Ante la crisis capitalista mundial y del país, Periodismo de Izquierda entrevistó a Alejandro Bodart, dirigente de la Liga Internacional Socialista y del MST en el FIT Unidad, sobre los desafíos y propuestas de la izquierda.
Ante la crisis capitalista y la pandemia, ¿cómo ves el panorama mundial y nacional?
Estamos asistiendo a la mayor crisis del sistema capitalista en su historia, que va a provocar rebeliones, revoluciones y giro a izquierda del movimiento de masas. Va a haber una gran polarización. Porque la derecha va a salir a enfrentar lo que se viene y tiene un programa de superexplotación. Por eso es tan importante que desde la izquierda revolucionaria construyamos partidos y una organización mundial para postularse en esta crisis.
La resistencia del movimiento en masas tenía mucho peso ya desde el año pasado, antes de la pandemia, porque la crisis viene de antes. Con la pandemia se agudiza el deterioro de los gobiernos y los regímenes, profundizando una situación pre-revolucionaria que en Latinoamérica y Medio Oriente venía desde 2019. Todo lo que ha estado pasando en Estados Unidos, lo que pasa hoy en Bielorrusia, con la masiva movilización y la votación en Chile, incluso derrotas de la derecha como en Bolivia, con un triunfo del MAS que preanuncia choques con el nuevo gobierno por el ajuste que viene a aplicar, son expresiones que nos permiten hablar de una situación pre-revolucionaria a nivel mundial. Y los socialistas tenemos que estar preparados para eso.
Frente a semejante crisis sólo hay dos programas. La derecha pretende llevarnos a la barbarie, vía a la que están adhiriendo casi todas las variantes capitalistas. El otro programa es el que tenemos desde la izquierda revolucionaria: la necesidad de ir hacia el socialismo, con democracia irrestricta para los trabajadores y los pueblos.
Alberto y su gobierno vienen cediendo a la derecha. ¿Es posible un tercer espacio político? ¿Qué rol debe jugar el FIT Unidad?
En Argentina hay un alza en las luchas obreras, populares y de la juventud, mayor malestar y deterioro del gobierno. Con la crisis económica y sanitaria, el apoyo inicial se fue diluyendo y la burguesía se divide en cómo actuar frente al gobierno. Dicen querer colaborar para que no estalle todo, pero las patronales y el imperialismo le han “picado el boleto” a Fernández. Pese a las concesiones que les hace y a la “unidad” que les propone Cristina, lo critican y quieren más.
Con la burguesía, la burocracia sindical y la Iglesia, el gobierno reintenta un pacto social. Pero está cuestionado por un ascenso de las luchas que tiende a crecer, para aguarle a Alberto su plan de pagar deuda, ajustar e intentar reformas estructurales como la previsional y laboral. La perspectiva es a una mayor espiral inflacionaria, lo que podría derivar hasta en hiperinflación, aumento del riesgo país, devaluación y nuevo corralito.
Frente a esto, todas las alas de la burocracia sindical, en crisis y repudiadas por las bases, se integran al gobierno como pata de ese pacto social. Esto podría actuar como mediación para no llamar al paro general que hace falta. Pero hay y habrá luchas duras, tendencia al desborde y autoconvocatorias como vemos en Enfermería, que debemos impulsar a fondo. La prioridad de la izquierda es disputar abajo, pegados a la base y el activismo para ganar peso en sectores. Promover ese irreverente activismo joven, con tendencia a la radicalidad, que se juega todo en las luchas. Prepararnos para posibles cambios bruscos en la lucha de clases, a partir de un salto en los conflictos o en la crisis económica y política, que aceleren y agudicen la situación.
Cuando sectores patronales hablan de una “Argentina al borde del abismo”, la izquierda debe estar a la altura. Impulsar iniciativas que el FIT Unidad debería concretar, pero no hace, para incidir con propuestas y un programa transicional ante cada demanda: ante la crisis capitalista, un proyecto socialista. Así lo planteamos desde el MST en el FIT Unidad. Y convocamos a cada activista, trabajadores, mujeres, jóvenes y luchadores ecosocialistas a sumarse para dar juntos esa pelea.
En la Conferencia del FIT Unidad planteaste un movimiento político de izquierda o partido de tendencias, ¿podrías explicarlo?
