Desde el 24 de marzo pasado la población de la India transita una cuarentena de tres semanas decretada por el gobierno del derechista Narendra Modi. Las consecuencias inmediatas de una declaración improvisada de confinamiento obligatorio en este país de 1.370 millones de habitantes produjo la huída de cientos de miles de migrantes hacia sus pueblos en masa, sin trasporte en la mayoría de los casos. Mientras que en la última semana se triplicaron los infectados, se espera que se contagien más de 300 millones, con un saldo enorme de víctimas mortales, cuando la epidemia se extienda en la población.
Por Gustavo Giménez
Reflejando los grandes contrastes que se manifiestan en este enorme país asiático se han conocido en las últimas horas los pedidos (presiones) de Trump al mandatario indio para que se liberen las exportaciones del medicamento que se está utilizando contra el virus, la hidroxicloroquina, que habían sido congeladas para satisfacer la demanda interna. En tanto los medios señalan los temores de más de un millón de habitantes que viven en los cajones del barrio indio de Dharavi en Bombai, famoso por la película “Slumdog Millionaire”. Allí existe una concentración de 270.000 habitantes por km2, amontonados en pequeñas viviendas precarias, donde deben compartir un baño entre 80 personas y ya se han detectado casos de coronavirus. (1)
La “cuarentena” de 1.370 millones
Al declararse la cuarentena obligatoria con tan solo unas horas y sin ninguna asistencia sanitaria, alimentaria, habitacional, etc., para millones de trabajadores migrantes de la economía informal, que vienen de sus pueblos a trabajar a las grandes ciudades y perdían sus trabajos del día a la noche, se produjo una verdadera estampida de millones que, ante la falta de transporte salieron a las rutas a caminar enormes distancias, de hasta 400 a 700 km.
“Al escapar de la pobreza en sus pueblos, la mayoría de estos cerca de 100 millones de trabajadores residen en viviendas miserables, en guetos urbanos congestionados.
Caminan bajo el sol y bajo las estrellas. Muchos -la gran mayoría- cuentan que se quedaron sin dinero y temían morir de hambre.” (2)
Todo fue improvisación y cuando las autoridades del gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP) en el estado de Uttar Pradesh, el más poblado del país, anunciaron que organizaban miles de autobuses para transportar a los migrantes, “la política de ‘distancia social’ del gobierno se derrumbó a medida que más de 100,000 trabajadores migrantes se escondían entre sí mientras buscaban asegurar un espacio en el autobús.”(3)
La medida arbitraria de Modi, lograba así lo contrario a la prevención y aislamiento esperado. Cientos de miles se agolparon en las rutas, o en la búsqueda del escaso transporte habilitado o clandestino y probablemente llevaron hacia los pueblos del interior que no tienen servicios de salud, en un país donde la inversión en salud pública es mínima, el virus tan temido.
Para colmo de males, en la medida que la producción agrícola se está paralizando (4), la ilusión de alimentación segura de los que vuelven, se va a transformar en lo contrario ya que se va a empeorar la crisis alimentaria que esto provoca.
Repitiendo las acciones autoritarias que la mayoría de los gobiernos capitalistas han desplegado con la excusa de controlar a la pandemia también fue la policía la que descargó su accionar represivo sobre las caravanas migrantes. Una de las medidas más aberrantes que puede verse en las imágenes que llegan de la India, es a agentes públicos regando a cientos de migrantes con agua y cloro, desinfectándolos como si fueran animales.
Como resultado del bloqueo policial a esta enorme migración interna, histórica por su número en la historia de la India, 7,5 millones de migrantes retenidos que no pudieron traspasar los retenes, quedaron atrapados en decenas de miles de campamentos y centros de alimentación improvisados.
La partida masiva, dejo claro que para los migrantes, como para gran parte de la población india, la prioridad es no morirse de hambre. Ese, lamentablemente, es su miedo más importante.
Los desastres del gobierno en un país muy pobre hacen de la India una “bomba de tiempo”
Cuando escribimos estas líneas las cifras oficiales de la India señalan que existen 4838 infectados y 137 muertos. Sin embargo, estas cifras seguramente distan mucho de las reales “ya que se están haciendo pocas pruebas y muchas personas infectadas podrían no notar los síntomas hasta al cabo de unos días, contagiando durante ese tiempo a otras personas.” (5)
Dos terceras partes de este inmenso país viven en la pobreza y casi un tercio en la indigencia. La gran mayoría de sus trabajadores están precarizados: “Más del 90% de los 500 millones de trabajadores no agrícolas de la India están empleadas en la economía informal, por ejemplo, como trabajadores de la construcción, vendedores de alimentos, conductores de rickshaw o en ventas.”(6)
A esto debemos sumarle las condiciones habitacionales de hacinamiento de gran parte de la población. El promedio de cada familia es de 4 a 5 por vivienda contra 2 a 3 de los norteamericanos y “alrededor del 75% de los hogares indios con un tamaño promedio de cinco miembros (unos 900 millones de personas en total) vive en espacios de dos habitaciones o menos” (7) y cuentan con un mayor de 60 años en la mayoría de los casos.
Así al deficitario sistema de salud india en el que hay una cama de terapia intensiva cada 55.000 habitantes, debemos sumarle la total falta de personal e insumos para enfrentar al Covid-19. La agencia Reuters cita un informe de Invest India en el que se señala que hacen falta 38 millones de máscaras y 6,2 equipos de protección personal pero… “la cantidad de máscaras disponibles para el suministro de las compañías fue de 9,1 millones”(de máscaras), “y agregó que los suministros disponibles de equipos de protección personal, como overoles para el cuerpo, ascendían a casi 800,000.” El informe de Invest señala además que estas necesidades corresponden a solo 7 de los 36 estados y territorios federales «lo que significa que la demanda total de esos equipos requeridos podría ser mucho mayor». (8)
Otro de los problemas que agravan este cuadro calamitoso es la persecución del gobierno hacia las minorías, lo que ya originó importantes movilizaciones contra la llamada “ley de ciudadanía” por la que se segrega a la población musulmana. Los indios musulmanes son 200 millones de habitantes. Por no hablar de las minorías procedentes de países vecinos.
