Por Sergio García
Para un sector importante de trabajadores y jóvenes que esperaban un rumbo distinto del gobierno, las últimas semanas han sido de sorpresas y decepciones. No habían terminado de asumir que el gobierno no expropio Vicentin, cuando tuvieron que escuchar el anuncio de la baja a las retenciones del complejo sojero y minero, más nuevos subsidios a las petroleras. Recibido el impacto y sorpresa, a renglón seguido llegó la decisión política de reprimir brutalmente a familias en Guernica. Las imágenes, indignantes, golpearon sobre la cabeza de sectores sensibles de la población.
Cuando esta intragable política represiva a favor de una minoría privilegiada, todavía está en debate y muy cuestionada, llegó la misión del FMI, en medio de anuncios de Guzmán que anticipan más ajuste y entrega; nueva fórmula jubilatoria que no toma en cuenta la inflación, por lo cual es un ajuste a los jubilados, y la solicitud al Fondo de un programa de facilidades extendidas, que es una sumisión a largo plazo. Más un pedido al Parlamento, es decir a Juntos por el Cambio, de que lo voten juntos y sin grieta.
El país que se viene está signado por ese rumbo de ajuste, FMI y represión. Y ese rumbo ya viene siendo enfrentado y seguramente lo será aún más el tiempo que viene, por diferentes luchas sociales de trabajadores, desocupados, jóvenes, ambientalistas y el movimiento feminista y disidente.
Seguramente a este sector ya movilizado se irán sumando mes a mes nuevas capas de la población, entre ellas muchas y muchos votantes del Frente de Todos obligados a salir a la calle por sus derechos sociales o en apoyo al derecho de otras y otros afectados por el ajuste. Cómo sea, este proceso crecerá en el terreno de las luchas y puede jugar un rol positivo. Desde la izquierda clasista tenemos que apoyar cada lucha, impulsarlas, coordinar con quienes se van sumando y jugarnos a desarrollar la lucha por abajo contra la burocracia sindical de todo pelaje y alentar los procesos de autoconvo-catoria allí donde surgen o esté planteado su desarrollo.
Vamos a un país de más ajuste, más luchas y más
polarización social y política, ya que la derecha reaccionaria de Juntos por el Cambio también actúa fuerte, aprovechando todas las oportunidades que le da el gobierno con su política de acordar el rumbo con los sectores más concentrados de la economía, las grandes corporaciones extractivas y la burocracia sindical.
Debates y propuestas en el FIT-U
La necesidad política del momento, frente un gobierno que ajusta y se entrega al FMI, y frente a una derecha troglodita, es levantar con fuerza una tercera voz política alternativa e independiente a todas las fuerzas del régimen capitalista. Y esa tarea solo puede llevarla adelante el FIT Unidad si se dispone correcta y audazmente a realizarla.
Para eso, deben superarse visiones equivocadas que desde dentro de nuestro frente vienen retrasando este objetivo.
Hemos debatido y polemizado reiteradas veces con los compañeros de PO e IS sobre lo equivocado que es separar las luchas obreras y populares de la lucha política, y su negativa a impulsar en común grandes jornadas de movilización y actos masivos, entre sectores obreros y populares en lucha, el sindicalismo combativo y la izquierda organizada en el FIT-U. Esa división irreal, solo contribuye a dejar a nuestro frente como un actor electoral y no colocarlo a la ofensiva política, disputando en forma permanente en todos los terrenos con una estrategia común y conjunta sobre todo el proceso político y de lucha.
Es en este sentido que venimos proponiendo avanzar en un cambio profundo del FIT-U como condición necesaria para evitar cierta parálisis y aparecer mucho más fuertes y visibles en el escenario político nacional. La conferencia de prensa que impulsamos la semana pasada en apoyo a Guernica y en rechazo a las calumnias de Berni, y el acto de este martes contra la llegada del FMI, son pequeños pasos en ese sentido. La izquierda anticapitalista y socialista somos una realidad de este país, podemos aprovechar este peso político y social o desaprovecharlo. Será una cosa o la otra depende que rumbo se elija. En lo inmediato, se impone generar las próximas semanas una gran acción conjunta de los procesos de lucha del momento como Guernica, Enfermería, Latam, la lucha socioambiental, por el aborto legal y otros procesos en curso junto con el FIT Unidad para realizar una gran movilización y acto político conjunto. Eso es clave para elevar nuestra voz y que millones escuchen y vean otra propuesta.
Por un gran movimiento político
Hacia adelante, insistimos en la necesidad de superar el formato actual del FIT Unidad, que no condice con las necesidades políticas y sociales del momento. Se necesita superar los limitados esquemas de frente electoral, avanzar mucho más hacia un movimiento político más de fondo, donde todo se debata y decida democráticamente y se busque una estrategia común hacia todo proceso de la lucha de clases y hacia todos los debates políticos. Un gran movimiento donde haya lugar para que sectores que no sean parte de nuestros cuatro partidos puedan integrarse y sentirse realmente partícipes. Para que referentes, intelectuales, ambientalistas, jóvenes, feministas, referentes sociales puedan ingresar y sentir que este es un lugar donde son protagonistas, escuchados y pueden aportar. Hay que abrir las puertas del FIT Unidad para que llegue con más fuerza a miles y miles, para que nos desarrollemos como una verdadera alternativa de poder, frente a todas las variantes del régimen capitalista.
En el último tramo de este 2020 y hacia un 2021 de más crisis, ascenso, tensiones, polarización y lucha política en todos los planos, se hace evidente encarar estos debates y buscar superaciones que fortalezcan a la izquierda y a nuestro frente.