Vamos por Educación Pública, Gratuita y de Calidad
Por Impulso Socialista en la Liga Internacional Socialista
Las victorias que se han obtenido en algunas universidades a nivel nacional en términos de acceso por medio de la matrícula cero en el marco de esta pandemia por el COVID-19, gracias a las acciones que han efectuado compañeros y compañeras, que arriesgando su integridad, ejercieron fuerte presión al gobierno local, departamental y nacional. Respaldamos las acciones del movimiento estudiantil e invitamos al movimiento social en general a profundizar la lucha por la gratuidad de la educación, porque más que imposible se hace necesario levantar esta consigna en estos tiempos de crisis, pues nos permitirá salir del estrecho horizonte al cual nos han sometido las direcciones tradicionales, que al no confiar en la fuerza del movimiento terminan cediendo en nuestras banderas a los Gobiernos de turno.
La desfinanciación de la educación superior pública en Colombia es una de las problemáticas que ha estado en el panorama de lucha del movimiento estudiantil y profesoral desde hace más de 30 años, quienes se han enfrentado a las políticas de privatización progresiva de la educación superior pública. Sin embargo, es en el año 2018, donde la crisis financiera se agudiza producto de la acumulación de déficit presupuestal (15 billones de pesos), heredado de la limitada estructura financiera de la ley 30 de 1992. Esta situación fue insostenible para las IES, viéndose obligadas, por un lado, a fortalecer las políticas de autofinanciación (en promedio el 50% de los ingresos de las IES se generaban por ventas de bienes y servicios) y por otro lado, algunas de ellas quedaron al borde de la insolvencia económica.
Bajo este escenario, los y las estudiantes junto al estamento profesoral de todas las 63 Instituciones de Educación Superior levantaron una de las coyunturas más importantes en materia histórica, cristalizada en un Paro Nacional que logró mantener el auge de movilización durante seis meses seguidos a la par de espacios de decisión y organización democráticos en las distintas regiones del país. Pero es en los espacios amplios de debate y deliberación donde el movimiento estudiantil no logra trascender de las luchas económicas y acepta las condiciones de negociación del Gobierno Nacional, a las cuales sólo el sector más institucional del movimiento estudiantil puede responder. Es así como la movilización masiva estudiantil se fragmenta y las banderas inicialmente construidas democráticamente y levantadas por el movimiento estudiantil se reducen a la adición parcial y gradual de recursos presupuestales que de ninguna manera resuelven la crisis presupuestal de las IES.
Uno de los más profundos desaciertos del movimiento estudiantil fue asumir como fruto de la movilización la “Mesa de Diálogo para la construcción de acuerdos para la Educación Superior Pública”, pues terminó alejando a los y las estudiantes de a pie de su rol político creando unas delegaciones que sin la fuerza de la lucha estudiantil en las calles no poseían carácter ofensivo para exigir una educación superior pública, gratuita y de calidad.
Educación superior en pandemia
Tras la propagación exponencial del COVID-19 por el territorio colombiano, las Instituciones de Educación Superior han adoptado la virtualidad para poder culminar sus actividades académicas, más aún, se vieron obligadas a parar las actividades misionales de extensión e investigación, músculo financiero que le aporta aproximadamente un 50% de sus necesidades presupuestales, siendo éstas sus fuentes principales de autofinanciamiento, aumentando el ya elevado déficit financiero. Por otro lado, los y las estudiantes de las IES públicas, en su mayoría pertenecientes a estratos socioeconómicos 0, 1, 2 y 3, serán las y los grandes afectados al no contar con las condiciones económicas para su sostenimiento durante la cuarentena ni con las herramientas tecnológicas necesarias para desarrollar sus actividades académicas en plenitud. Cabe resaltar que la cobertura y acceso a la conexión a internet banda ancha sigue siendo un privilegio en Colombia, especialmente en la ruralidad, donde la cobertura sólo llega al 10% y en algunas regiones es inexistente. Ahora bien, los y las que posean garantías, deberán lidiar con los problemas de velocidad y saturación de la red, ya que Colombia ocupa el puesto 114 a nivel mundial en términos de velocidad de banda ancha con 3.25 mbps, la mitad de velocidad si nos comparamos con países como Panamá.
Más ICETEX y más endeudamiento para las IES públicas
El músculo de las políticas implementadas por Duque durante la pandemia ha sido el sector financiero, por lo que para expandir su monopolio en manejo de recursos se ha implementado vía decreto el Fondo Solidario para la Educación que será administrado por el ICETEX, siendo éste mismo el encargado de ejecutar el Plan de alivios de ICETEX, institución que se le ha acusado de la capitalización de intereses de sus “beneficiarios” y que ha sido la ficha de avanzada para la privatización de la educación superior pública en Colombia. Sin embargo, el paquete de medidas neoliberales se completa con la suma del Programa especial de garantía “Unidos por Colombia” que dispone de 1.5 billones para pagar nómina con garantía del Fondo Nacional de Garantías, más una línea de crédito de Findeter de hasta 200 mil millones de pesos para destinar en incentivos, becas y descuentos de matrícula para los y las estudiantes. Ahora bien, de acuerdo con las últimas orientaciones del Ministerio de Educación, y como respuesta a las exigencias de los diferentes sectores del movimiento estudiantil, se hizo un aporte de 97.500 millones de pesos a través del Fondo Solidario para la Educación que deberá ser fraccionado y administrado por el Sistema Superior Universitario entre las 34 universidades públicas del país.
