Faltan pocos días para que se defina quién será el próximo presidente de la República de Brasil. La disputa sigue abierta y las últimas encuestas apuntan a un escenario de incertidumbre.Mientras Bolsonaro ya ha dicho lo que vino a hacer en los últimos años, por todo su comportamiento genocida, violento y de empobrecimiento hacia la clase trabajadora, y que promete aún más, con la grave amenaza de desvincular el salario mínimo y las pensiones a la inflación, la campaña del Frente Amplio – Lula Presidente se ha negado a presentar soluciones básicas a la brutal crisis económica, social y ambiental que penaliza a los pobres y trabajadores de nuestro país.
El eje del Frente Amplio ha sido dialogar y disputar el apoyo de sectores del capital y del empresariado nacional que han apoyado todas las medidas antipopulares del gobierno genocida de Bolsonaro. Si el 7 de septiembre, Bolsonaro candidato que defiende la tortura y el asesinato de nuestros jóvenes negros y que vive en las periferias, que tiene rabia de los pobres, odia a las mujeres y a la diversidad sexual, puso a miles de seguidores fanáticos en las calles alentando a su tropa para una cruzada contra la civilización, hecho importante que lo fortaleció electoralmente, el Frente Amplio pegado al «legado» del pasado político de los gobiernos del PT/Centrón estuvo a la defensiva total, vaciando las calles, llamando a confiar en las urnas y administrando de manera superestructural su pequeña ventaja electoral que ahora ha llegado al límite. Bolsonaro crece sobre el rechazo que grandes sectores de la sociedad expresan tras su desilusión con 12 años de gobiernos petistas con esa misma lógica que hoy reeditan.
Ningún acuerdo de cúpulas, ningún apoyo con visibilidad mediática, ningún pacto con nuestros enemigos de clase será suficiente para enviar a Bolsonaro y a la ultraderecha de vuelta a la cloaca de la historia.Es necesario poner al pueblo en la calle, convocar urgentemente una marcha nacional, una verdadera jornada de VIRA VOTO y llamar a la clase obrera organizada, a la base de los movimientos sociales por los derechos, a los sindicatos, a las centrales sindicales, a los movimientos que luchan por la reforma agraria, por vivienda, derechos humanos, por los derechos de las mujeres, de los negros, LGBTQIA+, la militancia de los partidos políticos de nuestra clase, TODOS, TODOS Y TODOS en un solo frente, nadie puede quedar fuera, para ganar las elecciones y elegir a Lula 13 presidente del país.El candidato de la ultraderecha afirma que todo está bien, que Brasil ha mejorado, lo cual es una gran mentira. Saldremos a las calles, plazas y avenidas de todo el país para exigir comida, trabajo, aumento de salarios y servicios públicos gratuitos y de calidad. Defenderemos la naturaleza y el medio ambiente, el libre derecho al amor, la libertad religiosa, las libertades democráticas conquistadas, exigiremos que los ricos y poderosos paguen la factura de la crisis en la que vivimos.Lula debe llamar al pueblo pobre y trabajador de nuestro país a ocupar las calles, todos los espacios públicos para asegurar la victoria. Sin el pueblo en las calles para derrotar a Bolsonaro, la derrota es una posibilidad.Corresponde al PSOL y a su dirección nacional ponerse, sin ninguna vacilación programática, al servicio de esta lucha
.San Pablo, 20 de octubre de 2022
COMITÉ DE ENLACE
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