Ni la derecha, ni la partidocracia tradicional. Por un Frente de Izquierda Anticapitalista y Socialista
La clase trabajadora paraguaya está sufriendo en carne propia la política devastadora del capitalismo, desarrollada por el Partido Colorado, la partidocracia nacional junto a las patronales y los terratenientes que son el 1% de la población. Estos, sin consultar a nadie deciden por el resto, saqueando nuestra tierra con monocultivos y agrotóxicos, destruyendo ecosistemas, expulsando y apropiándose de territorios indígenas y campesinos, como así también precarizando a los trabajadores con sueldos miseria, con subas de precios de todos los productos, con educación y salud vaciadas, con transportes públicos caros, en pésimas condiciones y manejados por empresas privadas que aun teniendo subsidios del Estado siguen pidiendo préstamos y bonos a diestra y siniestra, mientras que el conjunto del pueblo paga los altísimos intereses de esos préstamos con más ajuste y menos derechos.
Escriben: Nicolás Germanier, Juan Pablo Benítez, Adriana Aquino, de Alternativa Socialista (Paraguay)
Desde el mes pasado estamos presenciando cómo el imperialismo de EEUU a través de su embajador en Paraguay, Marc Ostfield, está declarando significativamente corrupto a personajes del Partido Colorado del calibre de Horacio Cartes (ex-Presidente) 8y Hugo Velázquez (Vice-Presidente), quienes disputan internamente la hegemonía de la ANR, partido que gobierno hace más de 70 años el país negociando con ese mismo imperialismo que hoy supuestamente lo reniega. ¿Por qué EEUU está soltando la mano a unos de los principales dirigentes burgueses de la ANR? Al parecer Cartes y la ANR ya no está siendo el gestor más adecuado para funcionar de árbitro capaz de mantener unidas a todas las fracciones de la burguesía local, como socias menores de los negocios imperialistas ligados al extractivismo y al tabaco en el país. Para entender qué se propone EEUU debemos mirar qué está pasando en el mundo y la región con los estallidos sociales, las rebeliones en Latinoamérica y cómo estas se profundizan abriendo espacio para desarrollar alternativas más radicales. Paraguay no escapa de esa dinámica. El imperialismo yanqui expresa preocupación por un país que ya no tiene garantizada estabilidad burguesa, con el punto de quiebre que significó la rebelión de marzo de 2021 que terminó con sedes del partido colorado incendiados. Las elecciones presidenciales del 2023 pueden ser un canal de expresión de la ruptura de masas con el histórico partido burgués dominante, y en esto, la injerencia gringa se expresa con línea propia: aspira a un recambio anti-colorado, en los marcos del régimen democrático burgués.
La Concertación con el Frente Guasu girando a derecha
La Concertación, principal unidad de oposición para las elecciones presidenciales del 2023, conformada por los partidos tradicionales incluyendo al Frente Guasu, lógicamente, apareció como el armado que une a todas las fuerzas tradicionales no-coloradas, para ser el voto “castigo” a la ANR. Fuerzas que se reclaman de izquierda como el PPP (Partido Paraguay Pyahura) -de corriente maoísta- y el PC, se integraron al frente electoral Ñemongueta-FG que hasta hace poco apoyaba a la Concertación. Sin embargo, en la medida en que predominan acuerdos de cúpula, de casta política que aspira a cargos sin un programa ni siquiera seriamente antiimperialista, y con la ayuda de las direcciones burócratas, ya las contradicciones empezaron a aflorar. La renuncia de Esperanza Martínez (Frente Guasu) a la candidatura presidencial, quien desde el progresismo centralizaba altas expectativas de la juventud independiente, y, la aparición confirmada de Efraín Alegre (PLRA, liberal burgués) y Soledad Núñez (ex ministra de Cartes), expresa con claridad el perfil del “frente opositor”. Si conectamos la injerencia yanqui por un lado, contra la ANR y por otro, este volantazo a derecha de la Concertación, queda claro el panorama bipartidista-conservador y de continuidad que prepara el imperialismo yanqui para Paraguay. Por eso, más que nunca, interpelamos a las juventudes de las fuerzas que se reivindican de izquierda de esa coalición, a los referentes campesinos de base, a romper con ese armado al servicio de la continuidad de los negocios capitalistas y gringos en nuestro país, y poner por delante un programa de transformaciones reales al servicio de nuestro pueblo saqueado y empobrecido.
¡Vamos por un tercer espacio radical, anticapitalista y socialista!
El cuadro de situación que describimos más arriba, para nosotros/as, no deja lugar a dudas: la izquierda, los socialistas, el activismo independiente que protagonizó el orgulloso “marzo de 2021”, tenemos que confluir en un frente político independiente, clasista y profundamente antiimperialista y anticapitalista en nuestro país. La lógica del “mal menor”, el argumento de que “las relaciones de fuerza en el pueblo no dan”, o que “la derecha es muy fuerte”, termina justificando el lamentable papel de furgón de cola de opciones continuistas, del régimen, pro-yanquis. ¿Por qué no converger en un gran movimiento político unitario y de izquierda con libertad de tendencias a su interior? En base a un claro programa que plantee:
El no pago de la deuda externa fraudulenta de la ANR y que convalidan todas las fuerzas políticas tradicionales.
- Por un plan de obras públicas para reactivar la economía y dar trabajo a la juventud desocupada, en base a impuestos a grandes terratenientes y empresarios.
- Por una reforma agraria integral, sin indemnización para los mega-propietarios del campo. Basta de agronegocio y extractivismo: por una salida agroecológica de fondo.
- Por la estatización bajo control social de trabajadores y usuarios de Yacyretá, desconociendo todos los acuerdos corruptos previos.
- Basta de violencia machista y patriarcal: ley de emergencia en violencia, separación de la Iglesia del Estado, basta de subsidios al clero y Educación Sexual Integral obligatoria con perspectiva de género.
- Por una reforma política integral, para terminar con la casta privilegiada: cargos revocables, que ganen como un trabajador calificado, que estén obligados a usar lo público sobre lo que deciden.
- Por juicio y castigo, para los crímenes de la dictadura stronista.
- Por un Proceso Constituyente que termine en una Asamblea libre, democrática y soberana que reorganice Paraguay sobre nuevas bases, sin corporaciones, gran empresariado, ni terratenientes.
Todo en el camino, de preparar un gobierno de los que nunca gobernamos en nuestro país: las y los trabajadores, el campesinado pobre, la juventud y la izquierda.
En ese camino, hacemos este llamado desde Alternativa Socialista. Y si sos activista de la juventud, militante de los movimientos sociales y estás buscando un nuevo espacio de lucha y construcción, sumate a nuestro proyecto para dar vuelta todo en nuestro país. América Latina y el mundo.