Con el gremio docente a la vanguardia y la progresiva unificación de otros sectores como la salud y la construcción Panamá se encuentra sacudida por paros y movilizaciones contra la carestía de la vida y los planes de ajuste del gobierno de Laurentino Cortizo.
Por Martin Carcione
Desde los primeros días de este mes, los reclamos contra el fuerte aumento de los combustibles, los alimentos y la vida en general, sumado al deterioro de una economía basada en los servicios y fuertemente golpeada por la pandemia, no paran de crecer y poner en jaque al gobierno quien ya ha cedido parcialmente a las demandas congelando el precio de los combustibles y convocando a mesas de diálogo con las direcciones sindicales que encabezan la lucha.
Al calor de la crisis económica internacional
Si bien Panamá es uno de los países de economía más estable de la región, fuertemente involucrada en los movimientos financieros internacionales y una economía esencialmente de servicios, las consecuencias de la crisis económica internacional fortalecida por la pandemia y la reciente alza en los comodities impulsados por la guerra dispararon los precios de los alimentos y combustibles, provocando un fuerte golpe en los bolsillos de las familias trabajadoras y en sectores de la clase media profesional. Los datos aportados por el Banco Mundial hablan de 130.000 personas que se suman a los índices de pobreza y un aumento progresivo de los índices de desocupación desde 2019 a esta parte.
Frente a este escenario el pasado 7 de julio inició un paro por 72 hs convocado por los gremios magisteriales y el apoyo del SUNTRACS (Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares) la CONUSI (Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente) y la CGTP (Central General de Trabajadores de Panamá). Esta primera acción fue el inicio de un proceso de movilización que se sostiene a pesar de los llamados al dialogo y las medidas parciales anunciadas por el gobierno.
Se suman otros sectores
A las acciones convocadas por los gremios se han sumados agrupaciones indígenas y de la juventud y el paro ha incorporado los bloqueos de carreteras y mercados por parte de los trabajadores de la construcción.
Esta generalización de la lucha a provocado que el gobierno dude en reprimir y luego de sus amenazas iniciales se vuelque a intentar desmontar por la vía del diálogo acompañado de la Iglesia Catolica que se ofreció como “mediadora” en la situación, sin embargo este miércoles 13 de julio una masiva movilización colapsó las calles de la Ciudad de Panamá mostrando que existe fuerza y determinación para ir por todas las demandas populares.
Solidaridad y apoyo a la lucha de los trabajadores y los pueblos
Desde la Liga Internacional Socialista venimos avanzando en la región y trabajaremos con todo nuestro empeño en impulsar la solidaridad con las luchas de los trabajadores y el pueblo panameño que sin dudas serán un impulso para todas las luchas en la región.