En Periodismo de Izquierda con el título “Cartas y reuniones con la burocracia. Así no se construye el paro ni la unidad” (7/6), polemizamos con la equivocada “campaña” por el paro que promueve el PO. Días después, vino la respuesta (“Dime de qué te jactas…” PO web 10/6) en la que, chicanas aparte, el PO ratifica su línea. No se trata de un debate secundario. Hace a un aspecto central de cómo debe intervenir la izquierda revolucionaria en el movimiento obrero.
Por Guillermo Pacagnini
Sin dudas la grave situación del movimiento obrero y popular amerita la convocatoria a un paro y un plan de lucha nacional. Como señalamos en la nota, la burocracia es la responsable fundamental de que no haya un paro nacional desde hace años; ni siquiera una acción que responda a las necesidades obreras, sus reclamos y organización. Pese a ello, están creciendo los conflictos en salud, docentes, el neumático, entre otros, que suman a la caldera social alimentada desde hace semanas por un potente plan de lucha piquetero. Y, más allá de las desigualdades, hay un común denominador: donde no hay una dirección combativa que lo encabece (como en la salud de Río Negro o el Sutna), empiezan a darse fenómenos de desborde y autoorganización, como sucede en los docentes de San Juan y también en La Rioja. No es generalizado aún, pero marca una tendencia frente a una burocracia que, por su integración a los gobiernos, evita que estas luchas confluyan y se genere una dinámica de paro general y facilita que actúen los factores objetivos contrarrestantes que, aunque el PO los ignore, existen y hay que tenerlos en cuenta a la hora de definir una política integral.
Sobre la política hacia la burocracia
Lo correcto es denunciar el rol traidor de la burocracia y exigirle que levante los reclamos de la base y realice acciones. Además, según la etapa de la lucha de clases y cómo se ubique la burocracia, varía la proporción de los componentes de esta fórmula algebraica. Pero, en función de debilitarla, hacer avanzar la movilización y al nuevo activismo, siempre hay que denunciar y exigir.
El PO históricamente ha tenido una orientación unilateral y elabora sus políticas desligadas de la caracterización de la coyuntura y la ubicación de las direcciones traidoras.
Durante décadas se negó a la exigencia y nos criticaba cuando lo hacíamos desde nuestra corriente. Ahora ha pegado un giro copernicano y, casi sin denuncia y de manera acrítica, reclama el paro y… “un congreso de delegados mandatados, ocupados y desocupados” y siembra expectativas en lograrlo con entrevistas a la CGT y a la CTA (la de Godoy, parece que la de Yasky no entra en sus cálculos).
Cuando hubo sectores burocráticos que pasaron a la oposición y articularon movilizaciones, como en 2010 cuando se dividió la CTA, el PO mantuvo una postura sectaria y abstencionista. Nuestra corriente sindical intervino en ese proceso con una política y organización independiente y clasista, disputando el activismo que tenía expectativas en la naciente CTA-A, en sus debates, congresos y movilizaciones con materiales públicos y políticas alternativas. El PO se negó a intervenir en este proceso de unidad de acción y debilitó la posibilidad de articular un polo clasista y antiburocrático a su interior.
Pero cuando la burocracia de los grandes sindicatos y las centrales está integrada al gobierno, lleva años de inacción absoluta y lxs trabajadorxs que luchan se empiezan a autodeterminar y a organizarse de manera independiente, el PO le lava la cara sembrando expectativas en que va a lanzar un paro y a organizar el famoso congreso de ocupados y desocupados. Lejos de “exculpar a la CGT”, como dice el PO, la denunciamos, llamamos a impulsar la organización por abajo y, en ese marco le reclamamos el paro y el plan de lucha.
En su afán polémico y para encubrir su política, el PO recurre a la mentira. Diciendo que nos “subordinamos” a la burocracia al “ingresar a la directiva de CICOP por el oficialismo dominado por el PCR”. Todo falso. Su marginalidad absoluta en el gremio de la salud lo lleva a desconocer (digamos) nuestro rol fundacional y el carácter independiente, combativo y democrático de la CICOP.
