Mientras la rebelión en Irán continúa desarrollándose, entrevistamos a Zhaleh Sahand, una trotskista iraní independiente, ex presa política y educadora jubilada, que ahora vive en el extranjero, para contribuir a nuestra comprensión del proceso y ayudar a construir solidaridad internacional. La entrevista se realizó a través de correo electrónico, lo que sigue es la respuesta enviada por Zhaleh a nuestras preguntas.
Para poder responder con precisión a sus preguntas, debo señalar algunas ideas sobre el estado de la situación política en curso y lo que los socialistas tuvieron que enfrentar en el campo de batalla en Irán para alcanzar las deleitantes victorias que ahora poseemos.
Creo firmemente que si el régimen islámico iraní pudiera retroceder en el tiempo para volver a antes de asesinar a Mahsa y continuar con su existencia opresiva, adoptarían con gusto otras tácticas para evitar su asesinato. El asesinato de Mahsa bajo custodia ha alimentado el episodio más intrigante y constante de disturbios públicos desde lo que experimentamos en 2018, en la ola de protestas populares en todo el país y a lo largo de la historia del movimiento disidente y los levantamientos en Irán bajo el régimen islámico.
El desafortunado e inolvidable asesinato de Mahsa y la decencia de su juventud fueron los factores más emotivos en la poderosa confrontación del pueblo iraní, independientemente de la edad o condición social, con el régimen.
La ira del pueblo iraní con el régimen islámico proviene de una larga historia de opresión, especialmente para las mujeres del país. Las mujeres siempre han sido tratadas como ciudadanas de segunda clase, con las espadas de Damocles colgando sobre sus cabezas: sujetas a las leyes de la Sharia más bárbaras, violentas, despóticas y poco benévolas en todos los aspectos de sus vidas; desde la falta de control sobre sus cuerpos hasta los prejuicios que enfrentan en el ámbito laboral y las leyes matrimoniales.
Destacaré algunos elementos específicos que han contenido los pasos necesarios para poner de rodillas al brutal régimen islámico. Con cada día que pasa, la gente ahora se acerca cada vez más a los objetivos que los socialistas nos hemos propuesto. Estos elementos fueron:
1-Históricamente los derechos democráticos de nuestras mujeres siempre se vieron eclipsados por las demandas generales y sin género de libertad, apertura social, prosperidad económica e igualdad económica para todos los trabajadores y trabajadoras, a pesar de lo que argumentaban los socialistas revolucionarios en los clásicos, para que las mujeres para asuman su papel de clase directo en la política.
2-El movimiento obrero iraní comenzó su oposición al régimen iraní de manera orgánica, poco después del establecimiento del régimen, sin vacilaciones ni interrupciones. Sin embargo, el movimiento obrero en su conjunto ha centrado principalmente sus demandas en preocupaciones económicas generales, ya que la ausencia de libertad de expresión y el uso extremo de fuerzas fascistas y opresivas por parte del régimen fue tan brutal, y para asegurar para sí mismos un horizonte más amplio en lucha contra las superestructuras reaccionarias en Irán, ante la falta de plena conciencia de clase de sus capas inferiores, la comprensión de las teorías socialistas y sus ramificaciones en la objetividad de las realidades sociales en Irán, limitaban objetivamente sus alcances políticos.
3-Durante años, el movimiento colorido y multifacético de las mujeres iraníes se organizó principalmente a través de sus propios esfuerzos. Nuestra sociedad aún estaba enredada, medio estrangulada, en sus propios sentimientos, realidad objetiva y tradiciones culturales, y luchaba por comprender e internalizar el dolor y los sufrimientos que el apartheid de género y la doble explotación traían a las mujeres y, en última instancia, a la gente en su totalidad.
4-A nuestro pueblo le tomó tiempo superar sus dificultades con nuestros rasgos culturales y poder combatir sus puntos ciegos, su doble moral y sus peligros para el bienestar psicológico y socioeconómico del país en su conjunto. Le tomó tiempo al pueblo encontrar plenamente el coraje de enfrentarse a un régimen reaccionario hasta los huesos y a la ofensiva contra todo lo que desafía su bastión.
