La muerte de una joven kurda a manos de la policía de la moral del régimen islámico y capitalista de Irán, generó una gran ola de indignación popular, primero en la región kurda y luego por todo el país. Mahsa Amini tenía sólo 22 años y fue arrestada en Teherán por llevar “mal puesto” su hiyab (velo).
Si bien el uso de dicho velo islámico es obligatorio en Irán desde 1979, en agosto pasado el gobierno fundamentalista dictó un decreto de control aún más estricto, que incluye la utilización persecutoria de tecnología de reconocimiento facial. Lo hizo en respuesta ante las manifestaciones de cientos de mujeres en las calles y las redes sociales tras el 12 de julio, el oscurantista “día nacional del hiyab y la castidad”. Las mujeres han venido realizando protestas y manifestaciones durante los últimos meses, sin embargo, el asesinato de Mahsa, fue la gota que rebosó la copa, y que llevó al estallido que hoy el mundo está presenciando y que pone en cuestión al régimen islámico.
Si bien, han sido las mujeres quienes han estado al frente de esta histórica lucha, las movilizaciones hoy están nutridas de la fuerza de la juventud y les trabajadores, empalmando la lucha contra la opresión machista con el descontento contra el gobierno y sus medidas antiobreras. En noviembre de 2019, en todo el país tuvieron lugar importantes manifestaciones después de que el gobierno aumentara los precios de los combustibles. En julio de 2021, miles de trabajadores del petróleo, el azúcar y otras industrias hicieron huelga por reclamos de deudas salariales, aumento, mejora de las condiciones laborales y libertad de organización sindical. La huelga fue respondida por el gobierno con una sangrienta represión, igual que lo hizo ante otras protestas sociales por la grave falta de agua y de electricidad en el sur y el centro del país. También en diciembre de 2021 grandes huelgas de los trabajadores de la educación, especialmente el gremio docente en el cual las mujeres son al menos el 60%, quienes han venido luchando por salarios iguales entre hombres y mujeres, así como alza de salarios para el gremio docente, construcción de escuelas, libertad de cátedra y otras reivindicaciones contra la injerencia del régimen islámico y machista en la educación.
Este deterioro social junto con el aumento de la represión es la base del descontento creciente, que muestra una convergencia de acción entre la clase trabajadora, sectores populares y las mujeres y la juventud, en defensa de los derechos económicos, democráticos y de la lucha contra la opresión machista. Actualmente, la movilización está siendo reprimida brutalmente, son cientos los heridos, arrestos, torturas y asesinatos, por tal motivo, las mujeres y el pueblo de Irán necesitan de la solidaridad internacional.
Llamamos a todas las organizaciones defensoras de los derechos de la mujer, a las organizaciones de trabajadores/as, sindicales, populares, barriales y democráticas; a las comunidades indígenas y negras a unir fuerzas en este llamado y participación en acciones de solidaridad con las mujeres y el pueblo de Irán. Exigimos que el gobierno se Gustavo Petro y Francia Márquez sea verdaderamente democrático y se pronuncie en contra del régimen islámico y capitalista; exigiendo el cese de la represión y la garantía de derechos colectivos a la comunidad kurda. Un gobierno que no se pronuncie ante la aberrante situación de las mujeres kurdas, juega un papel cómplice ante estos vejámenes; una postura mínimamente democrática no puede dejar de mostrar su rechazo ante la persecución y acoso a la que son sometidas las mujeres.
¡Alto a la represión, los asesinatos y las detenciones del régimen islámico!
¡Abajo el régimen islámico, capitalista y machista!
¡Retomar el camino de la revolución, dirigida por la clase obrera contra el régimen de los Ayatolah!
¡Victoria para la lucha de las mujeres y el pueblo iraní!