Visto y considerando que:
– A fines del siglo XIX, el agresivo y saqueador expansionismo del capitalismo europeo llegó a dominar el mundo, repartiéndose África en la Conferencia de Berlín de 1884. A Francia le tocó gran parte del norte continental, colonizó Marruecos, Argelia, Túnez y Mauritania. El Reino Unido ocupó Egipto y Sudan. Italia conquistó Libia y España se quedó con el Sáhara Occidental. La dominación encontró resistencia y a partir de 1910 se independizaron varias colonias, aunque siguieron bajo la influencia de las potencias imperialistas. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, al calor del ascenso revolucionario que recorrió el mundo, el proceso de descolonización de África tomó un nuevo impulso. El establecimiento del Estado de Israel en 1948 en territorio de Palestina, con el apoyo de las potencias imperialistas, fue un detonante para el movimiento de masas. En 1952, Gamal Abdel Nasser encabezó el derrocamiento de la monarquía egipcia y con ello se definieron los contornos del nacionalismo pan árabe. Hubo un salto en la lucha antiimperialista, la fundación de repúblicas y las declaraciones de independencia, como las de Argelia y Libia. Una parte fundamental de la conformación del pueblo saharaui como una nación con su propia cultura, identidad política y tradiciones, se fue forjando al calor de estos procesos de la lucha de clases.
-En 1973 se fundó el Frente Polisario, sobre bases nacionalistas pan árabes y socialistas, para luchar por la expulsión de España y lograr la independencia del Sáhara Occidental. En 1975, tras la muerte del dictador Francisco Franco, España abandonó la última colonia europea en África que estaba bajo su control. Lo hizo en acuerdo con Marruecos y Mauritania que ocuparon militarmente el territorio saharaui y se lo distribuyeron en partes, 70% y 30% para cada uno de ellos respectivamente. El Polisario en armas encabezó la guerra contra los nuevos ocupantes y los levantamientos populares y en 1976 proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (reconocida por 80 países y por la Unión Africana). En 1979 el Polisario triunfó sobre Mauritania, que se retiró del territorio invadido, pero no logró derrotar a Marruecos. En 1981 el gobierno marroquí, cuya monarquía Alauí es aliada al imperialismo español y francés, levantó el muro de la vergüenza a lo largo de 2.500 km de desierto con fortificaciones y minas terrestres. En los hechos la población fue dividida en dos: los que pudieron permanecer en su territorio y los que se vieron obligados al exilio en los campos de refugiados ubicados en Tinduf, Argelia, que llevan los nombres de: El Aaiún, Auserd, Smara y Dajla. Otra parte de la población vive en Europa, principalmente en España.
-Los combates duraron hasta 1991, cuando se firmó un alto al fuego en base a la promesa de Naciones Unidas de realizar un referéndum de autodeterminación. La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) es responsable de que el proceso de descolonización aún no haya finalizado. En los hechos la ONU busca salidas negociadas con Marruecos en lugar de garantizar el Referéndum ya que no va a enfrentar la política de EEUU y la Union Europea. Mientras tanto, los países y empresas europeas socias de Marruecos saquean las riquezas marítimas y el fosfato del Sáhara Occidental, entre otros grandes negociados.
-En octubre de 2020, una marcha popular bloqueó el paso fronterizo de Guerguerat para detener el saqueo de riquezas. El 13 de noviembre el Reino de Marruecos movilizó a su ejército y reprimió a los manifestantes, con lo cual violó el alto el fuego acordado en 1991. Esto llevó al Frente Polisario a movilizar sus fuerzas y declararse en estado de guerra. Desde ese momento hay una nueva situación, marcada por los enfrentamientos bélicos, las disputas diplomáticas, los realineamientos de los actores regionales, la injerencia activa de las potencias extranjeras y la movilización saharaui, principalmente en la UE, particularmente en el Estado español. La juventud revitalizó el nuevo embate saharaui por la libertad y la recuperación de los territorios. La Primavera Árabe, cuestionadora de los regímenes autoritarios y de las pésimas condiciones de vida bajo el capitalismo; junto a la oleada de rebeliones acontecidas en el año 2019, aportaron oxígeno a los reclamos históricos de muchos pueblos.
-EE.UU., Israel, Francia y las potencias europeas avalan la usurpación, mientras las naciones árabes miran para otro lado. El expresidente Donald Trump reconoció la “soberanía” de Marruecos a cambio de que éste reconociera al Estado de Israel y estableciera relaciones diplomáticas plenas; convirtiendo al Reino en el cuarto país árabe que apoya a los sionistas. Es un salto cualitativo en la traición a Palestina a la que Israel retribuye económica, política y militarmente. La España del gobierno de “coalición progresista PSOE-UP” cumple un rol vergonzoso al desconocer sus responsabilidades como la potencia administradora que sigue siendo legalmente. Aunque sostiene con Marruecos una relación no exenta de roces y contradicciones, conserva a ese país como un socio privilegiado, también como “gendarme extramuros de la UE” para evitar el paso de migrantes africanos. La Federación de Rusia se expresó en distintas ocasiones por el cumplimiento de las resoluciones de la ONU. Sin embargo, Mohamed VI y Putin sostienen acuerdos productivos y comerciales de tal magnitud que ubican a Marruecos como el tercer socio más importante de Rusia en África y el segundo en el mundo árabe. Es parte de la estrategia de Rusia para extender sus intereses en el continente africano y avanzar en el Mediterráneo.
