Luego de tres meses de negociación a puertas cerradas, los partidos del régimen, desde el PC hasta la UDI, pactaron un nuevo proceso constitucional, “Acuerdo Por Chile”. La propuesta emana de la derecha agrupada en Chile Vamos y el gobierno lo respaldó para sellar el continuismo del capitalismo neoliberal heredado de la dictadura de Pinochet. Ajeno a los intereses del 99%, repudiamos el nuevo pacto y la constituyente tutelada de un modelo que solo ofrece acumulación para el 1%.
Por Joaquín A., Movimiento Anticapitalista
Fueron tres meses de negociados del conjunto del arco político parlamentario y el gobierno para dar pie a un nuevo proceso constitucional, un nuevo pacto que tiene como antecedente el Acuerdo por la Paz y la nueva Constitución firmado en plena rebelión desde Boric hasta la derecha pinochetista. En ese momento acordaron la impunidad de los violadores de derechos humanos y las restricciones de la posible nueva constitución, un pacto que a su vez buscaba quitar la fuerza social de las calles y postergar los ánimos sociales a las cauces institucionales del régimen heredado de la dictadura a través de un cronograma electoral.
El nuevo pacto llegó tras el triunfo del rechazo a la nueva constitución en el pasado plebiscito del 04 de septiembre, hito que apresuró el ajuste de coordenadas del gobierno de Apruebo Dignidad (FA-PC) junto a Socialismo Democrático (ex – Concertación) y decididamente apostaron en la senda del continuismo de los 30 años, así desembarcaron las principales referencias políticas y burócratas del estado que han administrado la larga transición, justificados en la derrota del apruebo se movilizaron política y discursivamente para dejar atrás cualquier rastro de “progresismo” para marcar el rumbo del derrotismo de “la medida de lo posible”. Aquella adaptación acelerada por el Frente Amplio y el Partido Comunista la aprovechó la agenda de Chile Vamos.
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Si el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre del 2019 fue el salvavida de Piñera y del régimen, el actual pacto es el intento de un nuevo impulso de re-legitimidad a un modelo que no logra recuperarse desde la rebelión, es por eso que, más allá de las diferencias entre los distintos partidos políticos del poder, coinciden en la necesidad de un nuevo marco institucional para continuar con el capitalismo neoliberal y poder seguir descargando la crisis económica en la espalda del pueblo trabajador, la razón de una nueva Carta Magna tutelada.
El presidente Boric hace unos días ya anticipaba el pacto declarando «es preferible un acuerdo imperfecto, que no tener» en relación a la aceptación de las propuesta que vino de mano de la derecha agrupada en Chile Vamos, fueron ellos que propusieron lo central del “Acuerdo por Chile”, el nuevo órgano redactor que llevará el proceso tendrá el nombre de “Consejo Constitucional” y su desarrollo partirá con la formación de un comité de supuestos expertos designados (¡tecnócratas del poder!) de 24 personas (12 de la Cámara de Diputados y 12 del Senado), ellos comenzarán a elaborar la propuesta de borrador en enero; sobre aquella propuesta trabajarían 50 personas electa vía el voto y que sería paritario y con participación indígena proporcional; posteriormente el “comité de expertos” incidirá nuevamente en el texto para armonizar la propuesta concluida; finalizando por la ratificación del Congreso. Es decir, numerosos mecanismos antidemocráticos para conservar los parámetros del modelo capitalista-neoliberal.
El Partido Comunista merece un párrafo aparte, el viernes pasado Daniel Jadue manifestó que “yo, la verdad, es que prefiero pasar el tiempo de la derrota en nuestra trinchera hasta que se recomponga el escenario, pero pensar que el único escenario a disputar es el que me impone la derecha, creo que no es correcto. Los escenarios son múltiples y uno es efectivamente, al igual que el 15 de noviembre, no firmar y esperar que nuevamente hayan condiciones para impulsar cambios de verdad”, un tono derrotista, de espera y no de enfrentar y movilizar las principales direcciones sociales, estudiantiles y sindicales que dirige el PC en el país, aunque a su vez apostando a continuar por izquierda de un proceso que a todas luces no tiene ningún grado de progresivo, tal vez sus declaraciones fueron la última advertencia de un dirigente del PC que sigue planteando ser la pata izquierda del régimen y que ve como cada día pierden ese rol que los ha constituido como partido y que les ha servido para vestir de rojo las políticas neoliberales, sumando mayor decepción en su base. No le hicieron caso y esta vez adhieren derechamente al Pacto para cerrar filas con un gobierno adaptado a los márgenes de los 30 años, la ex constituyente del PC, Barbara Sepúlveda así lo expresó en Twitter mientras compartía el documento del pacto: “No es un acuerdo perfecto, pero ninguno iba a serlo. El proceso debe continuar porque Chile aún necesita una Constitución que supere al Estado subsidiario, consagre derechos sociales, avance en igualdad y paridad de género y proteja el medioambiente. Además se hará en paridad”, sembrando ilusiones que poco resultado puede tener a nivel discursivo cuando la adaptación a la derecha es absoluta, la dirigencia del PC con esta firma da un nuevo paso más para consumarse como partido del capital.
La propuesta de Nueva Constitución borra todo tipo de posible democracia, aún en los parámetros burgueses, demostrando nuevamente que cuando se pacta con la derecha es la derecha la que gana. Es evidente que ninguna demanda que puso la agenda de la rebelión y las urgencias sociales que cada día más son necesarias ante la profundización de la crisis económica será tema del “Consejo Constitucional”.
Es por eso que es necesario su repudio y rechazar este nuevo fraude de los representantes del capital, echar abajo la farsa, frenar al gobierno y enfrentar a la derecha retomando la mejor de la experiencia social y política que dejó como enseñanza la rebelión, sumando organización y movilización para abrir perspectivas a una verdadera asamblea constituyente libre, soberana y democrática en el camino a un gobierno de quienes nunca hemos gobernado: las y los trabajadores junto a los pueblos. Con este horizonte te invitamos a sumarte con nosotras y nosotros en el Movimiento Anticapitalista.