Compartimos los análisis publicados en la nueva edición de Alternativa Socialista, el periódico del MST, sección argentina de la LIS, sobre la coyuntura política en el país luego de las elecciones primarias abiertas y obligatorias del pasado 12 de septiembre escrita por Pablo Vasco. Complementariamente sumamos un aporte a los debates sobre como fortalecer al Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad (del cuál el MST es parte importante) en este escenario realizado por Cele Fierro y Sergio García.
Un análisis de la coyuntura política. Derrota, crisis y después…
Por Pablo Vasco
Las recientes elecciones fueron un durísimo cachetazo al gobierno. La debacle ahondó la grieta interna y hubo cambio de ministros, pero no de rumbo. Vamos a tiempos de más ajuste, más conflictividad social, más inestabilidad política.
Un leve aumento del salario mínimo, vital y móvil, en cuotas. Un plan de jubilación anticipada a valor reducido, un bonito extra por un par de meses y algún descuento pre-viaje a los jubilados. Una restitución súper limitada del IFE. Una suba parcial del piso del Impuesto a las Ganancias. Y alguna hipotética línea de créditos a cooperativas. Punto.
Si alguna gente abrió expectativas en que con la crisis que salió a luz tras las PASO el gobierno de Alberto y Cristina iba a sacar conclusiones sobre las causas de la decepción popular y empezar a “llenar la heladera”, se equivocó.
La ratificación de Guzmán al frente de Economía, para regocijo del FMI, y el pago puntual de casi 1.900 millones de dólares días atrás en concepto de deuda externa confirman que continúa el sometimiento al imperialismo. Y las pocas medidas económicas dictadas -ponele- en busca de revertir el descontento social no merecen siquiera el nombre de paliativo.
Este combo de campaña para recuperar votos perdidos se completa con la eliminación casi total de las restricciones, decretando el fin de la pandemia con tal de anunciar buenas noticias.
Alta paliza y grieta interna
La pérdida de casi cinco millones de votos del Frente de Todos no podía pasar así nomás, por su magnitud inesperada. Es obvio que el gobierno peronista le perdió el pulso a lo que piensa y siente el movimiento de masas.
Como ya lo hemos planteado en nuestros balances electorales, no es que todos esos votos se volcaron a Juntos por el Cambio. No hubo giro a derecha. Al revés: sólo una muy pequeña parte de quienes habían votado al Frente de Todos hace dos años esta vez eligieron como voto castigo volver al macrismo. El grueso de los votos que perdió el gobierno se debe a gente que no fue a votar, votó en blanco, nulo o a otras opciones, incluida una parte que vino al FIT. Ese retroceso del oficialismo favoreció a Juntos, que obviamente quedó ganador.
Lo que mostró la elección, en todo caso, fue polarización. De un lado, en una muy buena elección, en la izquierda duplicamos nuestros votos. Con más de un millón, el Frente de Izquierda quedó como tercera fuerza nacional. En cuanto a la derecha de Milei, si bien hay listas provinciales similares y no hay que minimizar los discursos fascistoides, es un fenómeno porteño. Y aunque dice ser “antipolítica”, ya “no descarta” una fórmula con Patricia Bullrich en 2023.
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Apenas cerrado el recuento de votos, en el gobierno empezó a brotar la lava. Renuncias a disposición, otras indeclinables, llamados crispados, audios insultantes que se viralizan. El jueves 16 se hizo pública la dura carta de Cristina, que así como había acompañado los actos de campaña, ante la aplastante derrota buscó despegar enseguida. Con más reflejos que Alberto, en su texto criticó el “ajuste fiscal” e ilusionó a unos cuantos descontentos.
Que el Frente de Todos es una coalición circunstancial de sectores políticos distintos ya se sabía: albertismo, massismo. cristinismo. Los dos primeros más a derecha, la segunda con impronta populista, se juntaron en un mismo armado para ganarle a Macri. Pero la derrota mostró una grieta interna más profunda. Fue una fractura expuesta, que de alguna manera evocó el vacío de poder abierto en octubre de 2001, cuando Chacho Álvarez renunció como vice de De la Rúa y a los dos meses estalló el Argentinazo.
