El día martes 11 diputados de la “oposición” firmaron un documento para avanzar en la Acusación Constitucional contra Piñera, desde el PC, FA, el PS y el PPD, entre otros partidos. Contradictoriamente quienes adscriben a la acusación fueron parte del “pacto por la paz y la nueva constitución”, sentándose con el gobierno o bien, avalando el proceso. Una nueva ilusión de la oposición para cimentar el camino de institucionalizar una de las demandas más escuchada en las calles: Fuera Piñera.
A medida de la herencia de Pinochet.
En medio del estallido Piñera declaró la guerra contra el pueblo movilizado, Estado de Emergencia con militares en las calles violando los derechos humanos a través de torturas, violaciones y asesinatos contra quienes se manifestaban a la largo del país. Todo un cuadro para sostenerse en el poder a través de la guerra interna, la cual fue vencida por la movilización popular.
En aquel proceso la “oposición” comenzó a hablar de la Acusación. Una política parlamentaria impulsada en un primer momento por el PH y el PC. Ya en aquellos días el Presidente del PC, Teillier, planteaba que “posiblemente pueda ocurrir que no se gane en la Cámara ni en el Senado, pero las diputadas y diputados van a tener que decir claramente si están por que se vulnere la Constitución».
El mecanismos de la Acusación está fundado sobre las bases de la Constitución de Pinochet:
- Sorteo de Comisión Revisora, en este casó irá el PS, PC, DC y UDI, cada partido con un representante, teniendo que analizar los argumentos junto a expertos y la defensoría del acusado para posteriormente presentarlo en las Cámaras.
- En la Cámara de Diputados la acusación necesita el voto a favor del 50% + 1. Existen 155 en ejercicio, es decir 78 tendrían que estar a favor. La composición es que 83 se declaran de oposición, incluidos democratacristianos.
- En el Senado opera la ley de los 2/3, de los 43 en ejercicio, 29 tendrían que apoyar la Acusación, sólo 23 de oposición.
De fondo las palabras de Teiller son esclarecedoras. Si no hay posibilidad de avanzar, la Acusación Constitucional funciona en los hechos como un salvavidas a Piñera. Una maniobra de autopromoción del Partido Comunista sabiendo que va a fracasar.
El Congreso, la oposición y el “pacto”: el oxigeno de Piñera.
La huelga general del día 12 de Noviembre provocó los días de mayor inestabilidad de Piñera. Frente a este escenario, todo el régimen político se dispuso a actuar como salvavidas del gobierno y la institucionalidad. Los partidos políticos de la oposición y la Derecha acordaron el “Pacto por la paz y una nueva constitución”, una respuesta a la fuerza desplegada en la movilización y la paralización producida por la huelga.
La imagen posterior fue del Frente Amplio y toda la Oposición sentada junto a la Derecha para anunciar la hoja de ruta del cambio constitucional. El objetivo: imponer la “normalización” encausando una de las demandas mas sentidas de las calles, una nueva constitución, dentro de los márgenes de la institucionalidad heredada de Pinochet.
La Acusación Constitucional pretende encaminar en el mismo sentido a otra de las consignas centrales de la movilización: Fuera Piñera. Intentar sembrar ilusiones en las vías institucionales para canalizar las demandas. Esto responde a un objetivo clave del régimen: sacar la política de las calles para enclaustrarla en el Congreso. En síntesis, desmovilizar.
Ambas políticas potencian la sobrevida de Piñera, intentando otorgar la estabilidad necesaria para superar la crisis y encausarla a través de las instituciones heredadas de Pinochet. Éste es el principal acuerdo de todos los representantes políticos actuales.
Responden así al cambio en la correlación de fuerzas a favor de las calles. Piñera quedó tambaleando. Por eso a partir del “Pacto” sus voceros protagonizan un virtual co-gobierno. Una es Gael Yeomans del Frente Amplio y otro es Mario Desborde de Renovación Nacional. Ambos instalados a través del Congreso, palanca del régimen en la actual crisis.
Huelga general para que se vaya Piñera y caiga el Pacto.
El obstáculo principal del desborde social es la política criminal que ha optado el Frente Amplio de pactar con el gobierno de Piñera, responsable de violaciones de derechos humanos. Una contradicción absoluta con plantear ahora el avance de la Acusación Constitucional. El PC criticó algunos elementos del Pacto, pero no motoriza la acción de las organizaciones sindicales y estudiantiles donde tiene un papel de dirección como la CUT y Unidad Social, teniendo una pasividad funcional a la maniobra del régimen y a la continuidad de Piñera.
Se trata de una orientación contraria a la autoorganización de asambleas y cabildos que sustentan el debate político de las calles, escenario que empuja la protesta día a día. La huelga general ha demostrado ser una herramienta clave para avanzar en nuestras reivindicaciones. Las huelgas del 22 y 23/10 hicieron retroceder el plan de guerra de Piñera obligándolo a otorgar concesiones. Con la del 12/11 tuvo que reconocer la necesidad de cambiar la Constitución. Una tercera huelga sería sin dudas más efectiva que una Acusación Constitucional para botar a Piñera.
Es necesario avanzar en la coordinación entre la autoorganización, los sindicatos independientes, los portuarios, y los trabajadores en general para exigir a la CUT y Unidad Social que convoquen a la huelga general hasta botar a Piñera, al pacto y que se vayan todxs. Sin titubeos ni falsas ilusiones. La paralización y protesta son la única garantía para constituir lograr estos objetivos y preparar el camino para que gobernemos los que nunca hemos gobernado.
Estas propuesta van en sintonía de construir una Nueva Izquierda Anticapitalista para superar la traba de la izquierda parlamentaria que ya es parte de lo viejo, hace falta una alternativa distinta que nazca al calor de la revolución. Como Movimiento Anticapitalista te invitamos a sumar voluntades en este camino y construir junto a nosotres estas propuestas.
Movimiento Anticapitlista