Argentina: 1ro de Mayo. Gran acto del FIT Unidad y algunos debates

Por Pablo Vasco

Con el FIT Unidad llenamos Plaza de Mayo y levantamos un programa obrero, socialista e internacionalista. Fue una iniciativa positiva, que logró ser noticia nacional como la alternativa al acto de los sectores que apoyan al gobierno del Frente de Todos. A la vez se siguen expresando debates en lo que se dijo, lo que se omitió, con qué fuerza se lo tomó y cómo se desarrolló en Buenos Aires y todo el país. Un balance necesario.

Fueron dos años en los que este día internacional de les trabajadores no nos encontraba en la calle, por la pandemia. Este año, la crisis económica y social y el ajuste que padecemos les trabajadores y sectores populares se profundiza por el pacto con el FMI que definió Fernández. Por eso era necesario levantar una tribuna clasista y socialista, con un programa alternativo, que diga con claridad que la crisis no la paguen les trabajadores.

La polarización social y política crece y recorre el mundo, y una salida positiva a esta situación no puede venir de los liberfachos de Milei (que se presentan como lo nuevo, pero plantean viejas recetas) ni tampoco desde la derecha macrista. La única salida es por izquierda, con el programa del FIT Unidad, para que lo tome la clase trabajadora como propio, y defenderlo hasta el final.

La crisis no sólo da dentro de las fronteras de nuestro país. En la Plaza, roja de banderas, se marcó con claridad que el problema es este sistema capitalista, que nos condena a la barbarie: guerras, hambre, saqueo, destrucción ambiental. Cada una de nuestras peleas debe estar puesta al servicio de la lucha por derrotar este sistema y construir un país, un continente y mundo sin opresión ni explotación, en donde gobernemos las y los trabajadores.

Las rondas de oradores del acto contaron con referentes de cada partido del FIT-U, dirigentes sindicales y los saludos de la lucha piquetera. Con acuerdos y diferencias, las intervenciones fueron en el marco de estos posicionamientos generales. El gran acto que desbordó Plaza de Mayo finalizó cantando el himno de la clase trabajadora, puño en alto.

Aciertos, errores y debates

Desde ya fue un acierto haber copado Plaza de Mayo con el Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, disputando y ganando espacio político en el escenario nacional, logrando polarizar con el acto en apoyo al gobierno. Sirvió como una herramienta más para postular a nuestro frente en la tarea de intentar ser alternativa para millones de trabajadores, jóvenes, mujeres y disidencias que se organizan, luchan por sus derechos y ya hicieron la experiencia con quienes gobiernan o ya gobernaron. Y para que no crezcan expresiones reaccionarias, el único antídoto es fortalecer a la izquierda.

Fortalecernos como alternativa es también jugarnos a fondo en la postulación, que no es sólo electoral. Y si bien llenamos Plaza de Mayo, no todas las fuerzas se jugaron por igual. El acto desbordó la Plaza por la presencia de la militancia del MST con sus trabajos sindicales, la juventud y el Movimiento Teresa Vive y del Polo Obrero. Nota aparte para las y los compañeros del PTS, que lamentablemente no se jugaron por el acto. Ya en varios anteriores eventos se reflejó que movilizan menos y, para tapar eso, directamente decidieron debilitar el acto haciendo eventos regionales propios previos para así justificar una presencia muy débil, casi similar a la muy pequeña columna de Izquierda Socialista, que en todos los actos es de lejos la menor fuerza militante. Un error muy importante del PTS, ya que tendría que haber centrado en el acto de Plaza de Mayo para fortalecer este evento que hace a la postulación nacional.

Dos cuestiones más. Primero, consideramos equivocado tomar lo electoral como variable para definir, por ejemplo, quién cierra un acto. Para nada marxista ni de revolucionarios. La clave está en la inserción real de las organizaciones en la lucha de clases, que se refleja en lo que cada fuerza organiza y moviliza. Y segundo, aunque no menos importante, le reiteramos al PTS nuestra propuesta, que no responde desde la conferencia internacional conjunta, sobre cómo construimos una fuerte internacional. Sería bueno tener esta respuesta.