JxC y todo el establishment burgués actuaron rápidamente para atenuar la crisis política que crecía y cerrarla lo antes posible. El operativo peronista de salvataje incluyó tensas negociaciones por los recambios en el gabinete, un barajar y dar de nuevo entre los “funcionarios que no funcionan”…
“Crece la derecha”… en el gabinete
Aparte de no incluir a ninguna mujer, los nuevos ministros pactados entre Alberto y Cristina decepcionaron a gran parte de la base kirchnerista, que esperaba alguna señal de cambio pero en un sentido progresista. Pero ni aflojaron plata ni cambiaron de rumbo político. Hicieron lo contrario:
- Como ya dijimos antes, a cargo de la cartera económica sigue firme Guzmán, hombre de confianza del imperialismo. Se ve que el “ajuste fiscal” y la consiguiente malaria que provoca para el pueblo trabajador no le molestaron tanto a Cristina.
- Como jefe de gabinete sale Cafiero y en su reemplazo entra el reconocido militante antiderechos y opusdeísta Manzur. “Imagino una buena convivencia”, dijo de él la ministra feminista Gómez Alcorta, dispuesta a tragar dinosaurios.
- De ministro de Seguridad entra Aníbal Fernández, el mismo que ante la desaparición forzada de Julio López dijo que podía “estar tomando el té en lo de la tía”, que ante los asesinatos de Maxi y Darío habló de “enfrentamiento entre piqueteros” y que ante el asesinato de Mariano Ferreyra, en donde la cana liberó la zona, dijo que “la policía hizo lo que tenía que hacer”. “Hablamos el mismo idioma”, dijo de él el represor Sergio Berni.
- La cartera de Agricultura la asumió Domínguez, otro buen amigo del Vaticano y de las patronales del campo.
Es decir, si hubo un viraje en la Rosada fue hacia la derecha. Y parecido al gabinete nacional, Kicillof, otro gran perdedor en estas PASO, tuvo que abrirles espacio en su gobierno bonaerense a los señores feudales del conurbano: los intendentes. Por eso, cuando el gobierno y sus voceros para justificar su derrota insisten con que “crece la derecha”, no es cierto. Al asumir la agenda de la derecha no la combaten: la fortalecen.
Temporales en el horizonte
Desde el punto de vista económico, el peso de la deuda externa y los condicionamientos del FMI para hacernos pagar los costos de la crisis capitalista traerán mayores penurias. Por lo tanto, en nuestro país vamos a un aumento de las luchas sociales. Desde el punto de vista político, esa caldera social empujará una mayor polarización, cambios bruscos y nuevas crisis del poder. Por caso, una nueva derrota en la elección de noviembre seguramente reabriría con creces la crisis del gobierno. Es que la Argentina no es una isla y el contexto latinoamericano y mundial marcan un panorama de mayor inestabilidad, crisis y rebeliones populares, con la juventud al frente.
Pero en 2001, el régimen bipartidista tradicional argentino tenía quebrada su pata UCR pero todavía mantenía su pata PJ, con mayores vínculos con el pueblo trabajador vía los sindicatos y organizaciones sociales. Eso le permitió a la clase capitalista, Duhalde y los Kirchner mediante, remontar la profunda crisis política producto del estallido popular. Aun así, luego Macri no pudo “normalizar” la Argentina en modo capitalista, tarea pendiente que vino a cumplir Alberto. Golpeado por la mala votación, no es seguro que siga los dos largos años que le quedan.
El conflicto es que tras dos décadas de gobiernos de ajuste ya el régimen burgués argento está mucho más debilitado: ahora en vez de bi-partidismo hay un bi-coalicionismo, entre dos armados fragmentados en varias líneas internas atadas con alambre y cada vez más alejados del movimiento de masas. En la izquierda debemos, entonces, prepararnos para desafíos políticos superiores, en donde se planteará la cuestión del poder.
Por todas estas razones, a las y los militantes y activistas que en su momento votaron a Alberto para sacar a Macri y hacer algo distinto les decimos: ya no hay ninguna “pelea adentro” que dé frutos, compañeros. El PJ en su conjunto responde a los bolsillos de la clase dominante, sometido al imperialismo. Les invitamos a terminar de salir de allí y venir con el Frente de Izquierda y el MST a luchar por los cambios anticapitalistas y socialistas que hacen falta para lograr un país liberado y un pueblo feliz.
