Visto y considerando que:
- Asistimos a una polarización social y política que tiende a profundizarse. Una de sus expresiones es la intensificación de los ataques sobre los derechos democráticos, la tendencia al autoritarismo y el aumento de actividades de las organizaciones de extrema derecha y fascistas, aunque estas últimas todavía son minoritarias y se dan en determinados países. Todo esto representan peligros concretos para nosotros. A medida que se profundiza la crisis del capitalismo, las soluciones de extrema derecha se están volviendo alternativas atractivas para los gobernantes. Vemos que la institucionalidad de la democracia burguesa y la hegemonía liberal han sido sacudidos.
- La clase media pauperizada, los desempleados y los trabajadores desorganizados, devastados por la crisis económica, son los principales objetivos de la extrema derecha. Los demagogos de extrema derecha convierten a los inmigrantes en chivos expiatorios y toman a estos grupos bajo su influencia. Las diferentes tendencias políticas de extrema derecha continúan ganando fuerza con la crisis económica, la hostilidad hacia los inmigrantes y la islamofobia.
- Aunque los dirigentes populistas de derecha no impulsan directamente a los movimientos fascistas callejeros, refuerzan e incentivan las ideas de la extrema derecha y llevan a cabo extensivos ataques contra los derechos democráticos. Trump, Bolsonaro, Modi, Erdogan, Orban, etc., no son figuras accidentales. Tampoco movimientos como Vox en España. Nuevos ejemplos como Kast en Chile, Zemmour en Francia, Milei en Argentina también muestran que los dirigentes populistas de derecha autoritaria son fenómenos universales de nuestro tiempo.
- Cuando la alternativa de la izquierda radical es débil frente a la crisis capitalista, la extrema derecha, el populismo de derecha y las bandas fascistas llenan el vacío. La izquierda reformista y la burocracia sindical, por otro lado, favorecen esto al frenar el movimiento de masas con sus roles conciliadores. Esta capa privilegiada de burócratas de izquierda tiene una gran participación en el ascenso de la extrema derecha con su papel de socavar la lucha de clases. En este sentido, es de gran importancia derrotar a la izquierda reformista y establecer la hegemonía revolucionaria en el movimiento obrero y juvenil.
El 1° Congreso de la LIS resuelve
- No se debe subestimar el peligro que representan los populistas y demagogos de extrema derecha, los movimientos fascistas callejeros o los líderes autoritarios. La lucha contra cada una de esas fuerzas de acuerdo con sus propias realidades debe ser una prioridad.
- Levantar la lucha de clases. La forma más segura de frenar la reacción de la extrema derecha es levantar la lucha de clases. Porque la lucha de clases y el socialismo son las soluciones precisas de la crisis capitalista. Las acciones de la clase trabajadora reducen el espacio de la extrema derecha. Por lo tanto, la lucha contra los burócratas sindicales y las fuerzas reformistas que socavan la lucha de la clase trabajadora también es muy importante para la lucha antifascista.
- Proteger todo tipo de derechos democráticos. La lucha por los derechos democráticos es la base de la lucha por la revolución socialista. Defendemos el derecho a la autodeterminación de los pueblos. El derecho de reunión y manifestación, la libertad de prensa, los derechos humanos fundamentales, los de las mujeres y disidencias, la libertad de expresión y organización, y los derechos sindicales.
- Tomar la iniciativa en el movimiento antifascista. El movimiento en las calles de los fascistas debe detenerse y aplastarse si es posible. Cuando las bandas fascistas encuentran la oportunidad de organizarse, se fortalecen y realizan acciones violentas contra la izquierda y los oprimidos, con el apoyo que reciben de los Estados. Es imposible que los revolucionarios observen pasivamente este proceso. Los socialistas revolucionarios deben tomar la delantera en el movimiento antifascista y deben luchar para reducir constantemente las áreas de movimiento y organización de los matones fascistas. Es de gran importancia ganar las fuerzas antifascistas, que generan un fuerte dinamismo en muchas partes del mundo, para el marxismo y la perspectiva de clase.
- Luchar contra las políticas antiinmigrantes. Concentrarse en la lucha contra las políticas antiinmigrantes, xenófobas y discriminatorias es de gran importancia para la unidad de la clase trabajadora. Cabe destacar que el motivo de la crisis económica y las dificultades de la vida no son los inmigrantes, sino el sistema de explotación capitalista. Esta lucha es fundamental para romper la hegemonía de la derecha. Nuestro lema principal en este sentido tiene que ser: “Aquí los refugiados son bienvenidos, encarcelen a los banqueros”.