Por Martín Carcione
El Partido Socialista de los Trabajadores fue una de las agrupaciones más importantes de la izquierda en los ‘70. En una década atravesada por enormes luchas obreras y también duros golpes represivos, tuvo la capacidad de avanzar y retroceder junto a la clase obrera y el movimiento de masas, construyendo una sólida estructura de cuadros y militantes.
Quienes provenimos de su tradición y reivindicamos su historia, como es el caso de nuestro MST, lanzamos una nueva edición de Rastros en el silencio. El trotskismo frente a la Triple A y la dictadura a través de La Montaña ediciones socialistas. Un homenaje a las y los compañeros que construyeron el PST dejando, en muchos casos, la vida en esa tarea.
La historia relatada por sus protagonistas
Rastros tiene una característica que lo hace único, es un libro construido sobre la base del relato de quienes fueron parte de la construcción del PST, interviniendo en las principales luchas obreras del período, enfrentado la represión de las bandas fascistas organizadas bajo el amparo del gobierno peronista y luego de la brutal dictadura genocida, desarrollando en ese proceso un dinámico partido y una corriente internacional con activa participación en decenas de países. Las características, el método y la política del PST retorna en la voz, de algunos de los protagonistas, que sufrieron la cárcel, el exilio o el tabicamiento interno.
Otra característica a destacar es la pluralidad de esas voces
La primera edición de Rastros salió a la luz en el 2006, en ocasión de los 30 años del golpe, 15 años después, cuando miles de jóvenes se suman a la pelea por transformarlo todo, esta nueva edición viene a fortalecer un aspecto clave de la construcción de una herramienta política revolucionaria, su anclaje en la tradición, el hilo conductor con las peleas que permitieron que hoy el trotskismo sea sin dudas la corriente más dinámica de la izquierda en Argentina mientras que otras corrientes, muy fuertes en los ‘70, no existan prácticamente en la escena política nacional o algunos de sus militantes, que entonces hablaban de la patria socialista, comanden hoy las filas del gobierno o la oposición burguesa.
Sin ir más lejos, como pudo verse hace pocas horas, fue con un amplio protagonismo del trotskismo que la Plaza de Mayo volvió a colmarse en este 45° aniversario del golpe militar, mientras que estos sectores llamaron a desmovilizar.
No exageramos si decimos que en la historia del PST, relatada en Rastros, encontraremos buena parte de la explicación a este devenir tan disímil en el amplio campo de la izquierda.
Una herramienta para fortalecer la construcción de nuestro partido y nuestra internacional
Esta nueva edición de Rastros suma nuevos testimonios a los ya recogidos en el 2006, amplía el registro de imágenes, completa y profundiza en recuperar al conjunto de las compañeras y compañeros asesinados y desaparecidos (tarea siempre perfectible) y nos presenta interesantes notas de opinión de valiosos compañeros y compañeras sobre distintos aspectos del libro y polémicas que, alrededor del análisis de aquellos años, se presentan en la actualidad.
Estás opiniones, desde distintas perspectivas, retoman la importancia de recuperar la tradición de lucha del PST al servicio de enfrentar los desafíos y problemas políticos de la actualidad, como la continuidad de la lucha en defensa de los DDHH, la transformación profunda de la sociedad en un sentido socialista y las polémicas al interior de la propia izquierda.
Esto sumado a un importante aporte documental sobre la planificación y ejecución de la represión en el gobierno peronista y durante la dictadura, documentos desclasificados del Departamento de Estado de los EEUU y un completo glosario, conforman un libro que es una verdadera herramienta de lucha, de formación y un impulso de furia, por qué no, para que la llama de la pelea por asaltar los cielos se avive si comprendemos que si en los peores momentos nuestro partido y nuestro programa vivieron y se fortalecieron, hoy que el mundo se encuentra atravesado por rebeliones y revoluciones, no queda más que seguir peleando con rabia hasta triunfar, como lo dijo nuestro compañero Nahuel Moreno, porque podemos triunfar, no hay dios que haya escrito que no podemos hacerlo.