Derecha sobra, ¿Cómo fortalecer al Frente de Izquierda?
Por Cele Fierro y Sergio García
Pasaron las elecciones PASO y se vienen las generales, en una campaña corta e intensa, y con mucho en juego. El gobierno con la muy difícil tarea de intentar recuperarse, Juntos por el Cambio tratando de consolidar sus triunfos y el FIT Unidad defendiendo su ubicación y viendo cómo avanzar en lo que pueda. Pero el desafío de la izquierda anticapitalista y socialista va mucho más allá de una jornada electoral. Hay debates de política, estrategia y métodos de construcción que están en juego y necesitan hacerse a fondo. Dejamos nuestras opiniones.
El golpazo electoral que recibió el gobierno desencadenó una fuerte crisis política que tuvo en vilo al gobierno y al régimen político durante varios días. Pudieron cerrar dicha crisis parcialmente, acordando un nuevo gabinete que reacomoda figuras por arriba pero no frena el descontento y la crisis por abajo. La llegada al gobierno de antiderechos, amigos de los agronegocios y responsable políticos de represiones de años atrás, genera más frustración en sectores de la base del Frente de Todos. Se ve a las claras que el peligro de la derecha no viene solo desde afuera, sino que gana peso por dentro del gobierno. Mientras tanto la oposición de derecha planifica como mantener en las generales el triunfo de las PASO. Con el límite de que sus resultados mostraron una consolidación de su espacio, pero no un crecimiento en votos. Es decir que no ganó terreno sobre nuevas franjas, entre otras cosas porque un amplio sector de la sociedad ya vio gobernar al macrismo y no quiere más de lo mismo. De ahí que el descontento con el gobierno actual lo canaliza por otras variantes. Sobre la base de esta disputa de la falsa grieta, sobrevuela además el nuevo acuerdo con el FMI, que parte de convalidar una deuda millonaria ilegal e ilegítima, para generar un nuevo plan de ajuste y reordenamiento fiscal, con el agregado de los debates sobre reforma laboral y más precarización, resultantes concretos de un nuevo acuerdo con el Fondo y un reclamo de sectores burgueses que alientan entre otros, los Milei, Bullrich o Larreta.
El FIT Unidad hacia las elecciones de noviembre
Como es sabido ampliamente, nuestro frente emergió de las PASO ubicado como tercera fuerza nacional superando el millón de votos, y con importantes votaciones en diversas pr ovincias del país. Un resultado muy positivo, al que aportamos con fuerza desde las listas (R) Evolucionemos la izquierda que impulsamos desde el MST, con resultados cercanos al 30% de los votos globales de nuestro frente. Confirmando en los hechos que dónde no hay acuerdo se puede ir a internas y eso, lejos de debilitar, puede fortalecer a un frente incluso, atrayendo nuevos sectores. Con estos resultados, el Frente de Izquierda ingresa a estas elecciones generales con la posibilidad de consolidar su ubicación política, e incluso de poder avanzar aún más. En ese sentido es que tenemos el desafío de interpelar y convocar a miles de decepcionados con el gobierno, quienes en las PASO no votaron, o lo hicieron en blanco, a que está vez apoyen a la izquierda y castiguen positivamente. Lo mismo sucede con las listas de izquierda que no pasaron las PASO por el error de haberse negado a la unidad de la izquierda. A las y los votantes de esas listas las convocamos también a darle apo yo al Frente de Izquierda en las elecciones generales. Y a los dirigentes de partidos como el Nuevo MAS o Política Obrera los invitamos a que de una vez por todas terminen con esas visiones que lamentablemente dividen por priorizar las divergencias en vez de los acuerdos, impidiendo la posibilidad de una unidad mayor a futuro. Propuesta que reiteramos. Por otra parte, la pelea que tenemos por delante contra distintos partidos capitalistas y que vamos a dar en común, pudiera darse mucho mejor desde el Frente de Izquierda, si no se hubieran tenido criterios hegemonistas expresados en un reglamento interno antidemocrático, impulsado por el PTS, PO e IS, al cual nos opusimos desde un primer momento. Ya que, hacia las generales, en algunos distritos importantes cómo Buenos Aires, CABA o Jujuy, se deja por fuera de la primera rotación de un diputado que salga, a una de las dos listas, impidiéndole a miles de votantes sus derechos más elementales. O, como el caso de Provincia de Buenos Aires, alterando el orden real de cómo deberían ir los candidatos, obligando a que nuestra lista que deberían estar ubicaba en el 5° lugar, no pueda hacerlo, a causa del mismo reglamento que nos relega del lugar en donde nos pusieron miles de trabajadores y jó venes. Pese a todo esto, por los buenos resultados obtenidos, el MST alcanza a ser parte de las 2° rotaciones que se logren en varios distritos como