Autor: Julio Santana – LIS Reino Unido
Tienen tanto miedo a la oleada de huelgas anunciadas para los próximos días que los conservadores plantean utilizar militares para reemplazar a huelguistas. Los responsables del desastre económico y social pretenden culpar a los trabajadores por lo que sucede. El bipartidismo conduce hacia nuevas frustraciones. Hay que apoyar los reclamos en curso, rechazar las medidas de “mano dura” y exigir la huelga general. Hacen falta dirigentes sindicales democráticos y combativos. Y una nueva alternativa de izquierda anticapitalista.
Zahawi: reaccionario y corrupto
Nadhim Zahawi es el presidente del Partido Conservador y ministro sin cartera, ya que actualmente no dirige ningún ministerio. Desde esa ubicación, amenaza con utilizar militares para sustituir a los conductores de ambulancias y personal de aeropuertos que hagan huelga los días 21 y 23 de diciembre. Zahawi es un hipócrita que se acuerda de los pacientes de salud, justo cuando se ha anunciado la huelga en el NHS. Además, es un rico corrupto: en 2013 cuando era parlamentario, le pasó al estado las facturas de energía de sus establos.
Los conservadores piden “mano dura”
El miércoles pasado hubo parlamentarios que le insistieron al primer ministro Rishi Sunak, que tomara medidas drásticas. Por ejemplo, el conservador Sir Christopher Chope planteó: “El problema es que no es como si todo esto hubiera surgido en el último minuto. Sabíamos que estaba a la vista. Está muy bien hablar duro, pero la gente necesita ser protegida ahora.” En la misma sintonía, Sunak amenazó con prohibir las huelgas y su coordinación en el sector público. Para estos fines reaccionarios, el gobierno afirmó que ya está capacitando a 2.000 integrantes de las Fuerzas Armadas y voluntarios.
Una oleada de reclamos
Ante el deterioro de los salarios y de las condiciones de vida los sindicatos anunciaron una oleada de huelgas. Desde el 1º de diciembre al 11 de enero la agenda de reclamos escalonados se compone de trabajadores de: Royal Mail, sindicato de docentes de escuelas secundarias SSTA y miembros del sindicato de docentes NASUWT en Escocia, ferroviarios de distintas especialidades de RMT en Network Rail y 14 empresas, sindicato de enfermeras RCN, conductores de ambulancias en los sindicatos GMB, Unison y UNITE, sindicato de docentes escocés EIS (escuelas primarias, escuelas especiales miembros del primarias y escuelas especiales mixtas primaria/secundaria, y maestros de primeros años). Y la lista, puede extenderse más aún. La situación social no deja márgenes para esperar a que pase el invierno ni a que lleguen las elecciones. Por eso, miles de trabajadores se ven obligados a salir a la huelga durante el período de las fiestas y las vacaciones invernales.
Les tienen pánico a las huelgas
Las amenazas del gobierno a los derechos de expresión de los trabajadores no son muestras de fortaleza ni de apoyo social. Responden al pánico que la burguesía y el régimen británico les tienen a los reclamos sociales. Intentan impedir que las luchas sigan avanzando, se unan y desemboquen en la huelga general. Los cambios de gobierno, de planes económicos, de dirigentes políticos e incluso, de monarca, no lograron resolver los problemas de los trabajadores ni apaciguar la tensión social.
La otra pata del bipartidismo
La laborista Bridget Phillipson le dijo a la BBC que es necesario un «acuerdo justo para los trabajadores» y que no puede haber una «posición de acuerdo sin negociación». Además, afirmó que los sindicatos tienen razón al «discutir sobre salarios y términos y condiciones» y que están desesperados por tener una conversación y una discusión sobre salarios, mientras que los ministros se niegan a hacerlo. Como vienen haciendo con todas las propuestas, sus consejos son para sostener al gobierno hasta las elecciones, para lo cual llegan al colmo de hablar por los sindicatos.
¿Cuál es la política del Partido Laborista hacia las huelgas?
En el artículo “Es imprescindible terminar con el bipartidismo” señalamos el nefasto rol de Sir Keir Starmer, líder del Partido Laborista, hacia las luchas, que ha llegado al extremo de prohibir que su partido apoyara los piquetes de huelga.¿Y esta diputada de segundo orden, se atreve a habla de “desesperación”? Desesperada es la situación de millones de trabajadores que van camino a la indigencia. Que no podrán pagar sus facturas de energía para calefaccionar sus casas, o que directamente se quedarán en la calle por el aumento de la renta.
Apoyar las huelgas, sin condiciones
Las tareas más importantes están a la vista: apoyar las luchas, impulsar su coordinación, la huelga general y rechazar cualquier presencia militar y de rompehuelgas en los conflictos. Son muchos los sindicatos que aportan millones de libras al Partido Laborista. Esto se tiene que terminar. Por ejemplo, el sindicato UNITE , tiene 45 millones de libras de fondo de huelga. Todo el dinero posible se debe utilizar para ayudar a los trabajadores en conflicto. Vamos a huelgas de larga duración, en las que tratarán de imponer el desánimo, la desmoralización y el cansancio. Los trabajadores hemos de contar con todos los recursos disponibles para que, a través de un fondo de huelga, podamos seguir luchando, viviendo y cuidando de nuestras familias.
Tener memoria para tener presente y futuro
En 1972 el gobierno conservador de Edward Heath enfrentó fuertes huelgas del movimiento minero y de los estibadores (la primera después de la gran huelga de 1926). Finalmente, el gobierno cedió ante la mayoría de las exigencias de los huelguistas. Dos años después, en 1974, otra huelga minera obligaría a Heath a llamar a elecciones generales con la siguiente pregunta: “¿Quién gobierna Gran Bretaña?” En este momento subyace una pregunta que va en la misma dirección: sí deciden los mismos burgueses enriquecidos y miserables como Nadhim Zahawi o son los trabajadores los que definen sus propios destinos sociales.
Golpear todos juntos
El TUC debe impulsar la huelga general. No son tiempos normales. La burguesía británica tiene en claro sus intereses de clase privilegiada. Por eso pretende que sea el pueblo trabajador el que pague los costos de la crisis capitalista. Para ellos, ningún esfuerzo ni padecimiento es suficiente. Siempre quieren más. La clase obrera unida por sus propias reivindicaciones, movilizada e imponiendo la huelga general puede mostrar un camino distinto al del gobierno y los patrones. Es decir, para que la crisis la paguen los que la generaron, los capitalistas.
Se puede hacer
A partir del deterioro de las condiciones de vida y la voluntad de lucha de los trabajadores, las huelgas han vuelto a fortalecerse después de muchos años. Es una oportunidad para avanzar en la recomposición sindical y política del movimiento obrero que no se puede dejar pasar. Hacen falta nuevos dirigentes sindicales, democráticos y combativos. Y una nueva herramienta política, de izquierda y anticapitalista. Que supere el circulo vicioso que configuran los partidos del viejo bipartidismo británico.