Por último a este cuadro de pobreza y discriminación podemos sumarle la situación de 104 millones de habitantes tribales supuestamente protegidos por un estatus especial de la Constitución. En esas poblaciones no llegan los servicios públicos, solo el 10 % tiene trabajo y tampoco llegan los empleos subsidiados del gobierno y las tierras pertenecen a las castas altas que las arriendan por precios altísimos para los habitantes del lugar. En estos lugares “lo más alarmante es que, según datos del gobierno indio, la brecha entre las comunidades tribales y el resto de la población se está ampliando. Durante 15 años, la cifra de niños tribales con problemas de malnutrición se ha mantenido en un 54%, frente al 20% del resto de la población…” (9)
La asistencia del gobierno es para los capitalistas y los bancos
El paquete de asistencia anunciado por el gobierno parece voluminoso, sin embargo sus cifras son escasísimas y tramposas, si se trata de asistir a la población en esta emergencia.
La ministra de Finanzas Nirmala Sitharaman anunció un paquete de medidas de socorro de 1,7 billones de rupias que son al cambio 22.500 millones de dólares, equivalentes “a sólo el 0.8 por ciento del PIB de la India. En términos per cápita, esto es alrededor de $16 por persona.”
Pero además “el dinero del gobierno central sólo está proporcionando alrededor de 400-500 mil millones de rupias de dinero nuevo (menos de un tercio del paquete total). «El resto provendrá de los gobiernos estatales o a través de la reprogramación de los derechos ya existentes».
Los banqueros son los que más asistencia reciben: “el Banco de Reserva de la India ha tomado medidas para inyectar 3.7 billones de rupias (49,400 millones de dólares) en los mercados financieros del país para impulsar la fortuna del capital indio y extranjero…” (10)
La ministra también anunció que “alrededor de 800 millones de personas obtendrán cereales y gas para cocinar gratis además del efectivo a través de transferencias directas durante tres meses. Según el paquete, el gobierno proporcionará 5 kg de trigo o arroz y 1 kg de legumbres gratis cada mes durante los próximos tres meses…” (11). Sin embargo, la cantidad de titulares de tarjetas alimentarias existentes es de 230 millones y los trabajadores solo pueden acceder a estos beneficios cuando están en sus pueblos de origen.
Para muchos de los pobres de la India, el tiempo se acaba
Desde la detección de los primeros infectados al día de hoy se han multiplicado los contaminados y las muertes. Sus cifras comparativas son todavía menores si se las compara con China u otros países más castigados. Pero todos los analistas advierten que estamos en las puertas de una gran crisis humanitaria que puede alcanzar en las próximas semanas alrededor de 300 millones de infectados y 4 o 5 millones de muertes.
El capitalismo indio y su gobierno de derecha del Partido Bharatiya Janata (BJP) que se jactaban de tener una de las mano de obras más baratas del mundo en el cual invertían grandes compañías multinacionales mientras gran parte de su población vive en la pobreza o extrema pobreza está llevando al país y especialmente a su población trabajadora a una dura catástrofe.
Solo un programa socialista que destine al presupuesto de salud pública, alimentación, subsidios sociales para todos sus trabajadores y población pobre, la mayor parte del esfuerzo nacional, atacando los beneficios de los grandes capitalistas indios y de los bancos y multinacionales que operan en su territorio, que coloque el control de la lucha contra la pandemia en manos de los trabajadores de la salud y no en manos del actual gobierno del BJP puede enfrentar la crisis y salir airoso. La suerte de los trabajadores y el pueblo indio esta en sus manos. Cuanto antes enfrenten al gobierno de Modi exigiendo las respuestas necesarias superarán más rápido y con menor costo esta enorme crisis de salud que afecta a la India y al mundo entero.
- Datos extraídos del artículo “El miedo al coronavirus acecha a la barriada más grande de la India”, Infobae, 07/04/2020
- Artículo “Coronavirus: cómo el encierro en India por el covid-19 se convirtió en una tragedia humanitaria”, BBS News, 31/03/2020
- Artículo “El país alcanza altos niveles de hacinamiento, pobreza y las peores condiciones sanitarias, con 500 millones de personas sin seguro médico y un sistema de salud deficiente”, World Socialist Web Site, 30/03/2020
- Datos del artículo “El bloqueo de la India amenaza a millones con dificultades”, Asia Times, 02/04/2020
- Artículo “India: más de mil millones de personas confinadas”, La Vanguardia de Barcelona, 01/04/2020
- Asia Times 02/04/2020, ídem anterior
- “Coronavirus: la titánica tarea de «encerrar» un país tan caótico y superpoblado como India”, BBC News, 25/03/2020
- Artículo “India necesita al menos 38 millones de máscaras para combatir el coronavirus: documento de la agencia”, Reuters, 28/03/2020
- Artículo “La India tribal: migración y miseria”, Web Acción Contra el Hambre, 08/05/2019
- Idem artículo de World Socialist Web Site anterior.
- Artículo “FM Nirmala Sitharaman anuncia un paquete de socorro de Rs 1.7 lakh crore para los pobres”, The Economic Times, 27/03/2020