En este contexto, las respuestas a sus preguntas son:
1- Las protestas que han sacudido a Irán desde la muerte de Mahsa Amini bajo custodia policial siguen con fuerza después de varias semanas. ¿Cómo analiza este proceso? ¿Cuáles son sus principales características y en qué momento se encuentra ahora?
Como explica Engels, en la investigación, los principios son los resultados finales y no aquello con lo que comenzamos. Los principios sólo pueden afirmarse con una condición; si confirman el mundo objetivo tal como es. Entonces, ahora estamos viendo que nuestro movimiento de mujeres está listo para llevar su tarea a etapas superiores. Para que nuestras mujeres como fuerza, en una sociedad marcada por diversas aspiraciones culturales, políticas y económicas, pudieran asumir sus tareas históricas y radicalizar nuestro movimiento, tenían que encontrar ellas mismas su propio lugar y sus propias tareas, no simplemente aceptar lo que se eligió para ellas. Están en un lugar mejor, y no retrocederán ni un centímetro de lo que es suyo ahora.
El apriorismo no es y nunca fue una respuesta a un movimiento radical. La gente está en este momento en las calles de Irán porque nuestras mujeres demostraron que pueden defenderse firmemente en la práctica. El movimiento socialista en Irán necesitaba ver que nuestras mujeres pueden luchar por sí mismas, con los hombres apoyándolas a su lado. Nuestra clase obrera y el movimiento radical están viendo ahora el poder político proyectado por nuestras mujeres y hombres en plena exhibición. Este es un punto de inflexión en la historia de nuestro movimiento disidente, que hace que las realidades presentes sean diferentes de nuestras experiencias pasadas.
Las características de nuestro movimiento en esta etapa son:
1-Se está desarrollando orgánicamente una estrecha asociación entre nuestros hombres y mujeres, viéndose mutuamente no como entidades separadas con diferentes necesidades, sino como socios en sus aspiraciones mutuas, socios en sus inversiones políticas, y socios en el proceso de comprender completamente el apartheid sexual del régimen islámico que intenta sofocar la búsqueda de libertad e igualdad de nuestras mujeres.
2-Los estudiantes y jóvenes menores de 30 años son el 60 por ciento de la población total de Irán de 86.456.245. Estos estudiantes y jóvenes, mujeres y hombres, son un motor impulsor del movimiento actual, como en todas las protestas anteriores de menor escala. Otros grupos etarios aún dudan en unirse a las protestas en gran número, debido a los riesgos de seguridad involucrados. Sin embargo, no hay duda de que están en espíritu con sus hijos e hijas en las calles de Irán y políticamente son sus socios en silencio.
3-Estos estudiantes provienen de clases y estratos diversos, en su mayoría son hijos e hijas de la clase trabajadora. En sus aspiraciones, sin embargo, se manifiesta claramente un deseo de justicia y el establecimiento de una república democrática.
4-Los estudiantes de primaria y secundaria nunca fueron una parte orgánica de las protestas estudiantiles que tuvieron lugar en Irán antes. Ahora, hacen huelga en sus escuelas cuando es posible, se unen a las protestas en las calles y están desarrollando una asociación inseparable con estudiantes universitarios adultos a medida que pasan los días. El movimiento se ha enfrentado al asesinato de 32 escolares, brutalmente baleados por los matones de seguridad iraníes en diferentes ciudades desde el inicio de las protestas.
5-Las consignas coreadas en las protestas que se formulan de manera consciente y precisa, tienen matices radicales y se dirigen tanto a la familia real depuesta (que tiene algunos partidarios en Irán y quiere que regrese la monarquía) como al régimen islámico en su conjunto. Las consignas se dirigen contra todo el sistema y no solo el hiyab obligatorio, que es solo un elemento de la imagen completa, se busca un cambio de régimen desde abajo.
6-Las protestas lucen autónomas, con consignas radicales. Están teniendo lugar espontáneamente en diferentes calles y barrios en lugar de concentrarse en lugares centralizados específicos como antes.
7-Las protestas se están dando todos los días, con gente saliendo a la calle en mayor escala algunos días y en menor escala otros días, para recuperarse. Las protestas parecen fluidas y conmovedoras y, como sugiere toda la evidencia, imparables. Pueden estar a la ofensiva o a la defensiva, según la situación y la escala de violencia del régimen.