PBA y CABA y de los primeros en Mendoza. Más allá de ciertas cosas que debilitan, el Frente de Izquierda se encuentra ante una gran oportunidad. Y, desde el MST, con estos debates a cuesta, seremos parte de la pelea política que arranca estos días contra todos los partidos del sistema. Porque desde Jujuy hasta Santa Cruz seguiremos avanzando en desplegar una fuerte campaña, para que miles y miles sepan que solo la izquierda tiene la decisión política de tocar los intereses de los que más tienen y de romper con el FMI. Y lo vamos a hacer con toda nuestra militancia, manteniendo la idea central de que nuestro frente, en muchos y necesarios temas, avance y evolucione. Con esa decisión y fuerza, salimos a convocar ahora a miles y miles de trabajadoras, trabajadores y a la juventud, a que nos apoyen en las elecciones del 14 de noviembre, para que la izquierda salga fortalecida y con más representación política, de cara a todo lo que viene.
Desafíos y dilemas tras noviembre
Como decíamos al inicio de esta nota, nuestros desafíos no terminan con las elecciones: todo lo contrario. Después de las mismas se iniciará una nueva etapa en el país, muy posiblemente con una nueva derrota del gobierno, y seguramente, con un descontento social muy fuerte hacia un 2022 de ajuste y de FMI. De ahí que necesitamos abordar a fondo las tareas de la izquierda y sus actuales problemas y debilidades. Se vienen tiempos en los que, a tono con la crisis internacional, el fracaso de gobiernos y la polarización social y política que recorre el continente, puede haber nuevas convulsiones sociales, giros bruscos de la situación, crisis de aparatos, búsqueda por izquierda y más rupturas y descontento en la base social obrera y popular y en franjas de la juventud. Por eso es imprescindible debatir qué política tener frente a esa perspectiva, cómo hacemos para que el Frente de Izquierda aparezca convocando a miles, abriendo sus compuertas, poniendo nuestro programa anticapitalista y socialista a disposición de nuevos sectores que quieran venir. Como lo dijimos todos estos meses, somos el único sector político con la voluntad de tocar de verdad los intereses de los ricos y las grandes corporaciones. Y a la vez para poder hacerlo y no solo reclamarlo, necesitamos ser miles y miles organizados en nuestro frente, para tener una fuerza social poderosa, que no se haga sentir solo en elecciones, sino en cada pelea cotidiana, en gremios, barrios, universidades, escuelas, en el movimiento ambiental, feminista y disidente. Hará falta tras las elecciones que, más que nunca, abordemos este debate, rompiendo con el conformismo de lograr algunos diputados y nada más, despejando el horizonte de visiones sectarias que existen en el Frente de Izquierda, que ni se plantean la necesidad de incorporar nuevos sectores, cuando salta a la vista que el peso de la izquierda anticapitalista y socialista en nuestro país, es una base muy sólida para animarnos a conducir un gran y amplio movimiento político común, con corrientes organizadas, y con espacio y protagonismo para independientes, referentes sociales, agrupamientos que se acerquen a nuestro programa, aún con debates a profundizar. Los resultados de las elecciones generales, muy posiblemente reavivarán este debate político, que vamos a dar hasta el final. Volverán a colocar un problema de método de funcionamiento de nuestro frente; si queremos a futuro más unidad de la izquierda y más peso social y político, habrá que terminar con los pisos ajenos a la izquierda, los reglamentos antidemocráticos que tergiversan los resultados reales y las prácticas hegemonistas que cierran y achican al frente, en lugar de abrirlo y prepararse para tratar de incorporar a otros sectores. Queremos democratizar a fondo nuestro frente, esa es una tarea necesaria y urgente. El Frente de Izquierda tiene una gran responsabilidad y una oportunidad mayor. A condición de asumir que puede encabezar un gran polo político de izquierda, sin miedo a la diversidad de ideas y perfiles, con acuerdos y con matices, con visibilidad de todas las referencias, sin temor a que quienes se acerquen a futuro lo hagan sin la compresión total de nuestro programa, sino acercándose con acuerdos y también con sus propias dudas y debates. Solo una actitud ofensiva, abierta y convocante de nuestro frente, puede generar las condiciones de un salto mayor a mediano plazo. Y no hacerlo puede ser la base de un estancamiento. Ese es el dilema del debate que vendrá, tras unas elecciones de donde, mediante la acción militante de todo el Frente de Izquierda, esperamos salir fortalecidos para encarar las tareas y luchas que vienen, en la estrategia de un gobierno de las y los trabajadores; la tarea de fondo que nos ordena frente a este capitalismo decadente.