Sobre el paro y la unidad
El PO ha hecho de la “campaña por el paro” su leitmotiv del momento. Ya dijimos que agitar el paro es correcto y ayuda a instalar su necesidad. Pero transformar esa política en el eje central junto a las “entrevistas” con la burocracia, se transforma en un atajo propagandístico que no sirve para la construcción del paro. El PO vende humo al decir que ya lo instalaron, que han “colocado al paro activo nacional en la realidad de todo el movimiento obrero, brindando un camino de salida…”. No solo es autoproclamatorio y exagerado, sino equivocado, porque desarma al activismo sobre las tareas que hay que realizar para instalar en sectores importantes del movimiento obrero y sobre todo los que están luchando la denuncia y el reclamo del paro y para prepararlo desde abajo.
También el PO pone como centro al movimiento piquetero para reclamar el paro. Esto es doblemente equivocado ahora que hay un proceso muy importante de lucha barrial y de los desocupados superior al de los sectores obreros en conflicto. Y su articulación con la clase trabajadora y los sectores de lucha potenciaría no solo la pelea de ambos sectores, sino la preparación y la exigencia del paro nacional. Por eso cuando demandamos una política activa de unidad de ocupados y desocupados, comenzando por articular entre el Plenario del Sindicalismo Combativo y la Unidad Piquetera, responden en su nota que “pretendemos que la UP actúe como apéndice del PSC”.
La disputa política no es solo electoral
Una vez más, el PO separa la lucha social de la política. Dicen en su nota: que “nos desvivimos” porque la Unidad Piquetera actúe como apéndice “fundamentalmente del FIT-U…” y que ello es “…de claro corte electoralista”. Hace tiempo que venimos polemizando con esta concepción equivocada que retrasa no solo el desarrollo de la lucha sino el proceso de recambio por una nueva dirección. Por los límites de la lucha sindical y social para lograr el trabajo genuino, el salario acorde a la canasta real y, en definitiva, un plan alternativo obrero y popular que apunte a liquidar el modelo capitalista. Elevar la lucha sindical y social al plano político es imprescindible para que avancen los procesos del movimiento obrero. La unidad de los luchadores y la izquierda se concreta en fortalecer al FIT-U y llevar esta unidad a la lucha de clases y el movimiento obrero. Este debate dista de ser “faccional” como esgrime el PO en su nota. Ni la lucha política no se reduce a lo electoral, como escriben.
Es el PO quien se viene oponiendo a que los temas sindicales y piqueteros se debatan en la Mesa del FIT-U. Un contrasentido ya que los partidos del FIT-U somos los impulsores fundamentales del PSC y de la dirección de varios sindicatos combativos, y una política en común haría avanzar estos procesos. Por ejemplo, para disputar hacia el paro nacional. Si esta articulación se concretara se fortalecería al FIT-U, al activismo clasista y a todas las luchas del movimiento obrero. Separar esta pelea y estas instancias debilita la disputa por una nueva dirección tanto sindical como política. En realidad, separar al FIT Unidad de los procesos de lucha y organización de lxs trabajadorxs y su vanguardia es una concepción no solo sindicalista sino electoralista como la que insiste en implementar el PO.
Reivindicamos el debate en el campo de la izquierda revolucionaria y el sindicalismo combativo. Fraternal, sin chicanas ni tergiversaciones. Para nosotros es vital avanzar en la unidad sindical, social y política para apoyar luchas y al activismo combativo, impulsar asambleas y reuniones de delegados, para preparar y reclamar el paro nacional y el plan de lucha que se necesita. Para estas tareas es clave impulsar la coordinación genuina por lugar y nacionalmente fortalecer y ampliar el PSC, no un congreso organizado por la CGT. Es impulsar con fuerza la lucha del movimiento piquetero independiente, unirla a la lucha de la clase obrera ocupada y unirla a la lucha política junto al FIT-U.