Esto no es más que la ya eternizada política de financiación a la demanda, donde el gobierno nacional da salidas a las problemáticas vía endeudamiento, cuando la tarea es fortalecer las instituciones públicas. Aún peor, las IES se ven obligadas a reajustar su presupuesto para evitar la deserción que agudizará su déficit presupuestal para el cierre del 2020. Es clave saber que gran parte del presupuesto para Bienestar Universitario se recoge a través de las matrículas de los programas de posgrado, cuya demanda se ha reducido significativamente, lo que repercute nuevamente al ajuste presupuestal de las IES.
El fantasma del movimiento estudiantil encara las consecuencias de la pandemia
Ante la agudización de las condiciones socioeconómicas y académicas insostenibles para los y las estudiantes, surgen respuestas y propuestas desde los distintos sectores del movimiento estudiantil. Desde algunos sectores tradicionales del movimiento estudiantil y las representaciones estudiantiles a los distintos órganos colegiados de las IES, se han venido articulando con organizaciones de profesores y trabajadores para solicitar, por medio de requerimientos afables al establecimiento, la inyección de recursos adicionales durante la emergencia sanitaria que permitan, por un lado subsanar el déficit de funcionamiento vigencia 2020 de las IES, y por el otro garantizar la matrícula cero para el semestre académico 2020-2, además de alivios para los beneficiarios de créditos con el ICETEX incluyendo programas como Ser Pilo Paga y Generación E.
Esto vuelve y levanta el debate que ha dividido la lucha estudiantil: la concepción de la gradualidad de la lucha para alcanzar los objetivos que se plantea el movimiento. Esta visión, hoy la imperante en la dirección del movimiento estudiantil, nos plantea que hay una temporalidad dividida en el corto, el mediano y el largo plazo, donde cada nivel temporal es el piso para poder acceder al siguiente. El problema con este método, como lo demostró el periodo de lucha del 2018, es que aplaza la lucha, fragmenta el movimiento y genera un espacio para la reproducción de la burocracia, contemporizando con los intereses que cristalizan los gobiernos del país.
No obstante, desde sectores más alternativos del movimiento estudiantil, se han desplegado esfuerzos espontáneos por avivar la fuerza de movilización con plantones, marchas, huelgas de hambre y campamentos en los campus universitarios, como máxima expresión de la indignación estudiantil que no sólo aborda su situación particular, sino la universalidad de problemáticas sociales que se agudizan gracias al Gobierno de derecha de Duque. Estas últimas acciones evocan al quehacer y rol político del estudiante que construye la educación superior pública para la sociedad, quien no debe olvidar que la vía institucional y de negociación sólo fortalecen el sistema neoliberal que impone las políticas privatizadoras progresivas sobre nuestras almas mater.
Por una Educación Superior pública, gratuita y de calidad
Rechazamos enfáticamente la precarización de la educación como derecho y del sistema estatal universitario por parte del Gobierno Nacional, pues es claro que aún cuando hay recursos para aumentar el pie de fuerza, subsidiar los bancos y grandes empresas privadas (80 billones destinados en pandemia), se le niega al colombiano de a pie sus derechos más básicos. Es por ello que la lucha por el acceso de los y las estudiantes a una educación superior durante la emergencia sanitaria es un mínimo que como movimiento estudiantil debemos abanderar, al igual que exigir adición a base presupuestal a todas las IES para que puedan continuar en su importantísima tarea de construir sociedad, una sociedad distinta y crítica. Por ello, debemos propender por la unidad de acción que nos permita asestar un golpe real al gobierno de Duque ante su avanzada en contra del sistema de educación superior público.
Así mismo, de cara a la crisis del sistema capitalista que se ha venido profundizando y tendrá efectos post pandémicos abrumadores para las condiciones de vida de la mayoría del pueblo colombiano, es necesario prepararse para luchar por una solución real a la problemática de la educación superior pública, dicha preparación nos exige organizarnos y articularnos en la construcción de un programa de unidad dentro del movimiento estudiantil que establezca las bases del sistema de educación superior público, gratuito y de calidad. De este modo, la mayoría de la fuerza debe estar direccionada a través de un llamamiento por la educación superior pública, gratuita y de calidad, a agrupar nuevamente al movimiento estudiantil, a tomarnos las calles alzando la bandera histórica del movimiento estudiantil: un sistema de educación superior público, gratuito y de calidad, y así finalmente inclinar a nuestro favor la lucha de clases en nuestro país.
“A veces la historia necesita un empujón”. Vladimir Lenin.