Por Awais Qarni
Este año las actividades en torno a la “Marcha por la Restauración de los Centros de Estudiantes” están previstas para el viernes 27 de noviembre. El 23 de noviembre, el ministro de Educación federal anunció el cierre de las instituciones educativas por un mes debido al aumento de casos de Covid-19. Las actividades recientes en torno a la Restauración de los Centros de Estudiantes son en realidad la continuidad de las marchas estudiantiles de los dos últimos años. Sin embargo, las actividades de este año tienen algunas características importantes. La marcha del año pasado estremeció a los sectores de poder. Estas marchas, que se llevaron a cabo en más de 55 ciudades de todo el país, tenían una única exigencia: levantar la prohibición de 36 años sobre los Centros de Estudiantes. Los estudiantes demostraron su inmenso poder en las calles, lo que obligó a los funcionarios del gobierno a aceptar al menos verbalmente sus demandas constitucionales por los centros. Se presentaron y se debatieron proyectos de ley en varias asambleas provinciales sobre el restablecimiento de los centros de estudiantes. Sin embargo, a través de intrigas políticas tradicionales, el gobierno enredó toda la discusión sobre la restauración de los centros con el “Código de Conducta”. Luego, toda la discusión sobre los centros de estudiantes fue escondida detrás de la fachada del Covid-19, mientras que en el mismo período se adoptaron nuevas medidas draconianas contra los estudiantes. El presupuesto de HEC (Comisión de Educación Superior) se redujo a la mitad. A pesar de la falta de infraestructura técnica e internet en la mayor parte del país, se inició la educación en línea. Independientemente de la suspensión de clases, no solo se cobraron tarifas por la fuerza, sino que también se incrementaron exponencialmente. También aumentaron los horribles incidentes de acoso sexual. Se abolieron las becas para estudiantes procedentes de zonas remotas y atrasadas del país. Esta serie de medidas opresivas aún continúa, pero la lucha contra estas opresiones también se ha expandido. Los estudiantes han librado una batalla audaz contra las clases en línea, ya que la infraestructura técnica deficiente y la falta de una amplia accesibilidad a internet les imposibilita aprovechar esas clases. De la misma forma, desde Baluchistán a Peshawar a Gilgit lucharon contra el acoso en los campus universitarios. Los estudiantes de Baluchistán y ex-Fata llevaron a cabo una larga marcha exitosa contra la abolición de los escaños de reserva y las becas. Los estudiantes de medicina también están mostrando su fuerza contra las nuevas órdenes administrativas opresivas. La respuesta de los estudiantes contra todo tipo de opresión es un reflejo del malestar social que hasta ahora no se expresaba abiertamente. Tales circunstancias dan un aura extraordinaria a la marcha por la restauración de los centros de estudiantes de este año.
El año pasado, un gran éxito para el movimiento estudiantil fue el establecimiento del «Comité de Acción Estudiantil». Muchos de estos comités se multiplicaron en numerosas ciudades de todo el país. Estos pasos tuvieron una importancia histórica ya que sus raíces se remontan al maravilloso movimiento estudiantil-obrero de 1968. Esta historia de sacrificio y lucha asombrosa se extiende desde la lucha contra la dictadura de Ayub Khan hasta la lucha contra la dictadura reaccionaria de Zia. Las clases dominantes estaban tan aterrorizadas por las organizaciones estudiantiles y sus diversas alianzas progresistas que el dictador Zia Ul Haq impuso cobardemente una prohibición total de los centros de estudiantes en 1984. Sin embargo, los gobiernos ‘democráticos’ posteriores no solo mantuvieron la prohibición, sino que también iniciaron pasos criminales que despolitizaron aún más a los estudiantes y los empujaron hacia elementos reaccionarios. En 2007, a pesar de la prohibición de los centros de estudiantes, el Comité de Acción Estudiantil libró una lucha formidable contra la dictadura de Musharraf. Es una ironía del destino que en ese momento las reuniones del Comité de Acción Estudiantil solían celebrarse en la residencia de Lahore de Imran Khan (el actual primer ministro). En Pakistán, todos los gobernantes, cuando están en la oposición, explotan el poder de los estudiantes para sus intereses mezquinos y, cuando llegan al poder, someten a esos mismos estudiantes a una severa represión.