2 – En la última década ha habido varios ciclos de protesta y movilización en Irán. ¿Hay elementos de continuidad entre esos procesos y el actual? ¿Hay algo diferente ahora?
El movimiento disidente en Irán desde su primer día fue un movimiento de la clase obrera. Luchaba para establecer sindicatos independientes, luchaba contra la inflación, contra la caída de los salarios reales, para obtener contratos de trabajo permanentes en lugar de temporales, luchaba contra los salarios atrasados, luchaba contra la falta de seguridad laboral y para reintegrar a los trabajadores despedidos simplemente por expresar preocupaciones o tener afiliaciones sindicales.
Desde el año siguiente a la revolución de 1979, el elemento de continuidad de las protestas que se han producido se centra en la privación de todos los derechos y en la descarnada opresión política infligida a nuestra sociedad. Esa opresión apunta a otras capas de nuestra sociedad con mejores condiciones económicas, pero carentes de libertad de expresión, prensa y reunión en su conjunto. Esto los convierte en socios de la clase obrera en nuestros levantamientos políticos.
Además de todo esto, nuestras mujeres que sufren de un doble estándar como resultado de la sexualización de sus derechos civiles se ven obligadas a esforzarse más en luchar contra el sistema de apartheid de género del régimen islámico. Este sistema las está estrangulando con la falta de libertad de elección, el Hijab obligatorio y las leyes de la sharia reaccionarias hasta los huesos que han puesto en agonía la vida de nuestras mujeres durante 44 años.
Lo que hace que la fase actual de nuestro movimiento sea diferente de la anterior es la radicalización de las consignas coreadas en las calles, apuntando a todo el sistema, y no a una parte de él. La necesidad subjetiva está encontrando su propio camino para conectarse con las miserias económicas objetivas que atraviesa la población iraní en su conjunto. Este es un matrimonio, un requisito previo para la radicalización de cualquier movimiento que tenga como perspectiva una revolución socialista o al menos democrática. Lo nuevo ahora es que nuestras mujeres no están a la defensiva sino a la ofensiva, demostrando que están listas para luchar con uñas y dientes por sus derechos.
3-Hemos visto la brutal represión desplegada por el régimen. ¿Qué otras estrategias han adoptado para tratar de frenar las protestas?
Aunque nuestro movimiento en la actualidad parece ser autónomo y sin líderes, sus consignas están muy controladas, lo que sugiere que está conduciendo hacia algún tipo de organización desde adentro. Según un plan de acción interno que se dio a conocer al inicio de las protestas hace unas 4 semanas, una de las tácticas que desarrolló el régimen islámico fue derribar las protestas desde adentro, enviando a sus agentes vestidos de civil a unirse a las protestas para cambiar la naturaleza de las consignas y así desacreditar la integridad del movimiento. Estos agentes del régimen cantarían consignas en apoyo de la familia real depuesta (que tiene algunos seguidores en Irán, pero nunca podrá hacer retroceder el reloj ni tener la más mínima oportunidad de desempeñar un papel en el futuro de la política iraní). Su objetivo era provocar fracturas en la solidez de la justa rabia de los manifestantes e impedir que los radicales se sumaran a las protestas en gran número.
Esa táctica ha fallado, y no hemos visto en lo más mínimo ningún cántico de apoyo a la monarquía en las protestas que se han producido desde hace 4 semanas. De hecho, uno de los eslóganes más coreados en las calles de Irán es “No al dictador, ya sea rey, mulá o líder”, es decir Khamenei).
La otra táctica adoptada por el régimen fue tratar de encontrar formas de centrar las protestas en un número reducido de lugares. Esto les permitiría reprimir sistemáticamente una protesta fácilmente enviando a sus matones de seguridad a las calles designadas. Esa táctica también fracasó, ya que nuestras protestas se realizan ahora en diferentes lugares y barrios, contribuyendo a la confusión, el agotamiento y la desorganización del régimen.
