Al reunir a 500.000 manifestantes en 70 ciudades el sábado 28 de noviembre de 2020, la movilización contra la “ley de seguridad integral” fue masiva. Es un éxito inequívoco para los defensores de los derechos y las libertades democráticas, en pleno estado de emergencia, bajo la restricción de la cuarentena. Una movilización acorde con la determinación de la población, entre los que destaca la juventud, de ver derogado este proyecto de ley liberticida. También es la marca de la debilidad política de Macron y su gobierno, la ilustración de la crisis que sacude al podrido y antidemocrático régimen de la Quinta República.
Las imágenes de violencia policial de las últimas semanas han recordado a todos y cada uno la brutalidad e impunidad de que gozan sus autores. ¿Cómo no pensar en las muertes de Zined, Bouna, Adama, Steve, Zineb, Cédric y la violación de Théo? Cuando el ministro del Interior, Darmanin, admite que hay “problemas estructurales” en la policía; cuando Macron declara que las imágenes de la agresión de Michel “nos dan vergüenza”, o cuando reconoce que cuando “se tiene un color de piel que no es blanco, se está mucho más controlado”, ambos no hacen más que admitir la naturaleza profundamente antiobrera, racista, xenófoba e islamófoba de la policía y de toda una “institución” dedicada a defender los intereses de los capitalistas. ¿Cómo no pensar en los mutilados/as y heridos/as con chalecos amarillos o incluso en la represión sistemática sufrida por las y los manifestantes, trabajadoras/es, jóvenes, secundarios o estudiantes, activistas sindicales, desde la huelga contra la ley anti-laboral El Khomri en 2016 hasta la reforma jubilatoria en 2020?
¡Una represión violenta que los habitantes de los suburbios y barrios populares sufren a diario desde hace más de cuatro décadas! Sabemos que las leyes de seguridad se utilizan, ante todo, contra la clase trabajadora y el movimiento sindical. Desde este punto de vista, Macron y su gobierno se preparan para el enfrentamiento.
La amenaza represiva se expresa en la voluntad del gobierno de municipalizar y privatizar los poderes de policía y gendarmería (art. 1 a 19), monitorear a la población de manera extensa y descontrolada mediante cámaras individuales llevadas por la policía y drones con fines coercitivos (art. 20 a 22), censurar las imágenes de las intervenciones policiales y penalizar su difusión (art. 24), permitir la introducción de armas de servicio en establecimientos abiertos al público sin que los/as agentes estén de guardia (art. 25), permitir a cualquier agente público realizar test de alcoholemia de improviso aunque no haya violación al código de tránsito (art. 29), y prohibir y penalizar la posesión y suministro de materiales pirotécnicos sin ser experto (art. 30).
La inseguridad, la violencia, el miedo que afectan a millones de mujeres, hombres y niños son sociales: ¡es el desempleo, la pobreza, la precariedad, el hambre y el empobrecimiento!
- La inseguridad es Macron-Castex-Darmanin.
- ¡Todas y todos juntos, paremos el brazo de los matones!
- ¡Retiro total de la “ley de seguridad global”!
- ¡Fuera Macron-Castex-Darmanin!
La Comuna, por un partido de los trabajadores
París, 4 de diciembre de 2020