Por Hazal Toprak – LIS Turquía
Resumen del 2022
En Turquía, estamos dejando atrás otro año en el que todos nos empobrecimos bajo el orden capitalista, trabajadores perdieron la vida en accidentes laborales, las mujeres fueron objeto de violencia y opresión, y no pudimos salvar a nuestros hijos de las garras de las sectas religiosas.
Este año, hemos visto cómo la retirada del país del Convenio de Estambul tiene consecuencias nefastas para las mujeres y las personas LGBTI+. Hemos visto a los perpetradores de violencia, abusos y violaciones actuando incluso más «abiertamente» y protegidos como resultado de las políticas islamistas del AKP impuestas durante 20 años y del apoyo oficial a las sectas. Cuando violaron a una niña de 6 años, fuimos testigos de los argumentos nefastos de que “No, en realidad tenía 13”. Hasta noviembre, 327 mujeres fueron asesinadas y 209 niños maltratados.
La carga sobre los trabajadores ha aumentado. Aunque los datos oficiales anunciaron una inflación del 80%, la inflación sentida fue de al menos el 200%. Todos los días hemos visto los precios aumentando en los mercado, a mayores sectores cobrando el salario mínimo y a la cantidad de trabajadores que viven al límite del hambre disparándose. La gente se suicida por la pobreza. Además, 2022 fue un año de shock cambiario. La lira turca (TL) se cayó estrepitosamente. A finales de 2021, el dólar estadounidense estaba en alrededor de 9 TL y ahora está a casi 19 TL. No sería equivocado decir que la rápida depreciación de la TL continuará en 2023. Por otro lado, no olvidemos que Turquía es una economía en crecimiento y la nueva China de Europa. La depreciación de la lira turca solo perjudica a los trabajadores. ¡Los capitalistas están de buen humor!
El saqueo ambiental tampoco se ha detenido. Se modificó el Reglamento de Áreas Protegidas para abrir áreas protegidas parcialmente a la construcción inmobiliaria y la industria. En el caso de la central nuclear propuesta, el Tribunal Administrativo rechazó detener su construcción a pesar del dictamen negativo del informe pericial. En Erzincan, la mina de oro con uso de cianuro más grande de Turquía está ampliando su operación con nuevos proyectos. En junio, una de las tuberías en su estanque de relaves reventó, liberando 20 toneladas de desechos con cianuro en el suelo y el agua, lo que representa una amenaza para la vida y la integridad física. Pero las autoridades estatales no han recibido ninguna explicación satisfactoria, excepto para encubrir el incidente. Uno de los temas ambientales más destacados fue la importación de residuos plásticos. Después de que China prohibiera la importación de desechos plásticos en 2017, los importadores cambiaron su ruta a Turquía. En 2018, Turquía importó un total de 418.000 toneladas de residuos plásticos. En 2021, la cifra rondó las 757 mil toneladas. Las cifras de 2022 las conoceremos en unos meses. No hay supervisión en las importaciones, que son realizadas con métodos mafiosos, especialmente alrededor de Adana-Mersin. El aire, el agua y el suelo están siendo envenenados. El año pasado hubo incendios forestales por todas partes. Este año se están talando bosques para la industria… Con el aumento del valor de la madera en los mercados internacionales, se adelantan los cortes previstos para los próximos años y se sacrifican árboles bajo el nombre de rejuvenecimiento. La Dirección Forestal está en contacto con las empresas privadas de la industria forestal.
Las personas que se destacaron en el levantamiento de Gezi de 2013, que fue la rebelión más grande y masiva de Turquía, fueron arrestadas por el poder judicial del AKP y sentenciadas a 18 años de prisión cada una.
Pero este año no solo ha sido un año de creciente opresión, pobreza y violencia, sino también un año de creciente resistencia. El 1 de mayo fuimos testigos de la manifestación más multitudinaria de los últimos años. Muchas huelgas de trabajadores, grandes y pequeñas, alcanzaron a asustar a los patrones y al gobierno. Aprendimos mucho de la lucha organizativa de los trabajadores de mensajería y almacenes, quienes aumentaron su peso en la clase trabajadora, especialmente durante la pandemia. Aprendimos de la lucha de las mujeres el 8 de marzo y el 25 de noviembre, cuando desconocieron las prohibiciones, tomaron las calles y se mantuvieron firmes ante la violencia policial, las torturas y las detenciones.
