La dictadura del AKP, junto al pro-fascista MHP, ataca al pueblo kurdo y a sus representantes políticos para fortalecer su inestable régimen autoritario como en los años 90. Primero, el diputado del HDP, Ömer Faruk Gergerlioğlu, ha sido despojado de su cargo debido a que fue sentenciado por una denuncia contra una noticia que compartió en redes sociales hace años. Por la noche, el fiscal jefe de la Corte Suprema, Bekir Şahin, presentó una causa de cierre contra el HDP. Además, se solicitó la proscripción política de más de 600 políticos del HDP.
Así, Erdogan allanó el camino para el genocidio político del HDP, el cual Bahceli, líder de su socio político MHP, ha estado promoviendo agresivamente durante mucho tiempo. Por lo tanto, el partido gobernante tiene como objetivo expandir aún más la política de represión que ha estado aplicando al nombrar interventores para los municipios del HDP y arrestar a los opositores políticos durante años. No terminará con el cierre del HDP y la prohibición de más políticos. Este afectará a todos los trabajadores, los pobres y las identidades oprimidas, que rechazan el régimen unipersonal de Erdogan. Políticamente están estancados, desconfían de las urnas y buscan una salida.
Los representantes políticos del pueblo kurdo han enfrentado innumerables opresiones y han pagado altos precios. Pero no pudieron disuadir al pueblo kurdo que en repetidas ocasiones ha enviado a sus representantes políticos al parlamento, demostrando que las prohibiciones y el cierre de partidos no pueden evitarlo.
Pero a medida que el gobierno se atasca por dentro y por fuera, ve que sus opciones se agotan. La asociación AKP-MHP, que no quiere oposición ni foco de resistencia, está tratando de apuntalar lo que mejor le sale sobre la cuestión kurda y el HDP, y salvar su futuro aumentando la hostilidad y la polarización nacional entre los pueblos.
En una situación en la que la pobreza y el desempleo están en su apogeo y los trabajadores son empujados a los brazos de la miseria y el sin futuro debido a la pandemia y la crisis económica, el gobierno actual no puede encontrar otra salida. Sueñan con una Turquía donde la opresión policial reprima constantemente cualquier protesta, la gente que habla libremente es amenazada y juzgada, y una amplia gama de derechos democráticos de los oprimidos se reduzcan.
Desde el Partido Socialista de los Trabajadores (SEP) y la LIS, declaramos nuestra solidaridad internacionalista contra los ataques del gobierno contra el pueblo kurdo oprimido y sus representantes políticos, el HDP. Está en nuestras manos no permitir que esta oscuridad se vuelva más oscura. Llamamos a todos los trabajadores a luchar para expandir los derechos y libertades democráticas y fortalecer la solidaridad.