Al anunciar Lenin Moreno, Presidente del Ecuador, las nuevas medidas económicas acordadas con el FMI el último martes 1 de octubre, el pueblo ecuatoriano comenzó a responder con una feroz resistencia, y por estas horas se vuelca a las calles del país para expresar su repudio y exigir la renuncia del Presidente.
La eliminación del subsidio al combustible, entre otras medidas, generaron protestas que comenzaron con un paro de transporte y varios cortes de ruta, fundamentalmente en Quito, lo que obligo a Lenin Moreno y su Gabinete a huir de la Capital y refugiarse en Guayaquil. Es que la eliminación de ese subsidio llevó el precio del litro de gasolina de USA 1.85 a USA 2,30, lo que provocará un aumento inmediato del transporte público y una proceso inflacionario que afectará mas aún los salarios ya pauperizados en los últimos años. En el día de ayer, el Presidente decreto el estado de excepción, lo que lejos de amilanar las protestas las ha multiplicado.
Hoy viernes, nuestros camaradas ecuatorianos nos reportan que hay numerosos datos de desabastecimiento en las grande ciudades y saqueos a centros comerciales, mientras el país se encuentra paralizado y los dirigentes del transporte ratifican la medida de paro por tiempo indeterminado hasta que se vuelva atrás con las medidas acordadas con el FMI. Las próximas horas serán decisivas, «que se vayan todos» y » que se vaya el traidor» son las consignas que se escuchan en las calles; es que el pueblo ecuatoriano parece retomar la tradición y muchos recuerdan las caídas de los gobiernos de Jamil Mahuad ó Lucio Gutierrez a principios de los 2000 acorralados por la gente en las calles ante medidas similares a las que hoy pretende tomar Lenin Moreno.
Desde la LIS acompañamos a nuestros camaradas ecuatorianos y bregaremos en las calles y en cada rincón del país por la mas amplia unidad de acción que permita derrotar a Moreno y su plan de ajuste. No cejaremos en nuestra empeño para que este nuevo desafío permita que las organizaciones populares, la izquierda y los sindicatos comencemos a discutir una salida definitiva a la crisis capitalista que hoy se expresa en Ecuador, como lo hace en toda América Latina. No hay salida definitiva para nuestros países si no es rompiendo con los organismos internacionales y las políticas imperialistas y dándonos nuestras propias organizaciones para que de una vez por todas gobiernen los que nunca gobernaron: Los trabajadores y el pueblo.
Alberto Giovanelli