Para hacer una izquierda más fuerte, sumate al MST
En la campaña de las PASO, con nuestra lista interna en el Frente de Izquierda Unidad, logramos instalar un debate, una propuesta, una orientación, para hacer que la izquierda sea una alternativa real para millones, para hacer al Frente de Izquierda más grande, más amplio y más fuerte. Pasaron las elecciones y nuestra propuesta sigue estando en pie, sigue siendo la de hacer una izquierda grande, que nuestro Frente supere lo electoral, que actúe en la lucha de clases de forma conjunta, que sea convocante de miles de activistas que están convencidos de dar vuelta todo, de que la salida no es por derecha, es con la izquierda, pero no encuentran su espacio, y nuestra propuesta les comenzó a llamar la atención, porque es lo que piensan, es lo que quieren, es lo que queremos. A todas aquellas personas, compañeres que nos acompañaron con su voto en todo el país, que se sumaron a la campaña, que nos ayudaron a fiscalizar y con quienes nos encontramos en la calle todos los días, queremos invitarles a que se sumen, a que sean parte de la construcción de una herramienta política amplia, en la que se escuchen todas las voces, y desde el programa del Frente de Izquierda abramos a todos los sectores que se plantan contra este sistema. Son las y los trabajadores precarizados, despedidos, que saben que, si no luchamos, las patronales, la burocracia sindical y el gobierno van a quitarnos más derechos. Es esa juventud que salió a la calle en el marco de la huelga climática, que sabe que no hay planeta B y que hay que organizarse para defenderlo, lejos de los ecocidas que se vistan de verde solo para las elecciones. Somos las pibas, les pibis que este 28S, día de la acción global por el derecho al aborto, estuvimos frente al Congreso y en todas las ciudades del país para que quede claro que vamos a seguir por la implementación efectiva de la IVE en cada rincón de la Argentina y que estamos en alerta ante los dinosaurios, que tienen lugares destacados en el gabinete nacional como Manzur. Con les compañeres que nos movilizamos contra el gatillo fácil y nos encontramos en las movilizaciones en defensa de los DDHH, como en la que hicimos al cumplirse 15 años de la segunda desaparición forzada de Julio López, denunciamos a la policía asesina, la que defienden los Berni o las Bullrich, como así también a toda la política represiva del Estado que ahora tiene de jefe al conocido Aníbal Fernández. Para que no avance la derecha, ni la del gabinete, ni la de los Milei o Juntos por el Cambio, la tarea es fortalecer a la izquierda, porque somos el único antídoto contra esta derecha reaccionaria. Y, dentro de la izquierda aportar a la construcción del MST, que somos quienes decimos que no hay que conformarse, que tenemos que aprovechar ser la tercera fuerza nacional para salir a convocar y abrir el Frente. Tenemos que transformarlo en un gran movimiento político que incida en la vida política de conjunto, en cada lucha, en cada sindicato, en cada barrio. Queremos que seas parte de la construcción de la alternativa real para las y los trabajadores. Y por eso te invitamos a que te acerques y te sumes. Que nos acompañes y seas parte de este proyecto colectivo, militante y socialista.