Brasil: cada 5 minutos, 8 vidas menos. ¡Huelga general por la vida ya!

Por Alternativa Socialista, LIS-Brasil

La tragedia anunciada bate récords día tras día. El promedio de muertes y las muertes cada 24 horas causadas por Covid-19 no hacen más que crecer a un ritmo acelerado. La variante brasileña P1, ya está extendida por  todo Brasil. Provoca un nivel de contagio incontrolado y eleva el número de fallecidos, afectando a la población de menor edad y provoca una estancia media más larga en el hospital, lo que hace que se saturen las camas. Doce días seguidos con un promedio de muertes batiendo récords, además de 50 días en los que superó los 1.000 muertos diarios.

El director general del Hospital Sirio-Libanés (uno de los más importantes del sector privado en SP), Paulo Chapchap, habla de un escenario de guerra en Brasil y defendió la adopción inmediata de medidas más restrictivas, bajo pena de que si no se adoptan, la situación empeore aún más. La Fiocruz (instituto estatal de investigación y desarrollo en ciencias biológicas), en relación con el aumento del número de infecciones y muertes, declaró en una nota técnica publicada el 03/03/2021 «que son sólo la punta del iceberg».

La política del gobierno de Bolsonaro no sale del negacionismo desde el principio, con campañas contra el uso de barbijos y la vacunación. En la OMS, Brasil, fue el único país en desarrollo que se opuso a la liberación de las patentes de vacunas. El país tiene una media de 5,3 personas vacunadas por cada 100 y votó en contra de la medida junto a países como Reino Unido (35 dosis por cada 100 habitantes), Estados Unidos (28/100) y Suiza (11/100). El desprecio de este gobierno por la vida del pueblo trabajador  es abierto y espantoso, y pone en riesgo la vida de miles dentro y fuera de Brasil.

Su política responde a la presión del mercado, por un lado, pero también a la imposibilidad de responder a la creciente crisis económico-social del país. A diferencia de lo que ocurría hace un año, hoy no es posible que el gobierno lance un Subsidio de Emergencia de 600 reales para hacer realidad un nuevo Lockdown, y ahí es donde se encuentran tanto el gobierno federal como los estatales, de «izquierda» a derecha. Esta es la explicación de por qué ningún gobernador hasta ahora ha adoptado el Lockdown en su estado, generando una gran tensión con el gobierno de Bolsonaro, exigiéndole que tome medidas como el subsidio de emergencia, entre otras. En un año desde el inicio de la pandemia, los precios de los alimentos subieron un 15% en el país, la inflación del periodo fue del 5,20%, según datos publicados por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística). En estos 12 meses de pandemia, el precio del aceite de soja subió un 87,89%, el del arroz un 69,80%, el de la papa un 47,84% y el de la leche larga vida un 20,52%. La situación económica del país afecta a toda la clase trabajadora y el pueblo pobre, lo que, combinado con la pandemia, da lugar a un cóctel explosivo en la situación social.

La PEC (Proyecto de Enmienda Constitucional) de emergencia, un nuevo revés para el gobierno de Bolsonaro

Un titular del Folha de San Pablo de ayer (horas después de la votación en la Cámara de Diputados) dice: «El Gobierno se ve obligado a deshidratar la PEC de emergencia para no sufrir una derrota«. La medida votada hace que se suspenda el ajuste salarial y la creación de cargos para los trabajadores públicos, a pesar de tener que retirar la propuesta de anular las progresiones de carrera y los ascensos, supone un duro golpe para los trabajadores y trabajadoras del Estado. Pero el gobierno de Bolsonaro tiene un problema tan grande que con la votación de esta medida (además de ser insuficiente en relación al tamaño del ajuste que pretende el equipo económico del ministro Paulo Guedes), abre un frente de conflicto con la Policía Militar, un sector aliado del presidente y de gran valor para su base social. El Sindicato de Policías Brasileños (UPB) ha lanzado hoy una amenaza de huelga si la medida se mantiene.

Además, el gobierno tuvo que dar marcha atrás en su intento de anular el gasto mínimo obligatorio en los fondos de Educación y Salud, una medida que significaba un importante golpe para la clase trabajadora por lo que recibió el inmediato rechazo popular de diversos sectores. También se eliminó de la propuesta quitar recursos destinados a Medio Ambiente y Cultura, entre otros.

El resultado fue proporcionar un Subsidio de Emergencia insuficiente, de 250 reales promedio y a un número menor de beneficiarios. Con ella esperan conseguir la tranquilidad social necesaria para surfear sobre una crisis sanitaria, política, económica y social que está lejos de calmarse.

Por nuestras vidas, Fuera Bolsonaro y Mourão ahora! No en 2022

«Para evitar 400.000 muertes en el Día de la Madre, es necesario rebelarse contra Bolsonaro«, no son palabras nuestras, son de un periodista (Vinicius Torres Freire) de Folha de SP en su columna de opinión. Pero estamos totalmente de acuerdo con ellas, es necesario sacar al gobierno asesino de Bolsonaro con la fuerza de nuestra clase movilizada y luchando. No podemos esperar un año, es la vida de miles de personas la que está en juego. Por eso no aceptamos la propuesta de quedarnos de brazos cruzados mientras la pandemia avanza y el gobierno intenta sobrevivir a costa de nuestra miseria y nuestros derechos.

Es preciso construir la más amplia unidad en la lucha contra este gobierno de muerte. Una unidad nacional e internacional para tirar a Bolsonaro, Mourão y todo el gobierno. Detener esta matanza es una necesidad inmediata, no para las próximas elecciones como algunos plantean. La política del PT, Lula, la actual dirección mayoritaria del PSOL y otros sectores progresistas, de discutir frentes electorales hoy es la mejor forma de mantener en el poder al gobierno asesino de Bolsonaro.

Lula, ahora lanzado a la campaña por la presidencia, habla de gobernar para volver a tener en este país un «Estado capitalista serio, promotor del desarrollo«, aprovechando los beneficios del agronegocio y dando más armas a la policía que «pobre» trabaja con material viejo. Para ello propone reeditar el gran Frente Amplio que une a derecha e izquierda, con la única condición de coincidir en la necesidad de destituir, por la vía electoral a Bolsonaro para recuperar ese estado capitalista serio. En el PSOL hay debates, por ejemplo, Guilherme Boulos, minutos después de terminar de la conferencia de prensa de Lula (donde fue invitado al escenario) publicó en Twitter: «La unidad de la izquierda es necesaria contra Bolsonaro. Ahora, en la lucha por salvar vidas y combatir el hambre. En 2022, para reconstruir Brasil».

Nosotros decimos que es urgente que las centrales sindicales salgan de su parálisis y llamen urgentemente a la lucha contra este gobierno, por vacunas para todes y a la liberación de las patentes, por subsidio de emergencia de un salario mínimo y de todo el presupuesto necesario para adoptar las medidas sanitarias urgentes que se necesitan de punta a punta en Brasil, unificando realmente el Sistema de Salud en un único sistema público y estatal que responda a las necesidades de todo el pueblo, evitando así que sólo los que pueden pagar tengan acceso a una salud de calidad mientras los pobres mueren a las puertas de los hospitales. Para luchar por salarios dignos para la primera línea, los trabajadores de la salud que dejan sus vidas en esta pandemia. Por el no pago la deuda pública y destinar esos fondos a salvar vidas. La situación es de extrema urgencia, necesitamos que convoquen una Huelga General ya para poner las necesidades y las vidas de la clase trabajadora por delante de cualquier beneficio del capital.