En cuanto al PO, y con todo respeto por las personas hipoacúsicas, le cabe bien aquel viejo refrán: «No hay peor sordo que el que no quiere oír». Y mentir, de revolucionario no tiene nada. En un apartado abajo debatimos sobre su postura nacional-trotskista sobre Ucrania. Pero no fue el único pifie de sus oradores en el acto y en su balance posterior. En Prensa Obrera mienten que «el MST quiere llevar el Frente a la centroizquierda». Los llamamos a dejar atrás ese método de mentir y tergiversar. Escuchen o lean de nuevo lo que dijimos en nuestros discursos, que es lo opuesto a llamar la centroizquierda. Propusimos y proponemos fortalecer al FIT Unidad, abrirlo a sectores de la izquierda social, intelectual, independiente, siempre en base nuestro programa anticapitalista y socialista. Queremos que el Frente no sea sólo electoral y que actuemos juntos en la lucha de clases. Es hora que el PO opine sobre estas propuestas en vez de inventar otras que nadie propone. La lógica del «miente, miente, que algo quedará» no es de revolucionarios.

Además, así como fue muy correcto e importante haber desbordado juntos Plaza de Mayo, en varias provincias importantes el PO, por una política de autoproclamación sectaria, terminó dividiendo los actos del 1º. En lugares como Córdoba, Rosario y Santa Fe igual logramos hacer actos junto a las otras fuerzas del FITU. Pero como balance, insistimos en que no se repitan esas actitudes que dividen y debilitan al Frente.

Por más MST y FIT Unidad

En cada convocatoria unitaria, como esta que hicimos el 1º en Plaza de Mayo, se priorizan los acuerdos políticos que permiten esos hechos relevantes. A partir de ahí hay debates constructivos, para la acción, para mejorar y ser más fuertes como alternativa: ésa es la tarea. Por eso en palabras de Alejandro Bodart llevamos con toda convicción propuestas revolucionarias en el plano internacional, sobre cómo avanzar en construir organizaciones revolucionarias internacionalistas. Y a nivel nacional, con el discurso de Cele Fierro, hicimos una serie de propuestas para que el Frente de Izquierda Unidad avance y se fortalezca. Lamentablemente, las otras fuerzas integrantes no tuvieron el mismo método y en sus discursos faltaron propuestas concretas para avanzar.

Por todo esto, y sin temor a decir que nadie tiene la verdad revelada, con la certeza de que aún no somos la alternativa que hace falta sino que debemos ir por más, este 1° de Mayo logramos un imponente acto del FIT-U. Ese hecho lo reivindicamos. Y desde el MST, habiendo aportado una enorme columna militante en la Plaza, insistimos con nuestras propuestas para transformarnos en una alternativa real para millones, en el país y el mundo, junto a la gran tarea de seguir construyendo a la vez nuestro partido revolucionario, al cual invitamos a sumarse.

Ucrania: el PO le cede a Putin, en otra muestra de nacional-trotskismo

Por Nicolás Zuttión

En el acto del 1° de Mayo en Plaza de Mayo, el debate sobre la guerra Rusia-Ucrania estuvo presente. Izquierda Socialista minimiza la injerencia imperialista de la OTAN y el PTS omite todo apoyo a la legítima resistencia del pueblo ucraniano ante la invasión de las tropas rusa, creemos erradas ambas posturas. Sin embargo, la mayor equivocación la comete el Partido Obrero. Su dirigente Gabriel Solano reafirmó una política pro-campista, es decir funcional al imperialismo ruso que lidera Putin.

“Los bandos que se enfrentan en esta guerra son todos reaccionarios”, lanzó Solano. Desde ya, lo es la imperialista OTAN. El problema es que el PO define al gobierno de Putin como apenas “restauracionista”. Error: hace rato que en Rusia se restauró el capitalismo, sus empresas actúan en todo el mundo, es la segunda potencia militar del planeta y encima busca expandirse y controlar a los países de la ex URSS, ahora invadiendo a Ucrania. O sea, Rusia es imperialista.

