superó varias marcas anteriores. Es decir: para encubrir su auto-aislamiento, y no discutir las razones de fuerza del mismo, ataca al MST (una fuerza militante, que construye partido e internacional) usando como referencia a un apologista de la corriente pos-moderna y anti-marxista del autonomismo. Francamente, una debacle política.
Autobombo y ridículo
La autoproclamación es un vicio político destructivo, que fragmenta el campo de la izquierda e impide concentrar fuerzas en confluencias programáticas y organizativas positivas. Pero eso, que ya es grave en organizaciones de cualquier tamaño y ubicación política, en un pequeño partido que fabula con planificadas conspiraciones para “avasallarlo y excluirlo”, es directamente patético, ridículo. Que el acuerdo FIT-MST represente una orientación para marginar a la candidata del NMAS que “representa” al movimiento de mujeres, de verdad, raya el delirio por partida doble:
*Primero, el FIT y nuestro partido, convocaron públicamente hace semanas al NMAS, para integrar un acuerdo.
*Segundo, con todo respeto, en el movimiento de mujeres hubo varias organizaciones muy dinámicas y figuras sobresalientes, pero ni el NMAS ni su candidata, fueron los principales. Es una obviedad muy notoria para cualquier activista y persona normal que haya participado de ese proceso o lo haya seguido. En fin: un disparate todo.
La clarificación política, nuestro método
Hace años levantamos una política: unir a la izquierda anticapitalista, obrera y socialista. Ahora se materializa en el campo electoral. Lo queremos trasladar al proceso de lucha de clases, es nuestra estrategia. Se trata de un frente único positivo, que no excluye para nada, diferencias políticas. El acuerdo está fundado en un programa de independencia de clase, es nuestro punto de partida. En particular, nosotros no nos oponemos al mecanismo de las PASO, de hecho, tuvimos que insistir mucho al NMAS en su momento, cuando hicimos una corta experiencia frentista con ellos, para que firme un acuerdo que las incluya como mecanismo alternativo al acuerdo, ya que se negaba insistentemente. Lo que hoy le reclama al FIT y el MST, costó que lo aceptara en su momento. En nuestro caso, se lo propusimos al FIT como última instancia. Sin embargo, llegamos a un acuerdo, que no termina de reflejar la real relación de fuerzas entre nuestro partido y los demás componentes, pero decidimos que vamos a hacer una experiencia porque nos hacemos cargo, de responder a una necesidad que todos los días nos plantean activistas obreros, del movimiento de mujeres y la juventud: la unidad de la izquierda. Apostamos a eso y a seguir fortaleciéndonos como partido militante, revolucionario. El NMAS, elige su autoexclusión. Allá ellos, tienen todo el derecho. Sin embargo, lo que no procede es encubrir esa decisión, con berrinches políticos para distraer, y quizá, tapar la propia impotencia. Ojalá reflexionen y cambien. Por nuestra parte, seguimos construyendo, apostando a la política, al método de la clase y al debate claro, sin maniobras, ni confusionismos provocadores.
Mariano Rosa