Esacribe: Emilio Poliak
Una parte de la conferencia estuvo atravesada por este debate. Se colocó a partir de las intervenciones de la mayoría de lxs referentes de la corriente internacional del PTS que, llamativamente, en cada una de sus intervenciones introdujeron la influencia alcanzada por La Izquierda Diario en los diferentes países. El rol de la prensa revolucionaria tuvo una importancia destacada en la historia de la construcción de partidos revolucionarios que las organizaciones participantes tomamos como ejemplo. Evidentemente desde la publicación de Iskra a comienzos del siglo pasado hasta nuestros días la realidad de la comunicación ha sufrido cambios importantes que no pueden ignorarse. En ese sentido hay que reconocer, como lo señaló Alejandro Bodart en su intervención de cierre, que lxs compañerxs del PTS han hecho un aporte aprovechando las nuevas tecnologías y han ocupado un espacio (particularmente en Argentina, ya que no es igual en todos los países) en la difusión de las ideas de la izquierda. En esto, por lo menos con nosotros, no hay debate; estamos a favor de aprovechar todos los avances y posibilidades, de hecho intentamos hacerlo y seguiremos avanzando en nuevas iniciativas al respecto, por ejemplo lanzando una nueva página web las próximas semanas.
Lo que nos sorprendió, y en eso radican nuestros matices, es en la relación que lxs compañerxs hacen, en una traslación mecánica, entre las “entradas” a su web y la influencia política de sus organizaciones. Lo fundamentan con la idea de que en esta etapa estaría planteado llevar adelante una estrategia iskrista entendiendo esta definición como un sinónimo unilateral de gente que ingresa a una web. No compartimos que esa fuera la concepción de la estrategia de Lenin donde la prensa no sólo jugaba el rol de difundir ideas y educar a la clase obrera sino la de ser el organizador político del partido. Así lo señaló en muchos de sus escritos. Ya en el ¿Qué Hacer? de 1902 el revolucionario ruso señalaba “el contenido fundamental de las actividades de la organización de nuestro partido, el centro de gravedad de estas actividades debe consistir en una labor que es posible y necesaria tanto durante el período de la explosión más violenta como durante el de la calma más completa, a saber: en una labor de agitación política unificada en toda Rusia que arroje luz sobre todos los aspectos de la vida y que dirija a las más grandes masas. Y esta labor es inconcebible en la Rusia actual sin un periódico central para toda Rusia que aparezca muy a menudo.” Pero agregaba “La misión del periódico no se limita, sin embargo, a difundir las ideas, educar políticamente y a atraer aliados políticos. El periódico no es sólo un propagandístico colectivo y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo”. Unos años después, en el marco de la discusión que dio origen a la división entre mencheviques y bolcheviques justamente en torno a la discusión sobre la organización del partido recordaba “En efecto, Iskra había sido desde el primer momento, no sólo un órgano de publicación sino, además, una célula de organización […] Cuando el II Congreso del Partido reconoció a Iskra como Órgano Central, entre los tres puntos que exponían los motivos de la resolución correspondiente dos estaban consagrados precisamente a este plan de organización y a las ideas de organización de Iskra : a su papel en la dirección del trabajo práctico del Partido y a su papel dirigente en la labor de unificación” (Un paso atrás, dos adelante. 1904).
No tomar todo lo referente a prensa y difusión de ideas unido a la tarea de organización, puede llevar a una construcción de tipo movimientista que equipare lectorxs con influencia política y organización militante, cuando en la realidad esta relación no se expresa ni en las movilizaciones ni en la implantación real de las fuerzas en la clase trabajadora, la juventud y el movimiento de mujeres. En ese sentido seguimos pensando que además de incorporar y mejorar la utilización de las nuevas tecnologías y combinar diversas formas de difusión, la necesidad de contar con herramientas que permitan la organización militante de los partidos sigue siendo fundamental para la construcción de sólidos partidos revolucionarios.