Compartimos obviamente su denuncia al plan de ampliar la OTAN sobre Europa del Este, así como también el refuerzo en los presupuestos militares que hacen las potencias imperialistas occidentales. Pero el PO invierte las cargas del actual conflicto bélico. El rol de la OTAN no obvia la co-responsabilidad del imperialismo ruso y su nefasto ataque militar expansionista. Además, nazismo hay en muchos países y a nadie se le ocurre justificar una invasión militar a otro país por eso, como hace Putin. No es hoy “el pueblo ucraniano usado como carne de cañón” quien invade Rusia, sino que es el ejército de esa potencia quien avasalla el derecho democrático del pueblo de Ucrania a su autodeterminación.

La postura campista del PO es reaccionaria hacia esa lucha por la autodeterminación nacional, principio que Lenin y Trotsky defendieron y aplicaron siempre desde la Rusia bolchevique hacia Ucrania. Ese grave error es otra expresión del arraigado nacional-trotskismo del PO, que desde la Argentina, a miles de kilómetros, desconoce la realidad concreta de lo que sucede, carente de toda visión internacionalista. Mientras que el verdadero trotskismo es siempre sinónimo de internacionalismo, la mirada unilateral y nacional de Solano y del PO conserva la marca de origen de su antiguo dirigente Jorge Altamira. Y es para tapar esa gruesa falencia que encima Solano lanza calumnias absurdas, como que el MST pretende ampliar el FIT Unidad hacia la centroizquierda.

Pero pueblo, gobierno y Estado son categorías diferentes para discernir la política revolucionaria de cualquier marxista y más aún del trotskismo. Por eso, comprender estos elementos básicos de la realidad y alentar la resistencia del pueblo trabajador ucraniano no es tampoco, como mal denuncia Solano, estar a favor de Zelensky. Ni nuestros compañeros de la Liga Socialista Ucraniana y del sindicato independiente Zjist Pratsi (Defensa del Trabajo), ni el MST ni toda la Liga Internacional Socialista, tenemos la más mínima confianza en ese gobierno ucraniano ajustador, sirviente de la OTAN, el FMI y el imperialismo occidental. Al revés: lo denunciamos.

Una política revolucionaria hacia el actual conflicto debe integrar el repudio a Putin y su invasión, a la OTAN y su extensión, y el apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano y su derecho a decidir su propio destino. Esto es parte de un programa de transición por un gobierno de los trabajadores y el socialismo en Ucrania, hacia una Federación Libre de Repúblicas Socialistas en todo el territorio de la ex URSS y toda Europa. Lamentablemente, la postura campista y nacional-trotskista del PO le capitula a Putin y al imperialismo ruso.

Discurso de Alejandro Bodart: «Se necesita una organización internacional de los socialistas revolucionarios»

¡Viva el 1º de Mayo! ¡Viva la clase obrera, compañeros y compañeras! Hace pocos días, la vicepresidenta Cristina Kirchner volvió a decir algo que dice cada tanto: que para ella el capitalismo es el mejor sistema que ha existido. No hay grieta con Fernández, ni hay grieta con Macri en este tema, no hay grieta con Milei: todos defienden este sistema capitalista podrido.

Ahora desde esta plaza le queremos preguntar a la vicepresidenta qué es lo que le gusta tanto del sistema capitalista. ¿Le gusta que cada vez un puñado, un pequeño puñado de ricachones acumulen toda la riqueza que producimos el conjunto de la humanidad, mientras las mayorías pasan hambre, les falta trabajo o si lo consiguen lo hacen en la máxima precariedad? ¿Qué le gusta del sistema capitalista? ¿Que destruyan los bosques, los glaciares, que se contaminen los ríos, que se contaminen los mares? Porque a eso nos está llevando el sistema capitalista. ¿Qué le gusta? ¿Los genocidios que se producen en todo el mundo para garantizarles la ganancia a esos pocos? ¿Qué le gusta? ¿El genocidio que se hizo en Argentina para cuidar que el sistema se mantenga y que llevó a la muerte a 30 mil compañeros y compañeras? ¿Qué le gusta? ¿Que siga el patriarcado y la opresión y la superexplotación sobre la mujer trabajadora? Porque eso es lo que banca el capitalismo. ¿Qué le gusta? ¿Las guerras fratricidas que pagan los pueblos y los trabajadores con sangre para garantizar los intereses imperialistas? ¿Eso le gusta?

