Por Coordinación Nacional de Marea Socialista
Recientemente el Partido Comunista de Comunista de Venezuela (PCV), a través de un comunicado (I) convocó a la clase trabajadora venezolana y a los sectores populares a construir una alternativa política revolucionaria frente a lo que ellos llaman «el pacto de élites», refiriéndose a las negociaciones de cúpulas que se están desarrollando en México entre el gobierno de Nicolás Maduro y parte de la oposición de derecha tradicional.
En el desarrollo de dicho escrito puede leerse una serie de elementos que, acertadamente, dan cuenta de lo que viene siendo el diseño del plan ultra capitalista, ya no sólo del gobierno madurista, sino abiertamente con el concurso del empresariado tradicional, con FEDECAMARAS a la cabeza y por supuesto con la aceptación consiguiente de sus expresiones políticas, ya sea Juan Guaidó, Henrique Capriles y compañía.
En ese sentido, no sólo que es correcto denunciar todas las negociaciones secretas que se vienen dando, desde hace bastante rato, entre ambas cúpulas de viejos y nuevos ricos, sino que es necesario unir fuerzas entre los sectores sociales que hemos soportado los descomunales embates de una crisis sin precedentes en nuestra historia contemporánea, con los trabajadores sufriendo la gran carga de padecimientos con el pueblo llano en su conjunto. Y para ello no basta solamente con la propaganda y las convocatorias públicas; hace falta ponerse de verdad en esa labor práctica y concreta de lucha.
Desde Marea Socialista venimos insistiendo en lo mismo desde hace años
Las negociaciones en México son apenas otro paso más en lo que ha sido un largo recorrido de acuerdos entre las cúpulas corruptas, que han diseñado un rumbo traducido en desgracias y miserias, para la gran mayoría del pueblo venezolano. Bastante hemos dicho que, si bien mantienen sus enfrentamientos entre clanes, en lo que sí tienen plenitud de acuerdo es en quien debe pagar la crisis. Por ello, aunque el gobierno es quien lleva la batuta de poner en marcha proyectos como el Arco Minero del Orinoco, la Ley Antibloqueo, la Ley Contra el Odio, El Plan de Zonas Económicas Especiales, el Memorándum 2792 y en general toda la arremetida de confiscación de derechos fundamentales de los trabajadores, esta política le es muy funcional a los intereses de la oposición patronal y sus jefes internacionales (Estados Unidos y otras grandes potencias, así como importantes sectores del capitalismo mundial).
Están rematando el país, poniéndoselo en bandeja a los capitales chinos y rusos, principalmente unos, y a los capitales europeos y norteamericanos los otros. En el caso de los nuevos ricos conectados con la burocracia gubernamental, llamados comúnmente como «boliburgueses», también están aprovechando para invertir parte de las enormes sumas de dinero que se han robado y dar el paso definitivo a ser grandes propietarios, pues no les basta con ser solamente burócratas del gobierno y del Estado.
Es una caracterización más que confirmada y desde Marea Socialista veníamos alertando sobre este curso del gobierno, mientras dirigíamos nuestros esfuerzos al intento de poder levantar una alternativa política y de lucha, que fuese capaz de movilizarse en las calles frente a las dos derechas, contra sus planes profundamente antiobreros y antipopulares.
¿Cómo construir esa alternativa revolucionaria?
No es un secreto para nadie la franca debilidad en que nos encontramos los factores de izquierda y genuinamente revolucionarios en Venezuela. Más aún con el panorama generalizado de desmovilización y atomización en que están las trabajadoras y trabajadores, así como los demás sectores sociales precarizados; por cuanto no hay en el escenario nacional una central obrera ni un partido político que realmente convoque y movilice a razón de las grandes demandas que reflejan nuestras profundas necesidades como clase.
El surgimiento de una nueva referencia política alternativa para la clase trabajadores y el pueblo sólo puede proceder del crecimiento y desarrollo de su nivel de lucha y de organización. Es por ello que la gran tarea del momento es intentar levantar un espacio de lucha con un plan que apunte a la recuperación social, orgánica y política de los sectores más golpeados por la crisis, que no ven una referencia en el panorama, a la cual ligarse en la búsqueda de verdaderas soluciones a sus problemas.
Está claro entonces que no podemos cada corriente, cada partido o alguno que otro sindicato, llevar adelante cada quien por su cuenta la tarea de articular y organizar la lucha por los grandes reclamos y necesidades de esa gran mayoría de la población que tiene que jugársela a diario sin salarios, sin salud, sin un efectivo plan de vacunación contra el Covid-19, sin servicios públicos de calidad, sin alimentación y teniendo que soportar, además, la brutal represión de los cuerpos de seguridad del Estado.
De manera que, partiendo de la coincidencia central de que los trabajadores y los sectores populares debemos encontrar una salida en base a nuestros propios intereses, la situación nos invita a tener la suficiente entereza y ser capaces de poner en marcha una articulación genuina y efectiva, democrática, transparente, de todos los factores políticos que desde una perspectiva de clase, nos oponemos a los planes privatizadores del gobierno y de sus pares de la otra derecha, la tradicional, que se sustentan sobre la base de la corrupción y de nuestras condiciones precarias de vida.
Es prioritario atender reclamos como la recuperación de un salario que se corresponda con el costo de la vida, o lo que es lo mismo, un salario que parta de la cobertura del costo de la canasta básica (tomando en cuenta el Art 91 de la Constitución); recuperación del verdadero valor de las prestaciones sociales, de nuestras jubilaciones y pensiones; la lucha por la libertad de las y los trabajadores presos; promover y desarrollar con impacto campañas en rechazo a la criminalización de la protesta; cuestionar el pago de la deuda externa ilegítima y corrupta, para reclamar que esos esos recursos se destinen a atender las emergencias y requerimientos más imperiosos de la población; por un auténtico plan masivo de vacunación contra el Covid-19 y por la adecuada atención de los enfermos… Éstos son, entre otros, algunos de los ejes que pueden contribuir a ordenar la lucha en términos urgentes, y a partir de ahí, ayudar a poner en pie esa alternativa política que tanto necesitamos.
Desde Marea Socialista seguimos completamente a la disposición en torno a estas tareas de lucha concretas y así hemos venido confluyendo con otras organizaciones en la acción cotidiana. Nos parece importante que el PCV y la APR se orienten a sumar esfuerzos en esa dirección, tal como lo reflejan en su comunicado, y al calor de esas lucha concretas llevar adelante el proceso de discusión y las iniciativas que puedan conducirnos a la construcción de la alternativa política anhelada. Pero insistimos, ponernos en el terreno de la unidad de acción y darnos una política común que lleve a plasmar en los hechos las líneas discursivas.