-Ante la intensificación del conflicto, una decisión del Tribunal General de la Unión Europea tumbó los acuerdos agrícolas y pesqueros firmados por los estados miembros del club con Marruecos. Lo hizo argumentando que no se había pedido opinión al pueblo saharaui y reconociendo la legitimidad del Frente Polisario como interlocutor. Fue un veredicto demoledor que obligo a los embajadores de los veintisiete países que integran la UE a anunciar que recurrirán la sentencia ante el Tribunal de Justicia. La UE y Marruecos cerraron filas expresando el deseo común de que sus relaciones bilaterales no se resquebrajen por el dictamen. En la institucionalidad del imperialismo europeo se entrelazan la formalidad, las contradicciones ante la justa causa saharaui y el miedo a que la tensa situación actual en el Magreb derive en otro enfrentamiento bélico, en este caso entre Marruecos y Argelia, a partir de que esta última rompiera las relaciones diplomáticas.
– Las conclusiones que pueden extraerse de los hechos del pasado son una guía para trazar políticas presentes. El nacionalismo pan árabe en el pasado encabezó grandes luchas antiimperialistas y tomó algunas medidas parciales progresivas. Pero como nunca se propuso romper con el sistema capitalista de explotación y opresión, se limitó a reconstruir Estados burgueses con regímenes autoritarios ligados a algún sector del imperialismo. XXX La desilusión provocada por la falta de cambios profundos provocó que el nacionalismo pan árabe perdiera apoyo popular. Algo similar sucedió con dirigentes como Yaser Arafat, que terminó negociando con el imperialismo, dejó de lado el posicionamiento por la destrucción del Estado de Israel y debilitó la lucha palestina.
-Las causas de Palestina y el Sáhara Occidental están hermanadas por la heroica lucha de sus pueblos ante poderosos enemigos: los imperialistas, los sionistas, las monarquías y los dirigentes traidores. La Liga Internacional Socialista está decididamente en la trinchera de las causas de estos pueblos por la recuperación de sus territorios, el triunfo sobre los invasores y contra las injerencias imperialistas. Impulsamos la más amplia unidad de acción en la movilización con todos aquellos que reclaman la libre autodeterminación del pueblo saharaui. Levantando al mismo tiempo la necesidad de impulsar la revolución socialista en el Sahara Occidental y toda la región como único camino para liberar de la explotación y la opresión a todos los pueblos, donde gobiernen los trabajadores y trabajadoras y se avance en una federación libre de repúblicas socialistas en todo el Magreb.
Por todo lo expuesto, el 1° Congreso de la LIS resuelve:
1-Fomentar la más amplia unidad de acción en la movilización por los reclamos del Sáhara Occidental, el repudio a la represión, la persecución y la violación de los derechos humanos al pueblo saharaui. Por la eliminación del muro de la vergüenza, el triunfo militar del Frente Polisario y el pueblo saharaui movilizado. Por la expulsión de los invasores de los territorios ocupados y la concreción del proceso de autodeterminación. Basta de saqueo de los recursos naturales y de injerencia de las potencias imperialistas. Ningún reconocimiento al Estado genocida de Israel. Por la unidad de los pueblos en defensa de los reclamos y la movilización popular saharaui y palestina, en el camino de una salida socialista.
2-Extender la campaña sistemática de apoyo a los reclamos saharauis que realiza la Liga Internacional Socialista, respondiendo a las convocatorias que se realicen y/o con iniciativas propias frente a las Embajadas de Marruecos y las representaciones imperialistas.
3-Exigir a los gobiernos de los Estados que todavía no lo hayan hecho el reconocimiento de la República Arabe Saharaui Democrática
4-Participar con delegaciones de las instancias de apoyo solidario internacional que se realizan tanto en España como en los campos de refugiados en Argelia, fomentando el apoyo activo de la juventud.
5- Sumarnos a la campaña de difusión internacional de las agresiones y abusos sufridos por Sultana Khaya, su familia y el pueblo saharaui por parte del invasor marroquí.
6- Exigir visitas de veedores internacionales independientes que investiguen las violaciones a los derechos humanos en las zonas ocupadas del Sahara Occidental.
7- Participar de las manifestaciones internacionales planteadas en el Foro Juvenil de Málaga cuya fecha aun no fue fijada.
8- Repudiar los acuerdos de cooperación militar entre Marruecos e Israel y la presencia del Estado genocida en el Magreb y en África.
9-Realizar materiales específicos y charlas de divulgación hacia el activismo obrero, popular y juvenil, que propagandicen la justa causa saharaui.