El régimen está tanto a la ofensiva como a la defensiva en este momento, pero no puede acabar con el movimiento tan fácilmente como antes. Esta vez nuestro pueblo tiene más confianza en el poder de su determinación colectiva y en nuestras mujeres como motor dinámico del movimiento.
Como indicó Marx, “la posición de la mujer en la sociedad podría usarse como una medida del desarrollo de la sociedad en su conjunto”. El movimiento no solo apunta a la superestructura fascista del régimen, sino a toda su entidad, cantando “El objetivo es el sistema mismo, y este es el último mensaje”. El régimen islámico es plenamente consciente de estos sentimientos candentes; este es un momento decisivo para que nosotros, los socialistas, inyectemos mayores dosis de consignas y demandas radicales y, como nuestro próximo paso, exijamos la creación de consejos locales y de trabajadores.
4-¿Qué fuerzas sociales y políticas intervienen en el movimiento? ¿Qué papel tiene la clase obrera y sus organizaciones? ¿Han surgido organizaciones para la coordinación de la lucha? ¿Qué fuerzas organizadas de la izquierda socialista hay?
Nuestro movimiento es muy diverso. Irán, con una población de 86.456.245 a la fecha, alberga siete minorías étnicas que se encuentran entre las poblaciones más marginadas y explotadas: kurdos, árabes, baluchis y otros. La presencia de la opresión política, la devastación económica y la pobreza siempre ha tenido un rostro más feo en las provincias de estas minorías étnicas, tanto en el régimen del Sha como en el islámico. Estas, las masas obreras más desfavorecidas, siempre han sido la columna vertebral de nuestro movimiento disidente de la clase obrera en Irán. Los manifestantes corearon «Turcos, kurdos, árabes, Lors, están juntos».
Junto con nuestras minorías étnicas, el movimiento popular incluye las diferentes clases de personas y estratos de Irán con sus diferentes aspiraciones políticas y para su movimiento. Sin embargo, en su mayoría está dirigido por los hijos y las hijas de nuestras masas obreras y se inspira y hegemoniza en esos ideales obreros como sus motores centralizados, fuerzas con un pensamiento, una reivindicación y una consistencia más coherentes.
Nuestra pequeña burguesía, como siempre, tiene sus propias inconsistencias, dudas políticas y vacilaciones sobre lo que anhelan, en todas las revoluciones mundiales por la democracia y el socialismo, siempre han exhibido estas características. Sin embargo, sus inconsistencias no les impiden sumarse a nuestro movimiento, y lo hacen y han estado en las movilizaciones en las calles de Irán. La pequeña burguesía sabe que no puede quedarse de brazos cruzados por mucho tiempo y sabe que también será aplastada por el capitalismo si no asumen sus responsabilidades para un futuro mejor.
Creo firmemente que los manifestantes son en su mayoría hijas e hijos de nuestra clase trabajadora en las calles de Irán. Esto es muy diferente de lo que vemos en las protestas que tienen lugar en el extranjero, donde algunos llevan las banderas lealistas (del Sha) en la mano y deben ser superados en número por la presencia activa de los socialistas en todo el mundo.
Desde el año siguiente a la revolución de 1979, la presencia periódica de nuestra clase obrera en las calles de Irán, algunos con conciencia de clase y el resto más o menos llevando a cabo las demandas conscientes impulsadas por la clase, ha sido la fuerza guía detrás de todas las protestas que se han producido. Esto nos ha mostrado el equilibrio de poder necesario para seguir adelante.
La clase trabajadora y sus sindicatos siempre han emitido declaraciones de solidaridad, en apoyo a las protestas que han llevado a cabo diferentes grupos de personas y las han apoyado como individuos en actos de solidaridad.
La clave para ganar el derrocamiento de cualquier régimen capitalista despótico, incluido el régimen islámico en nuestro caso, está en manos de nuestra clase trabajadora. Las huelgas de docentes en Irán siempre han jugado un papel vital en nuestros movimientos con sus demandas y protestas radicales también. Los sindicatos de trabajadores comenzaron la huelga hace dos semanas. Si van más allá, eso puede desequilibrar al régimen islámico y ponerlo de rodillas, acercándose a desestabilizar sus fundamentos con el gran poder de los trabajadores.