Que no nos haga el verso de que el capitalismo permite la democracia. Esta es la democracia de los ricos, que cuando les conviene llaman elecciones y, cuando no, ponen al frente a dictadores. No. compañeros y compañeras: no hay capitalismo humano, no tiene reforma alguna el capitalismo. Los trabajadores tenemos que trabajar incansablemente para destruir este sistema antes de que el sistema nos destruya a nosotros, antes que destruya la vida, destruya el planeta.

Pero el capitalismo es un sistema mundial. No lo podemos destruir desde un solo país. Al capitalismo lo vamos a destruir cuando tengamos la fuerza suficiente para llevar adelante una profunda revolución socialista en nuestros países, pero esencialmente en el mundo entero. Porque no hay socialismo en un solo país: o el socialismo será mundial o no será. Tenemos la triste experiencia de la Unión Soviética, donde lamentablemente el triunfo de los trabajadores con la dirección de Lenin y Trotsky terminó retrocediendo porque la revolución mundial no avanzó.

Ahora bien, para hacer la revolución socialista a nivel internacional se necesita una organización internacional de los trabajadores, de los socialistas revolucionarios. Así como en cada país tenemos que construir partidos y unirnos los revolucionarios para enfrentar al capital, más que nunca tenemos que unirnos y trabajar para construir una organización internacional de los trabajadores. Porque si no construimos una organización internacional no vamos a poder derrotar al imperialismo y al capitalismo, a los patrones que se unen para superexplotarnos. Y entre nosotros tenemos que abrir un debate sobre cómo construimos una gran organización internacional, cómo construimos en este momento, en este cambio de etapa que estamos viviendo, una organización para las enormes luchas que se vienen, para los procesos revolucionarios que van a venir. Porque de la putrefacción del capitalismo, la clase obrera se va a levantar para luchar. Pero sin dirección revolucionaria, esas luchas enormes van a terminar lamentablemente en nuevos fracasos. Cómo construimos una nueva y gran organización internacional.

En primer lugar, creemos que tenemos que tener un espíritu crítico sobre nosotros mismos. Los revolucionarios tenemos que discutir que las organizaciones que hemos logrado construir con mucho sacrificio desde la posguerra para acá, que han jugado un rol fundamental para que la bandera del socialismo revolucionario no se pierda en la mugre del estalinismo, ya no bastan para poder hacer frente a los desafíos que tenemos por delante. Tenemos que discutir que fue muy valioso que se construyeran organizaciones internacionales alrededor de un partido, aunque sean pequeñas, pero que también eso ya no va más. Eso fue para una etapa que ha concluido. En esta etapa que se abre necesitamos discutir cómo hacemos para construir organizaciones revolucionarias grandes a partir de unir las distintas tradiciones que a lo largo y ancho del mundo se han ido construyendo. Nadie tiene la verdad revelada, no hay ninguna dirección internacional ni nacional que tenga el peso y el prestigio suficiente para decir «yo soy la dirección que hace falta». Ninguno de nosotros ha dirigido prácticamente nada en el mundo. Pero eso no quiere decir que no podamos construir una gran organización internacional, si somos autocríticos, si nos abrimos a trabajar con otras tradiciones, si aprendemos a convivir con matices y diferencias.

Tenemos un programa: el programa de transición, el programa de la revolución socialista. Pero necesitamos un método nuevo, sin burocratismo, sin sectarismos, un método que nos permita escucharnos entre todos nosotros. Si tenemos la capacidad de escucharnos, si tenemos la capacidad de entender que el otro compañero no es un enemigo, sino que tiene distintas ideas y que solo vamos a avanzar colectivamente, podemos poner en pie una fuerte organización internacional que nos permita ver una luz al final del camino. Desde la Liga Internacional Socialista estamos abiertos a hablar con todos los compañeros, con todos los grupos revolucionarios, con todos aquellos que quieran reagrupar fuerzas para darle batalla en el corazón al capitalismo, que no es sólo una lucha nacional, sino que es una lucha mundial.

Y para terminar, tenemos matices sobre lo que está pasando. Y no es malo tener matices: de ese choque de ideas seguramente va a salir una idea más fuerte, más justa, más cercana a la realidad. En Ucrania tenemos matices, pero los matices yo creo que no pueden impedir que sea la izquierda revolucionaria argentina la que encabece una gran movilización contra la guerra. Tenemos que discutir, pero tenemos que ponernos de acuerdo en que tiene que ser la izquierda revolucionaria la que movilice en este país contra la guerra, y entre nosotros seguir discutiendo.