Sí. Como decía, el FIT Unidad está paralizado desde hace un tiempo. La derecha es la que se muestra como alternativa al gobierno, convoca a distintas acciones, banderazos. Frente a esto el FIT Unidad, en vez de responder y transformarse en el tercer polo que hace falta, para llenar ese espacio vacante, está paralizado por distintos debates y concepciones. Insistimos en marcarlo porque hay espacio para construir una alternativa, potenciar al FIT-U como la tercera opción para tallar en el país.
Digo parálisis por un lado por aquellos sectores que, ante la cuarentena, tienen una actitud conservadora al no querer salir ni ganar la calle. Hacen debates de manera equivocada para no responder a la situación, cuando más y más trabajadores de distintos gremios ganan la calle y los movimientos sociales también. El FIT Unidad tenía la obligación de salir, en apoyo a las luchas y para mostrar un polo ante el ajuste, contra la política económica y social pero también y sobre todo para presentarse como la alternativa política.
Por otro lado, actúan las concepciones sindicalistas de un sector del FIT Unidad que separa la lucha sindical de la lucha política, cuando están íntimamente unidas. Y el Plenario del Sindicalismo Combativo tendría que actuar junto con el FIT-U y el resto de la izquierda para para dar una alternativa y movilizarse de conjunto. Tenemos que terminar con un FIT-U que sólo actúa en las elecciones: tiene que actuar unido en las luchas que se dan. Y actuar sobre todo en la crisis política, con un plan de movilización y disputa, tanto a la derecha como al gobierno, frente a cada hecho. Con grandes actos, marchas, caravanas y distintas iniciativas si queremos transformarnos en una alternativa. Nosotros creemos que si hacemos esto, podemos. Y si a su vez nos animamos a dar el paso de convocar a un movimiento mucho más amplio de la izquierda, donde puedan intervenir todos.
Nuestra propuesta es transformar al Frente de Izquierda-Unidad. Que de ser hoy sólo un frente electoral pase a ser un gran movimiento político de izquierda que permita incorporar a decenas de miles de activistas, luchadores sociales, por los derechos humanos, ambientales, culturales. Hoy no tienen cabida en el FIT Unidad, al ser un frente que actúa solo para las elecciones y tiene una actitud de abstencionismo en lo político.
Si en verdad queremos retomar ese impulso que tuvo en su momento, es necesario transformar al FIT Unidad en un movimiento político de izquierda. Donde las fuerzas del FIT-U sean el motor. No sólo no se disuelvan, sino ser parte fundamental del impulso de una organización de ese tipo para disputar franjas de masas. Para que esta crisis, que va a provocar cada vez más desencanto con los viejos partidos, termine postulando y fortaleciendo una alternativa de izquierda para que realmente disputemos, no sólo diputados, sino que nos perfilemos para disputar el poder.
Para que se les dé lugar a otras expresiones políticas y sociales, y se desarrollen mecanismos democráticos para decidir todo, incluso cómo intervenir en lo electoral. Donde podamos centrar en la intervención común y a fondo en los procesos de la lucha de clases, en procesos sindicales, de la juventud, la mujer y la diversidad, ambientales. Y desde ya, para poder plantarnos como la alternativa política a la crisis, con un programa que sólo tiene la izquierda.
Estamos ante la mayor crisis del sistema capitalista mundial y argentino. Es necesario que la izquierda socialista y revolucionaria se presente con un programa alternativo, que parta de las cosas concretas, como el tema de los salarios, los despidos, la pandemia y la salud, dar respuesta a Enfermería o educación. Y que para eso aborde temas como el no pago y auditoria social de la deuda, estatizar toda empresa que cierre o despida, poner impuestos progresivos a quienes más tienen, reestatizar las privatizadas bajo control de trabajadores y usuarios, anular los tarifazos, imponer un verdadero control de cambios y evitar la fuga de divisas a partir de nacionalizar la banca y el comercio exterior.
Proponemos un movimiento de izquierda o partido de tendencias para plantear que la única salida es un sistema socialista para dar respuesta a la problemática de la tierra, del trabajo, la industrialización o la unidad latinoamericana para enfrentar al imperialismo y poner fin a la pandemia que es el capitalismo. El avance de la LIS, como sector dinámico del internacionalismo revolucionario, es un punto de apoyo para responder a esta desafiante situación y avanzar en un proyecto socialista para la humanidad.
Entrevistó: Francisco Torres