La herencia de los Comités de Acción Estudiantiles no se limita a una era, región o país específico. Engloba todas las luchas de los jóvenes y los estudiantes contra la opresión y la explotación en todo el mundo y, sobre todo, el sacrificio y las luchas desinteresadas de los estudiantes en Pakistán durante casi cinco décadas. A pesar de todos los desafíos objetivos y culturales regresivos, la formación del actual Comité de Acción Estudiantil es un gran paso adelante. Históricamente, el subcontinente indio ha sido la confluencia de varias culturas, algunas de las cuales fueron la cuna de la civilización humana. Como resultado, la formación de estructuras democráticas juega un papel importante en cualquier movimiento. Por un lado, se ha demostrado que la formación de Comités de Acción Estudiantiles en varias ciudades es oportuna; por otro lado, ha demostrado su potencial para organizar con éxito las actividades del 27 de noviembre. También jugarán un papel importante en las luchas futuras.
La pandemia de Covid representa un gran desafío este año. Mientras que la lucha exige sacrificios y desinterés, la planificación de la batalla y las preferencias garantizan el éxito. En este sentido, tenemos que analizar las condiciones objetivas de manera meticulosa y previsora para desarrollar un análisis y perspectivas coherentes. Durante la reunión en la que se tomó la decisión sobre la marcha del 27 de noviembre se plantearon estos puntos. El Frente Revolucionario Estudiantil (RSF) propuso al Comité de Acción Estudiantil que tenemos que organizar nuestras actividades teniendo en cuenta la pandemia de Corona y las cuarentenas relacionadas al Covid. Pero varios representantes del Comité tenían otras consideraciones. RSF, que adhiere a las tradiciones democráticas, evitó imponer su voluntad sobre los demás y les permite aprender de su experiencia. Ahora es el momento de aprender lecciones. Podemos compensar nuestros errores y evitarlos previendo políticamente, de lo contrario, aquellos que repiten sus errores siempre se pierden en el desierto.
En vista del cierre de las instituciones educativas durante un mes, los estudiantes, especialmente las mujeres, tendrán que confinarse en sus hogares. Los albergues estarán cerrados. Las dificultades económicas han aumentado tanto que las necesidades básicas de la vida están fuera del alcance de la gente común. En consecuencia, los estudiantes tendrán que regresar a sus hogares. En este sentido, la consigna inmediata para el 27 de noviembre debe ser la abolición de las clases en línea sin internet y sin infraestructura técnica básica. Los estudiantes pueden salir a las calles en el futuro en contra de tales medidas. Estas actividades comparativamente limitadas deben utilizarse como terreno preparatorio de luchas futuras. Hasta la normalización del proceso educativo, la formación política de los estudiantes es de suma importancia. Definitivamente, la Marcha de Solidaridad Estudiantil del año pasado encendió la discusión en torno a los Centros de Estudiantes; sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer y capas más amplias de estudiantes aún desconocen la importancia de los centros de estudiantes. Incluso muchos no pueden diferenciar entre los centros de estudiantes y las organizaciones estudiantiles. Necesitamos escribir sobre estos temas y difundirlos. Las redes sociales pueden resultar una buena plataforma para este propósito. Este tiempo debe utilizarse para realizar seminarios y círculos de estudio para la formación de cuadros jóvenes. De esta manera, se puede desarrollar un liderazgo colectivo de jóvenes. A pesar de todas las impresionantes cualidades, los individuos no pueden sustituir al liderazgo colectivo. Solo un liderazgo colectivo puede fortalecer aún más las cualidades personales de los individuos. Esta educación política creará una confianza sin precedentes en los estudiantes que enfrentarán todo tipo de opresión. De esta manera, cuando la situación objetiva vuelva a ser relativamente normal, se podrán celebrar reuniones masivas en las principales metrópolis de todo el país sobre la restauración de los Centros de Estudiantes. Esto generará una camada de estudiantes con conciencia política que tendrán una comprensión profunda del pasado de los Centros de Estudiantes, de su papel histórico y su potencial en la era actual. Estos estudiantes no se dejarán seducir por las promesas vacías de los gobernantes, sino que les arrancarán sus derechos con su poder colectivo.