Estamos convencidos que no le podemos dar la espalda a la lucha por la autodeterminación del pueblo ucraniano. Y eso no significa darle apoyo ni a Zelensky ni a ninguno de los que detrás suyo trabajan para que sea la OTAN y el imperialismo occidental los que se adueñen de Ucrania. No, compañeros. Pero no podemos dejarlos solos, porque una derrota va a fortalecer a ese nuevo imperialismo naciente que está detrás de Rusia y que junto con la OTAN nos pueden llevar en cualquier momento a una tercera guerra mundial que puede poner en debate el futuro de la humanidad. Compañeros, sigamos discutiendo, pero juntos, unificadamente, salgamos a las calles para ser nosotros los que vayamos a la vanguardia de la pelea contra esta guerra fratricida que el imperialismo está llevando adelante.

Compañeros, nuevamente: ¡Viva el 1º de Mayo, día internacional de las y los trabajadores! ¡Viva el programa de la revolución socialista! ¡Viva la Cuarta Internacional! Gracias, compañeros, compañeras.

Discurso de Cele Fierro: “Hacer más grande y fuerte al Frente de Izquierda Unidad”

Como no podía ser de otro modo, un 1º de Mayo, día internacional de la clase obrera, desde el Frente de Izquierda Unidad teníamos que estar en las calles. Acá en Plaza de Mayo y en todo el país. Somos la única fuerza política que levanta un programa obrero, socialista e internacionalista. Y como internacionalistas, lo primero es reafirmar nuestro apoyo a la resistencia del pueblo trabajador ucraniano, que enfrenta la invasión del imperialismo ruso, denunciar y expresar nuestro total rechazo a la injerencia de la OTAN y del imperialismo yanqui.

En nuestro país, la crisis económica y social no para. Y es responsabilidad del gobierno de Fernández y el Frente de Todos porque no dan respuestas concretas a las necesidades del pueblo, pero sí defienden los intereses de las patronales y le garantizan al FMI el pago de esa estafa contraída por el macrismo. Por eso crece el descontento de una amplia base social que apoyó ese proyecto. Y empiezan a crecer las luchas de las y los trabajadores, que pelean por salario en cada sector. Y quiero saludar a esos que se enfrentan a la burocracia, en especial a les trabajadores de la salud, que enfrentaron la pandemia y siguen de pie, y a la enfermería de todo el país y de Capital, que sigue peleando por su reconocimiento salarial, laboral y profesional, a las compañeras de la ALE. Y también saludar a esas compañeras y compañeros del movimiento piquetero independiente, que pelean por trabajo genuino y contra el ajuste. Por supuesto, desde acá es el compromiso para apoyar en cada provincia la enorme Marcha Federal y recibirla acá en Plaza de Mayo. El Frente de Izquierda Unidad está al servicio de cada uno de esos reclamos.

Y la alternativa al gobierno no es ni Juntos por el Cambio, que ya gobernó, y tampoco, por más minutos al aire y encuestas, pueden ser los Milei y los liberfachos. Para frenar a esos liberfachos no es con la derecha ni con el falso progresismo, que les abren la puerta. Acá el único sector político que les puede poner un freno somos nosotros, la izquierda. Por eso nos atacan y tienen miedo. Y me quiero referir a una cosa, que es cómo hacemos desde la izquierda para frenar a esa derecha reaccionaria.

Es muy importante lo que venimos haciendo, la existencia del FIT Unidad, que nos ha permitido ser una referencia para miles y miles, posicionarnos en una ubicación política nacional importantísima y haber sido el sector que convocó y articuló todas las acciones contra el pacto con el FMI. Pero no nos podemos conformar sólo con eso: el desafío es mucho más allá. Es lograr que las y los trabajadores, los sectores populares, la juventud, las mujeres, las disidencias, nos vean cómo la alternativa, como su alternativa, para enfrentar a los que nos ajustan, nos oprimen y nos explotan. Y que nos vean como esa opción de poder, junto a la clase obrera y los sectores populares.

