Las imágenes del asesinato de Javier Ordoñez a manos de dos policías que lo inmovilizaron, golpearon y electrocutaron hasta la muerte, en forma de tortura, recorrieron las redes sociales y los medios de comunicación, generando un amplio repudio en el movimiento de masas y centralmente en la juventud.
Rememoramos el histórico 21 de noviembre de 2019, cuando el pueblo se levantó en contra del paquetazo de Duque, pero también en contra de los asesinatos sistemáticos a líderes y lideresas sociales, por el desmonte del ESMAD, y en contra de la doctrina asesina de las fuerzas militares y paraestatales. Ahora, durante la pandemia por COVID-19 se ha profundizado la política de ajuste junto a la militarización y la represión por parte del régimen representado por el gobierno de Duque-Uribe, el cual, su partido el Centro Democrático, centraliza el poder legislativo, ejecutivo y judicial, además de precarizar las condiciones de vida de la clase trabajadora mientras salva a empresas como Avianca y deja en impunidad las sistemáticas masacres que han atravesado las fibras de todo el pueblo Colombiano.
Es así, como la indignación que estalla en la noche del 9 de septiembre, es la clara expresión del repudio al régimen, las instituciones criminales del estado y la avanzada del paramilitarismo cómplice del gobierno de Duque-Uribe, que hoy deja un saldo de más de 50 masacres en lo corrido del año, 219 personas asesinadas por la política de represión y muerte que impera en las veredas, cabildos, comunas, periferias y demás lugares del país donde el régimen ve la necesidad de callar el ascenso de lucha social y popular que se propaga con fuerte convicción y rebeldía en nuestro país.
La rabia y el dolor no se pudieron contener más. La movilización espontánea en las calles rebosó de gritos y lucha en contra de los asesinos de Javier, que andan sueltos con la venia del gobierno y las instituciones, pues los encubren y protegen. En vez de encarcelar a los culpables, teniendo ya todas las pruebas, el caso lo está investigando la fiscalía, institución imbuida por el uribismo que, por medio de las palabras de Duque, exalta la gallardía de la policía después de los asesinatos perpetrados por dicha institución con armas de fuego durante las protestas. Bajo estas condiciones, asesinan en el aparente silencio a miles de personas, pero el pueblo no olvida y vuelve a hacer carne la memoria del histórico genocidio en nuestro país. ¡En estos días donde la tortura y el asesinato es regla, el levantamiento es la única respuesta!
En Bogotá, la policía asesinó en el Día Nacional de los DDHH a más de 7 personas con disparos de fuego, una de ellas, menor de edad con 3 tiros en su cuerpo. La brutal represión de la policía que perpetró está masacre y dejó cientos de personas heridas durante su ejercicio legítimo de la protesta deja en evidencia que los verdugos del pueblo se escabullen por las calles, pero nuevamente se encuentran con la respuesta radical y posicionada de la juventud y el pueblo, quienes no están dispuestos a retroceder ante su represión, y que reafirman en cada momento la necesidad de combatir con fiereza a toda institución que quiera perpetuar el genocidio histórico que profundiza el gobierno reaccionario de Duque junto al Ministerio de Defensa que impuso la militarización de la ciudad, respaldando así los crímenes de la policía y poniendo en impunidad total la masacre.
La policía en Colombia tiene como característica no ser una fuerza civil, por tanto, está dirigida directamente por el Ministerio de Defensa y el gobierno, situación que le da un marco de independencia respecto a la orientación de la alcaldía de Bogotá. Esto ha hecho que Claudia López logre separarse como responsable política de los hechos de represión. La realidad es que ella en su función, preside el consejo de seguridad de la ciudad, es decir, puede dar orden de reprimir y dispersar las movilizaciones, sin embargo, la última palabra la tiene el comandante Óscar Gómez Heredia quien es elegido directamente por el gobierno nacional. ¡Toda una estructura antidemocrática y autoritaria! Hoy Claudia López habla sobre una reforma a la fuerza policial con el objetivo de apaciguar la movilización, cuestión que es funcional al gobierno, pues para lograr cambios como los que incluso propone, se necesita radicalizar la lucha, no moderarla bajo la idea falsa de que es posible reformar el estado y en sus propias palabras “recuperar la confianza en la policía”. ya queda claro que no se debe tener ninguna confianza en las instituciones del estado. No olvidemos que el movimiento ha pedido históricamente el desmonte del ESMAD y la supuesta política alternativa de Claudia López y Daniel Quintero propusieron protocolos, con el fin de seguir usando esta fuerza para aplacar las luchas del pueblo. Por tanto, la única forma de derrotar al terrorismo de estado y terminar de una vez por todas con el régimen actual, es la organización y la movilización.
Canalizar la rabia, la indignación y la lucha en organización
Toda esta lucha debe ser canalizada en formas de organización de la clase trabajadora y los sectores populares para lograr victorias y poder avanzar en contra del régimen genocida. Los enfrentamientos deben ser cada vez más firmes, conscientes y organizados. Por eso, es urgente exigir a las centrales obreras que hacen parte del CNP que reactiven las asambleas regionales, los encuentros nacionales e impulsen las asambleas de trabajadores y trabajadoras por sectores para poder definir en unidad la agenda de lucha y preparar de forma organizada la confrontación contra el régimen en las calles y los campos. Debemos pelear desde abajo, todas las organizaciones revolucionarias, las organizaciones sociales y los sindicatos antiburocráticos para lograr establecer estos espacios de democracia y poder avanzar.
Coincidimos con el Bloque por el Paro General Indefinido en la tarea de organizar democráticamente un paro y aumentar la movilización en todas las regiones del país. En esa medida, proponemos que se estructuren grupos o comités de choque, de primeros auxilios y de alimentación, con el objetivo de resistir y cuidarnos colectivamente ante la respuesta de las fuerzas militares, policiales y paraestatales.
El terrorismo de Estado se ha dejado en evidencia y por ende es menester orientar esta pelea para poder profundizarla contra el régimen genocida y el sistema capitalista en su conjunto. Por ello, ponemos en manifiesto un programa antirepresivo para orientar nuestra pelea:
- Que haya juicio y cárcel a los responsables del asesinato de Javier Ordoñez y a los policías que perpetraron la masacre de la noche del 9 de septiembre.
- Por el desmantelamiento de todas las fuerzas represivas del Estado, destrucción del aparato paramilitar y destrucción de la doctrina contrainsurgente, que es la que posibilita el actuar actual de las fuerzas represivas.
- Disolución inmediata del ESMAD.
- Juicio y castigo a los responsables directos y políticos de los crímenes y masacres ocurridos sobretodo dentro de las fuerzas represivas y el aparato político de la represión, asesinato, masacre, genocidio y violencia de género.
- Por la destitución inmediata de alcaldes, jueces y fiscales que ordenan, encubren y protegen a represores y genocidas.
¡Por eso invitamos y alentamos a participar en las movilizaciones que sean citadas de aquí en adelante y siempre! La lucha es ahora, pues hay una guerra contra el pueblo. ¡Respondamos con lucha, por la construcción de un mundo distinto desde asambleas barriales, fabriles, territoriales, y que la confrontación y la movilización en las calles sea lo que nos empuje constantemente hacia una sociedad radicalmente distinta!
Impulso Socialista
Liga internacional Socialista