Todos sabemos que la clase obrera, con todas sus fuerzas y huelgas, se suma a los movimientos revolucionarios, cuando las manifestaciones objetivas y la disposición mental de la población y el movimiento para destruir el sistema capitalista están listas. La clase obrera dedica toda su fuerza a un fenómeno que puede garantizar la destrucción del capitalismo.
Con esto en mente, y en medio de las detenciones de cientos de trabajadores, nuestros trabajadores petroquímicos en Asalouyeh, en la provincia sureña rica en petróleo de Bushehr, y en la refinería de Abadan están en huelga desde el pasado lunes 10 de octubre. El 18 de octubre, el Sindicato Laboral del Molino de Caña de Azúcar de Haft Tappeh anunció que sus trabajadores también se habían sumado a las huelgas; han instado a otros sindicatos y trabajadores a unirse a las huelgas.
Los conductores de camiones cisterna de combustible de Abadan comenzaron su huelga el 19 de octubre. Trabajadores de varias fases del campo de gas y condensado de South Pars, Bushehr Petrochemical Company y Hengam Petrochemical Company, que operan en el complejo de Asalouyeh, la refinería y compañía petroquímica de Abadan, Mahshahr’s refinería y Pipe Mill Plant, así como Neyriz Ghadir Steel Complex en las costas del Golfo Pérsico han estado en huelga en solidaridad con las protestas en todo Irán.
El consejo organizador de trabajadores petroleros contratados emitió su segundo comunicado, dando un ultimátum de que si sus compañeros arrestados no son liberados de inmediato y si las fuerzas especiales represivas del régimen no son retiradas de su lugar de trabajo, ampliarán sus protestas y no se quedarán calladas.
Las protestas se amplían y nuevas ciudades se suman a medida que pasan los días. Los socialistas, aunque deben permanecer en la clandestinidad, están hombro con hombro con la gente en todo el país. La necesidad de establecer una organización socialista para la dirección es muy esencial en este momento, pero nuestras vanguardias provienen de diferentes tradiciones y escuelas de pensamiento. Para dirigir sistemáticamente el movimiento por el socialismo, deben encontrar la plataforma militante más adecuada para la formación de una oposición y organización revolucionaria. Un grupo de trabajadores socialistas anunció recientemente su existencia en Khuzestan.
5-¿Qué posibles escenarios políticos ves para las próximas semanas y meses? ¿Qué tareas crees que tiene la izquierda revolucionaria?
Nuestras mujeres están encontrando sus propias voces independientes y saben que sin ellas, ninguna revolución se llevará a cabo en ninguna parte. También debemos entender: «Alterar la posición de la mujer en la raíz sólo es posible si se alteran todas las condiciones de la existencia social, familiar y doméstica». (Trotsky, Women and the Family, p. 45.) Por lo tanto, nuestras mujeres deben tomar en serio que su un cambio en su posición solo sucederá, no en una revolución democrática burguesa, sino en una revolución socialista simple, bien formada y antiautoritaria. A eso deben apuntar sus esfuerzos.
Es imposible hacer algún pronóstico de lo que sucederá en las próximas semanas y meses. Como escribió Lenin: “Una revolución es imposible sin una situación revolucionaria; además, no todas las situaciones revolucionarias conducen a la revolución. ¿Cuáles son, en general, los síntomas de una situación revolucionaria? Ciertamente no nos equivocaremos si indicamos los siguientes tres síntomas principales: (1) cuando es imposible para las clases dominantes mantener su dominio sin ningún cambio; cuando hay una crisis, de una forma u otra, entre las “clases altas”, una crisis en la política de la clase dominante, que conduce a una fisura por la que estalla el descontento y la indignación de las clases oprimidas. Para que se produzca una revolución, suele ser insuficiente que “las clases bajas no quieran” vivir a la antigua; también es necesario que “las clases altas sean incapaces” de vivir a la antigua usanza; (2) cuando el sufrimiento y la miseria de las clases oprimidas se hayan agudizado más de lo habitual; (3) cuando, como consecuencia de las causas anteriores, hay un aumento considerable en la actividad de las masas, que sin quejarse se dejan robar en “tiempo de paz”, pero, en tiempos turbulentos, son atraídos tanto por todos los circunstancias de la crisis y por las propias “clases altas” en una acción histórica independiente”.