Y para hacerlo tenemos que avanzar en fortalecer al Frente. Dar pasos en actuar en común en todos los espacios donde intervenimos. Que no sea sólo en las elecciones o estos actos: avanzar en el debate y la intervención común en cada sector de lucha, gremio, barrio, en la juventud universitaria, en el movimiento socio-ambiental, en el de las mujeres, las disidencias. Necesitamos un Frente que discuta y acuerde políticas comunes para intervenir en la lucha de clases y dispute la dirección en todos los sectores. Aprender a trabajar desde los acuerdos, debatiendo cada diferencia, pero eso no nos puede frenar. Hay que ampliar y convocar a más sectores de la izquierda social, en base a nuestro programa anticapitalista y socialista. Hacer más grande y fuerte al Frente de Izquierda Unidad, recorrer todo el país, llegar a millones con nuestro programa, que empieza con lo más sentido y urgente: las peleas que tenemos que dar ahora. Por aumento de salarios, jubilaciones y ayuda social. Por vivienda, salud, educación. Por trabajo genuino, sin precarización.

Pero cada una y cada uno tenemos que poder explicar que todas esas peleas, para ganarlas y consolidarlas, las vamos a lograr cuando se dé vuelta la tortilla. Cuando la economía esté al servicio de garantizar derechos, y no de las ganancias de las patronales. Cuando todo el modelo productivo esté al servicio de las necesidades sociales, y no de un puñado de corporaciones extractivistas que nos matan y envenenan. Cuando rompamos con el FMI y nacionalicemos la banca y el comercio exterior.

Y no es ni capricho ni utopía: es necesaria la alternativa política más grande para lograr la organización y movilización de nuestro pueblo, de la clase obrera. Y esto sólo las y los revolucionarios lo vemos como una condición necesaria. Porque en este sistema, todos los derechos que conquistemos van a estar en riesgo. Por eso tenemos que avanzar para lograr los cambios de fondo con la movilización revolucionaria de millones. En medio de la crisis capitalista, donde existe una enorme polarización social y política, llegó la hora de las propuestas de las y los revolucionarios. Y para lograrlas tenemos que fortalecer la construcción también de partidos revolucionarios.

Y quiero insistir en esta idea, al servicio de hacer más fuerte al FIT Unidad: la de avanzar en confluir en un gran partido, un único partido o un movimiento político con tendencias, donde podamos debatir todo pero actuar como un solo puño. Eso es mucho más importante que la disputa electoral, que tener más bancas, que por supuesto siempre las ponemos al servicio de difundir nuestras propuestas. Pero hay que ir mucho más a fondo.

Hoy la disyuntiva entre socialismo y barbarie está más presente que nunca. La decadencia de este sistema capitalista nos condena a la barbarie, a guerras inter-imperialistas, al hambre, a la destrucción ambiental, a que la mayoría esté hundida en la pobreza mientras un puñado minoritario de ricos, de esa burguesía, se llena cada vez más los bolsillos a costa nuestra. Es ahora el momento. Este es nuestro momento. Sólo la clase obrera va a poder dar esa pelea hasta el final y llevar este programa anticapitalista y socialista, de ruptura con el capitalismo. Para expropiar de una vez por todas a los que nos expropian nuestra vida y nuestra libertad. Para terminar con este sistema y desde sus cenizas levantar la nueva sociedad por la que peleamos día a día, un mundo socialista, donde las y los trabajadores, los que movemos el mundo, seamos quienes lo gobernemos.

Para terminar, salgamos de acto con esta fuerza y con este objetivo: seguir fortaleciendo al FIT Unidad como la alternativa política para las y los trabajadores. Desde el MST nos comprometemos a eso y les proponemos al resto de los partidos a salir, a dar esa pelea y caminar ese camino de forma conjunta. En este 1º de Mayo tenemos un desafío gigantesco y también una enorme oportunidad. Salgamos a dar esta batalla para que seamos nosotras, nosotros, las trabajadoras, los trabajadores, quienes tomemos las riendas de nuestros destinos. ¡Viva el 1º de Mayo! ¡Viva la clase obrera internacional! ¡Viva el Frente de Izquierda Unidad!