Por Alternativa Socialista – Perú
El Presidente de Perú, Pedro Castillo, estableció este lunes por la noche el «Estado de emergencia» en la provincia de Lima y su vecina Callao. En medio de la continuidad de una crisis política que vuelve a colocar su presidencia pendiendo de un hilo, ahora tras el paro de transportistas y sectores campesinos que dejó como saldo cuatro muertos por represión y varias decenas de heridos.
Finalmente el Presidente comienza a padecer las movilizaciones de campesinos pobres y transportistas, fundamentalmente de la región central y norte del Perú, paradójicamente, la que voto mayoritariamente a Castillo en las últimas elecciones. En las últimas horas también en Lima se expresó el descontento con el Gobierno. Estas movilizaciones provocaron la clásica respuesta el anunció del toque de queda y estado de emergencia.
Las demandas cuestionan efectivamente, las políticas económicas que el gobierno de Pedro Castillo ha implementado desde que asumió su mandato. A pesar de las expectativas creadas, Castillo y sus autoridades económicas continuaron sirviendo a los grandes empresarios nacionales y extranjeros, quienes han elevado significativamente el costo de los bienes y servicios, como el combustible, generando el encarecimiento generalizado del costo de vida, afectando de esa manera a los sectores de menos recursos.
Por otro lado, los miles de campesinos pobres cuestionan también a las grandes empresas importadoras de insumos y fertilizantes agrarios, lo cual encarece notoriamente la producción de los pequeños y medianos agricultores.
Cuando se anunciaron las medidas de lucha, Castillo acusó a los impulsores de las medidas , “como agentes del Fujimorismo” y “agentes de la derecha” y a partir de ahí lo que siguió fue la clásica respuesta de los gobiernos enemigos del pueblo, una brutal represión que ya se cobró la vida de 4 manifestantes, como ya relatamos. Es obvio que la derecha tratará de sacar provecho del desprestigio del gobierno, pero lo central , es el descontento popular frente al encarecimiento del costo de vida el peligro de desabastecimiento y ahora, la represión..
Estas medidas represivas no detuvieron las protestas que se extendieron por ejemplo a la ciudad de Huancayo dónde la movilización alcanzo la sede del partido del gobierno, Perú Libre y la casa de su líder Vladimir Cedrón.
El fuerte cuestionamiento, obligó al Gobierno a negociar finalmente con los manifestantes, puso en manos de los ministros la negociación y se anunciaron una serie de medidas como el aumento del sueldo mínimo y simultáneamente una reducción de impuestos a los sectores formadores de precios tratando de detener la inflación sobre productos de primera necesidad.
Irrumpe la movilización popular contra Castillo y su Gobierno
En artículos anteriores, describimos la rápida derechización del gobierno y la permanente búsqueda de “consensos” para evitar los pedidos de vacancia, lo que provocó el rápido abandono de las promesas electorales; hoy ese giro dió un salto exponencial, al adoptar medidas represivas contra sectores populares que se movilizan.
También afirmamos que no hay salida a la crisis institucional politica y económica en nuestro país, sin que discutamos y sin que pongamos en cuestionamiento todo, quien gobierna y favor de quién, como resolver los problemas de corrupción propios del capitalismo decadente, que política económica se adopta ó como se satisfacen las demandas prioritarias.
Por eso los socialistas revolucionarios insistimos, junto a los millones que votaron a Castillo , en la necesidad del llamado a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que tire por la borda la Constitución fujimorista del 93. Detrás de ese objetivo que lograremos solo con la movilización popular y mientras continuamos en las calles hoy para que se le dé satisfacción a los reclamos de las mayorías enfrentando la represión, seguiremos insistiendo en la necesidad impostergable de construcción de una alternativa socialista y revolucionaria inclaudicablemente anti-imperialista para que de una vez por todas , gobernemos los que nunca gobernamos.