El lunes 15 de junio a través de una consulta nacional fue rechazado con un 90% la propuesta del Ministerio de Educación como respuesta al Petitorio del gremio, de esta forma los docentes ratificaron el paro indefinido. Similar participación de la deliberación colectiva que dio inicio al paro el 03 de junio, situaciones que reflejan la masiva contundencia de 4 semanas de movilización. Un escenario que tiene postales de profesores de todo el país agrupados en Santiago con 50 mil personas, luego en Valparaíso con 30 mil rodeando el Congreso, dinámica reforzada con corte de rutas, ocupaciones y diferentes expresiones creativas como forma de protesta. Acciones replicadas a lo largo de Chile que han logrado doblegar la intransigencia del gobierno en su política de no dialogo.
Crisis de la educación de mercado mancha al gobierno.
La demostración de fuerzas ha sido enorme en las semanas de paro, logrando poner en tela de juicio en primer lugar a la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, quien comanda a través del gobierno la posición de no dialogar con los docentes más que enviando cargos menores. Es de esta forma que la apuesta de alentar al desgaste de la movilización y emplear las fuerzas represivas contra los profesores no le han dado fruto al Ejecutivo, así lo demuestran las encuesta que sitúan al presidente Piñera en su peor momento con un índice de desaprobación del 71%, mientras los docentes siguen en la calle empalmando con amplio apoyo social.
Paralelo a este proceso que encabezan los profesores se erigen diversas movilizaciones en respuesta a un denominador común: la crisis de la educación de mercado. Otras fuerzas del mundo educativo han entrado en escena, los estudiantes secundarios que frente a las políticas represivas de la Ley Aula Segura, normativa que permite la expulsión rápida de colegios justificándose por la violencia en las salas. Esta Ley ha derivado a situaciones dignas de un estado de excepción en establecimientos educativos con el afán del desmantelamiento de las organizaciones estudiantiles. El rostro más brutal es en la comuna de Santiago en dónde el alcalde Jorge Alessandri utiliza Aula Segura para irrumpir con Fuerzas Especiales a colegios emblemáticos de la organización secundaria, el Instituto Nacional, Liceo 1, entre otros. Niños intoxicados con lacrimógenas, destrozos al inmueble y expulsiones exprés de jóvenes, la respuesta ha sido radicalizada por parte de los escolares con tomas de colegios y enfrentamiento directo con la policía.
Estas medidas represivas buscan en primer lugar desarticular cualquier resistencia, siendo parte de un plan mayor que envuelve una serie de ajustes que tiene como víctima la educación, precedentes del momento implican la eliminación de la malla curricular la obligatoriedad de historia y educación física de la enseñanza secundaria, mientras que a nivel de párvulo, se intenta imponer una Ley de escolarización de niños de 2 a 5 años, eliminando casi por completo la educación de parvularia y que encuentra respuesta desde las educadoras que salen a luchar. Una hoja de ruta que viene a sellar un diagrama del gobierno para la educación: Precarizar las condiciones laborales y educativas.
La intransigencia del gobierno de Piñera ante el paro docente es a base de la lógica de no ceder en un escenario de ofensiva neoliberal contra la educación, por lo tanto la confrontación deja poco margen de negociación. En aquel esquema el gobierno no logra cerrar la movilización, sino todo lo contrario, potencia el ánimo de lucha de l-s docentes, reactivando ante cada represión excesiva el repudio social. Los profesores profundizan las dinámicas de protesta al radicalizar con corte de ruta de importantes ciudades y de esta forma va empalmando con un descontento creciente de la sociedad contra el gobierno. Es así que la balanza ha ido hacía la fuerza de la movilización, debiendo la Ministra citar a una reunión para este miércoles 26 de julio a las 09:00hrs, un espacio negado durante semanas. Cita que llega un día después que fuera ocupado del Ministerio y fueran detenidos los principales dirigentes en una protesta pacifica frente a La Moneda. Además para el mismo miércoles se llama a un caceroleo en apoyo a los profesores y por la crisis educativa.
Para el triunfo docente, avanzar en un gran paro por la educación.
El Gobierno de Piñera nutre la polarización en el terreno educativo incitando a radicalizar la protesta, aquel esquema ha tenido una respuesta progresiva de los sectores movilizado, por un lado comienzan a surgir nuevos conflictos en lugares estratégicos de la economía como lo son los Portuarios que marcharon junto a los profesores el 12 de junio. Proceso significativo que en la vanguardia movilizada gesta la necesidad de poner en pie un gran paro nacional por la educación, detener los planes represivos y de ajuste del Gobierno, avanzando en un plan de lucha común entre secundarios, universitarios y docentes junto a los sectores movilizados. Condiciones sobran, falta la responsabilidad de las direcciones.
Sin dudas, que la Ministra cite a una reunión es producto de un pequeño triunfo de la fuerza de la movilización al doblegar la política de no diálogo del gobierno. Aunque también es cierto que sería otra situación si el Frente Amplio saliera de su pasividad, ya que son la fuerza que dirige la mayoría de las Federaciones Universitarias, optando por no activar en la movilización, un hecho lamentable. Esta política es parte de la apuesta dentro del Parlamento en buscar “unidad de la oposición” con sectores de la ex – Nueva Mayoría, bloque político que mantuvo durante 20 años la herencia de Pinochet en la educación.
Fuerzas sobran para triunfar, es por eso que el ímpetu de la movilización debe sostenerse y proteger sus espacios deliberativos por fuera de cualquier decisión cupular. Mantener los pies en las calles en un momento crucial que surge la negociación como producto de la movilización. Hoy el proceso nacional muestra diversos estallidos que tienen un punto en común: la crisis de la educación de mercado. En dónde poner en pie un gran movimiento que encabecen los profesores junto al estudiantado y los sectores en lucha será central para discutir qué modelo educativo necesita el país. Un gran paro nacional por la defensa de la educación garantizará no tan solo el triunfo docente, sino poner freno a las políticas de ajuste del gobierno. Este 26 de junio no se puede dejar la calle, al gobierno y su mesa de negociación se le puede doblegar si se profundiza la movilización.
J.A – Movimiento Anticapitalista