Por Alejandro Bodart, dirigente del MST-FIT U y la LIS
El último fallo de la Corte abrió una fuerte crisis en el régimen político y las instituciones del país. Un régimen que pisotea incluso las reglas de esta “democracia” capitalista y la supuesta división de poderes. Siempre al servicio de un capitalismo semicolonial decadente, en un sistema en crisis a nivel mundial, la que descargan sobre los trabajadores y pueblos.
En ese marco, Cristina volvió a hablar tras su condena por denuncias de corrupción. Le pegó a la Corte y al “Partido Judicial”, denunciando una supuesta persecución para disciplinar al gobierno y al PJ. Suena grave, pero es un relato para justificar la realidad de ajuste de estos tres años. Porque el PJ gobernó el 70% de los últimos 39 años, y nunca se planteó transformar esta justicia parcial, clasista y servil al poder de turno. Algo que solo planteamos nosotros, la izquierda.
Superar todo relato justificación
Mientras Cristina relataba los supuestos logros de sus gobiernos, no podía menos que reconocer la “insatisfacción” actual, aunque habla como si no fuese la vicepresidenta. En paralelo, el dólar batía récords en una corrida devaluatoria que solo beneficia al FMI, los banqueros, el agronegocio y las patronales para degradar aún más los salarios y jubilaciones. Solo nosotros, desde la izquierda, planteamos terminar con esta timba financiera, recuperar el valor de la moneda, nacionalizar la banca y mejorar los ingresos sociales.
Porque ya ajustan con el impuesto inflacionario y bastan dos datos para ver el nivel de saqueo a los trabajadores y sectores medios: la canasta para fin de año aumentó 129% promedio (con subas del 152% a 154% en un pan dulce, garrapiñadas o espumante, 116% una sidra o 108% un budín sin frutas). Mientras alquilar en la Costa, para que una familia intente un descanso, subió 200%.
A la par, lejos de los mejores salarios de los que habló Cristina, con su gobierno junto a Massa, el FMI y gobernadores como Kicillof, los sueldos siguen por la escalera y los precios, por ascensor. Según el INDEC, el ingreso promedio de los asalariados es de $83.310 y de $45.981 para quienes están en la informalidad, con una caída interanual del 10% promedio en el poder de compra. ¿La justicia social? Te la debo.
Por eso avanzamos con la izquierda, al ser los únicos que luchamos por un aumento general de salarios, jubilaciones y planes para que nadie gane menos que la canasta familiar. Apoyando cada conflicto, como el neumático, las enfermeras y profesionales de la salud, la unidad piquetera o la docencia; que logran superar a la burocracia sindical del PJ y arrancar triunfos. Crecemos y nos fortalecemos como izquierda, al pelear junto a cada activista antiburocrático y clasista, por un nuevo modelo sindical, democrático, de lucha e independiente de gobiernos y patrones.
Consumo en rojo y catástrofe social
Ese ajuste al bolsillo explica que las ventas minoristas cayeran 3,2% en octubre y acumulen el cuarto mes de retroceso. El consumo masivo se derrumbó 11% en supermercados de hasta 500 m², la caída más fuerte en 17 meses. Mientras las ventas mayoristas bajaron 7,1%, la peor caída en 38 meses. Por eso nosotros, la izquierda, somos escuchados por ser los únicos que proponemos ajustar a los remarcadores; eliminar el IVA de la canasta familiar; abrir los libros de las empresas; bajar los precios y ponerlos bajo control social para cortar la inflación.
Así, el balance de tres años de “gobierno popular” es dramático, con indicadores peores que los de la catástrofe macrista. Con la mayor inflación en 31 años: hoy en 100%, ante el 53,8% que dejó Macri. Mientras la pobreza fue entonces del 39,8% y de 8,4% la indigencia, dejando un tendal de 16 millones de pobres; la pobreza trepó ahora al 43,1%, con 18 millones de pobres y 3,3 millones de indigentes. Una verdadera catástrofe social.
Para que la riqueza que producimos no se la queden cuatro vivos y el FMI, solo desde la izquierda planteamos ajustar a los de arriba. Que no salga un dólar más por la estafa de la deuda y ponerles impuestos progresivos a los ricos.
Si Macri, Bullrich, Larreta, Milei o Espert se desbocan pidiendo más ajuste y represión, si amenazan con condenas a este gobierno a partir de una justicia servil, es porque el Frente de Todos les abrió la puerta, al aplicar gran parte de la agenda de derecha. El trasfondo de esa pelea por arriba con la coparticipación, refleja un malhumor social que se agiganta y pone en cuestión a toda la casta política capitalista, sobrevolando el fantasma del “que se vayan todos”.
Animarse a cambiar con la izquierda
El PJ atraviesa un declive histórico, estructural, al no resolver las demandas sociales e incumplir todas sus promesas. Se justifican diciendo ser “lo posible” y el “mal menor”, ante la derecha reaccionaria. Pero con Massa y el FMI, la derecha ya gobierna, con aval de Cristina y los K.
Cristina dice no presentarse y como candidatos suenan Massa, Scioli, Wado de Pedro, hombre de confianza de la vice, pero también de las corporaciones, la embajada yanqui y el agronegocio. Nada nuevo saldrá de ahí, más que la vía muerta del trillado cuento de “dar pelea desde adentro” del PJ.
Con la autoridad de haber alertado a quienes apostaron al PJ en 2019, que esas expectativas de revertir el desastre macrista se verían frustradas, convocamos a transformar ese desencanto en decisión de cambiar en serio. No hay porqué tragar más sapos, todos con sabor a derecha. Es posible dar un paso al frente, en positivo y no como castigo. Animarse a cambiar y hacer algo nuevo con la izquierda. Porque no resignamos banderas y luchamos consecuentemente.
Como expresamos en la reciente carta a quienes votaron a este gobierno esperando otra cosa y hoy sienten decepción, pero anhelan una sociedad justa e igualitaria, les convocamos a avanzar con nosotros, el MST y el FIT Unidad. Porque, ante tanta derecha, hace falta más y mejor izquierda.