¿Qué esperar de 2023? Otro año de elecciones
Las elecciones están en el aire en el país casi desde principios de 2022. En 2023, es obvio que esta será una agenda mucho más intensa. Hay dos alternativas dentro del establishment: una es la alianza del AKP y el MHP y la otra es la Allianza Nacional (también conocida como la Mesa de los 6). Ante la miopía y la debilidad de la «Mesa de los 6» (llamada así porque es una alianza de 6 partidos políticos) liderada por el CHP y el Partido IYI. Por otro lado, la Alianza Trabajo y Libertad (dirigida por el HDP y el TİP) está encaminada hacia convertirse en una alianza a la que recurran millones de personas. Esta alianza es un gran paso para convertir a los trabajadores en un sujeto de la política, que ha sido la principal ausencia en la política en Turquía durante mucho tiempo. La Alianza Trabajo y Libertad expresa una asociación de quienes no aceptan que la política se limite a las urnas y que las elecciones se limiten a los bloques formados por los dos actores de la política del orden, y una alternativa de los que luchan por esto. Aquí podemos hablar de dos tareas separadas pero unidas: Primero, la creación de un movimiento popular efectivo en todas las áreas de la vida social contra la reducción de la participación del pueblo en la política a solo ir a las urnas y votar; y segundo, la construcción de una opción obrera concreta frente a las penurias del pueblo que busca una verdadera esperanza para salvarse en las elecciones ante las alianzas del establishment.
El resultado concreto de esta perspectiva es un terreno donde confluyen todas las fuerzas que se niegan a colocarse en el panorama actual y las opciones que ofrece la política del orden, que pugnan por superarlo y que por tanto no pueden ser representadas en las alianzas existentes. Por lo tanto, los sujetos de esta alianza son el movimiento nacional kurdo, las organizaciones socialistas, los sindicatos, las organizaciones obreras y las organizaciones democráticas de masas.
Está claro que los problemas de Turquía no se pueden resolver con un éxito electoral. El atolladero al que ha sido empujada Turquía ha superado hace tiempo la etapa en la que puede resolverse dentro de los límites de unas elecciones, y se ha demostrado que solo es posible a través de una reorganización radical. Sin embargo, sería un error interpretar esto en el sentido de que las elecciones no son importantes y que no hay necesidad de desarrollar una estrategia y táctica a favor de los trabajadores en las elecciones. Por lo tanto, la Tercera Alianza, al mismo tiempo que aspira a que el pueblo afirme su poder en todos los ámbitos, y quizás precisamente por eso, también debe desarrollar una posición sobre las elecciones que refleje en la mayor medida los intereses del pueblo.
La principal tarea de la alianza es convertirse en una unidad que vaya más allá de las elecciones con el trabajo realizado entre el pueblo en el período previo a las elecciones y el éxito alcanzado en las elecciones, y convertirse en una fuerza político-organizativa eficaz que exprese los intereses del pueblo en los procesos políticos y sociales posteriores a las elecciones y logra continuar su lucha. La izquierda socialista y el HDP deberían esforzarse por no perder las posiciones ganadas a través de esta alianza después de las elecciones y llevarlas más allá.
En 2023, el viento de las elecciones soplará en Turquía, toda agenda estará de alguna manera ligada a las elecciones. Después de las elecciones, se seguirá discutiendo los resultados. Por lo tanto, cada movimiento que haga la Alianza Trabajo y Libertad desde su fundación hasta el final de las elecciones será de importancia histórica.
¿Estamos sin esperanza?
No, nunca lo estamos. Este país será un país de igualdad y libertad. Somos conscientes de que sólo podemos hacer esto a través de la construcción socialista en Turquía y también en todo el mundo. 2023 será una gran prueba para la Izquierda Socialista en Turquía. 2023 es un año en el que debemos apuntar a deshacernos del AKP por un lado y hacer crecer la lucha por el socialismo por el otro. Mientras el régimen de Erdogan nos hace la vida cada día más difícil, la única solución es que la clase en su conjunto busque sus derechos. Pero hay esperanza. Una esperanza que presenciamos durante la huelga de los trabajadores, una esperanza que nos rodea durante las manifestaciones en las que la gente se une contra la opresión policial, una esperanza que sentimos en la resistencia de la juventud.