Por V. U. Arslan
“En cuanto a la colaboración en seguridad, los dos países reconocieron que a la luz del progreso significativo hacia la eliminación de la amenaza de ISIS, en los próximos meses, Estados Unidos continuará reduciendo sus fuerzas de Irak…” Esta fue la declaración más importante de la reunión que se celebró recientemente entre los gobiernos de Estados Unidos y Bagdad.
Estados Unidos ha estado buscando reducir sus efectivos en Medio Oriente hace mucho tiempo. Este cambio de política se ha dado en una era en la que el centro económico del mundo se desplazó hacia el este (Asia-Pacífico), la lucha con China se ha convertido en un problema importante, Estados Unidos se ha convertido en el principal productor de petróleo en el mundo, las nuevas tecnologías han reducido la importancia económica del petróleo y, además, Estados Unidos ha estado en crisis desde 2008. Mientras tanto, Estados Unidos está tratando de retirarse de estas costosas regiones de ocupación en el Medio Oriente.
Estados Unidos fracasó en Medio Oriente y no pudo crear un esquema ni un relato de éxito a su favor. Hoy, la situación en Medio Oriente es más oscura que nunca. La crisis económica golpea la región, mayoritariamente de países que ya son pobres, como un tsunami. Además, la crisis climática intensifica la sequía y la desertificación, la crisis de alimentos y de agua profundiza, las guerras civiles continúan, las máquinas de corrupción de dictadores-señores de la guerra están funcionando a pleno… Siendo este el caso, Estados Unidos no quiere gastar más a sus fuerzas que persisten y se debilitan en este pantano, que fue creado principalmente por Estados Unidos, que ya tiene la presencia necesaria para proteger la seguridad de sus aliados, como Israel, Arabia Saudita y los Emiratos del Golfo; Tiene bases militares en toda la región y sigue siendo una fuerza disuasoria. Además, de acuerdo con la nueva perspectiva configurada en Estados Unidos, sus aliados deben tener condiciones para protegerse, y para eso, necesitan comprarle muchas armas caras a Estados Unidos.
Entonces, Estados Unidos no se va de la región por completo. Pero es un hecho que la clase dominante estadounidense ha estado tratando de reducir sus efectivos en Medio Oriente desde Obama. Entonces no se trata de una extrañas decisión de Trump. Medio Oriente ha perdido gran parte de su importancia estratégica para Estados Unidos. Los resultados de la estrategia de reducción de efectivos se ven inmediatamente en Afganistán, Libia, Yemen y Siria.
De Irak a Libia, de Afganistán a Siria
Los diferentes grupos islamistas chiítas que componen el mecanismo gobernante en Irak y los políticos cercanos a ellos le rechazan a Estados Unidos. Irán tiene una gran influencia y Estados Unidos ha sido blanco de ataques de pequeña y gran escala de Irán. Aparte de eso, hay una dinámica de lucha social progresiva y fuerte contra los grupos de poder islámicos chiítas. La reacción contra Irán dentro del movimiento de masas es tremenda, existen las semillas de un enfoque revolucionario en este movimiento, aunque sus efectos son naturalmente muy limitados en esta etapa de la lucha. Durante el año pasado, más de mil manifestantes fueron asesinados a tiros en las calles, en su mayoría por la milicia chiíta. El país se ha hundido en la crisis económica, el desempleo, la corrupción, la mala gestión y la ineptitud. Además, las diferentes camarillas del gobierno están luchando entre sí. Estados Unidos tampoco está dispuesto a permanecer en este lugar problemático con problemas inexorables. Su única preocupación es la protección de los negocios petroleros rentables de las compañías estadounidenses.
Incluso en los momentos más vulnerables del gobierno de Assad en Siria, el gobierno de Obama no estaba dispuesto a participar directamente en la guerra siria. Incluso cuando se traspasaron las líneas rojas anunciadas por Obama, este no les dio a los rebeldes lo que querían. El Pentágono sabía que no tenía ningún socio confiable en el campo de batalla. El año pasado, vimos que el apoyo brindado a YPG es frágil. No sería difícil para las Fuerzas Armadas turcas hacerse cargo de Rojava si Rusia no se involucrara. El comandante del Mando Central de los Estados Unidos (CENTCOM), el general McKenzie, dijo: “No sé cuánto tiempo nos quedaremos en Siria. Cuando llegue el momento, nos iremos, pero es una decisión política y estamos preparados para ejecutar las órdenes”. Dio señales de un repliegue de Siria. Mientras las fuerzas de ocupación estadounidenses mantengan el petróleo sirio bajo control, el trabajo de Rusia se volverá más difícil y las dos alas del gobierno de Assad tendrán tiempos más difíciles debido al estricto embargo. Además, vemos que la crisis económica en Siria se ha convertido en una crisis política. Por lo tanto, Estados Unidos no abandonará Siria de prisa, pero es evidente que aquellos que han hecho sus cálculos en base a la presencia militar yanqui pronto se encontrarán en una situación muy difícil.
Analizar todos los países uno por uno está más allá de los límites de este artículo. Pero hablemos de Afganistán y Yemen: McKenzie también había dicho que si los talibanes cumplían las condiciones, Estados Unidos retiraría todas sus tropas de Afganistán para mayo de 2021. Aparte de esto, Estados Unidos no intervino directamente contra los hutíes en Yemen aunque su socio, Arabia Saudita, estaba en problemas.
Y Libia, rica en petróleo, ha estado sangrando desde que la coalición occidental liderada por Estados Unidos derrocó a Gadafi. Estados Unidos no se aventuró aquí, ni estuvo directamente involucrado en el tema de Libia. Pero sin el apoyo estadounidense, los imperialistas de la UE nunca lo hubieran intentado. Esta vez, la tarea le quedó al actor regional. Al aprovechar esta oportunidad, Erdogan hace realidad sus sueños neo-otomanos en los desiertos de Libia.
Brotan nuevos focos revolucionarios
En Medio Oriente, mientras los invasores estadounidenses reduce su presencia militar, otros jugadores imperialistas grandes y pequeños que quieren llenar este vacío compiten entre sí. El movimiento de masas, dejado a la merced de los tiranos islamistas y explotadores locales, no debe confundirse con los invasores imperialistas occidentales. La idea de que “si Estados Unidos se va, será malo para nosotros” es un gran error. Actualmente, los trabajadores y los jóvenes están en las calles de todo Medio Oriente, y la lucha de clases claramente está acumulando energía. Vemos los resultados de esto en Líbano e Irak. La única salida es que esta gran energía se canalice por vías revolucionarias. Por otro lado, a medida que el movimiento de masas de la clase trabajadora se aleje del antiimperialismo, será más fácil de manipular por diferentes fuerzas. Las demandas de clase en el movimiento de masas se combinan con el anhelo de secularismo y democracia. Pero las masas deben entender que el secularismo, la democracia y una vida digna solo se pueden conseguir con el socialismo. Los sistemas liberales parlamentarios occidentales han retrocedido incluso en sus países de origen, y no hay fuerzas sociales ni desarrollo económico en el Medio Oriente para implementar ese sistema. Pero existen los poderes de decenas de millones de jóvenes trabajadores que derrotarán a todo tipo de explotadores y tiranos en Medio Oriente para los trabajadores del país, y solo este poder puede organizar una nueva vida. Esa es la perspectiva del programa de la revolución permanente.