Entonces, con todo lo que ha dicho Lenin, precisamente debemos intentar profundizar en los tres factores decisivos y determinantes para poder derrocar al régimen. Con toda la evidencia, creo firmemente que nos acercaremos a estos tres indicadores si nuestras masas empiezan a superar sus miedos, a creer en sí mismas y en su poder demoledor, y a demostrárselo al régimen con su presencia activa en las calles de cada ciudad. El régimen ya ha comenzado a dividirse desde adentro por sus políticas, y sólo detendrá los asesinatos cuando la gente se manifieste en las calles por millones.
Si por falta de cualquiera de los tres factores requeridos, las masas se ven obligadas a retroceder para cumplir mejor sus tareas en otras fases, entonces todavía habrán logrado algunos de sus objetivos esenciales en este punto, incluso si tienen que retroceder para rejuvenecer sus tácticas. Esos objetivos eran:
1-La gente pudo radicalizar su movimiento y filtrar sus demandas, sacando a las calles de Irán a las masas más militantes y con conciencia de clase, en la medida de lo posible.
2-La gente pudo estimar el poder del régimen al confrontarlos y estimar el poder creciente de los radicales y las masas, al organizarse espontáneamente o con una organización clandestina como dirección.
3-La gente pudo alzar la voz mucho más fuerte y captar la atención de la izquierda internacional y los comunistas, para finalmente atraer su apoyo. (Aunque siempre tuvimos, durante 44 años, la mayoría de los sindicatos internacionales de trabajadores apoyándonos en espíritu, sin condescendencia). Aquellos que desafortunadamente permanecieron ociosos durante años, su falta de apoyo al movimiento socialista en Irán, independientemente de su intenciones- contribuyó a los intereses de los mulás capitalistas y dio luz verde a la implacable y salvaje opresión de nuestros disidentes por parte del régimen islámico.
6-¿Qué podemos hacer internacionalmente para mostrar solidaridad y apoyar la lucha del pueblo iraní?
Los estudiantes iraníes, que en su mayoría provienen de la clase trabajadora, los trabajadores y los propios trabajadores han demostrado una vez más que tienen todas las fuerzas poderosas, la dignidad y la determinación política para inspirar a las capas restantes de nuestra sociedad a unirse a ellos en el expulsión del régimen despótico de Irán, cuando llegue el momento de determinar su propio destino político.
Lo que queremos es que todos los imperialistas, pequeños o grandes, quiten las manos de Irán. Eso significa que Estados Unidos y su contraparte británica, por todos los crímenes más conocidos que cometieron contra los pueblos oprimidos del mundo, menos conocido es su notorio apoyo al Shah; el derrocamiento del gobierno democrático del primer ministro Mohammad Mosaddeq, sus operaciones encubiertas y las sanciones en curso contra el pueblo de Irán. Eso también incluye al polo opuesto, Rusia y China, que han alimentado al Irán capitalista y su maquinaria represiva durante años.
Es el deber de todas las fuerzas progresistas y organizaciones obreras globales defender las aspiraciones genuinas del movimiento obrero en Irán y oponerse a la interferencia destructiva de los poderosos gobiernos capitalistas en todo el mundo y en la región. Las luchas incansables de la clase obrera en Irán y la región sólo florecerán con la solidaridad internacional amplia y orgánica.
Queremos el apoyo de personas políticamente justas del mundo, izquierdistas y socialistas, para ayudarnos a traer un socialismo genuino desde abajo a Irán. Queremos, en el espíritu de la solidaridad internacional, que los socialistas internacionales se pongan coherentemente de nuestro lado, inyecten sangre a nuestro movimiento y ayuden al movimiento a encontrar sus rasgos revolucionarios definidos.
Los antiimperialistas genuinos no deben estar del lado del régimen islámico hipócrita y sanguinario, sino del nuestro. Este es el único antiimperialismo genuino que hará posible la revolución obrera en Irán. Esta es la única forma de tender un puente con nosotros, y con las masas de todo el mundo y en el Medio Oriente políticamente agitado.