Por Debora Bertone
La crisis y el ajuste del gobierno y el FMI golpea fuertemente. Desempleo, salarios de miseria que no alcanzan a cubrir la canasta básica, precarización, inflación, tarifazos, alimentos y alquileres por las nubes son algunas de las problemáticas que grafican el escenario actual para la clase trabajadora, problemáticas que impactan en mayor medida sobre mujeres y disidencias. Sobran razones para movilizar.
El ajuste que lleva adelante el gobierno del Frente de Todos de la mano del Fondo y con el amparo de la oposición patronal nos golpea principalmente a las mujeres y disidencias de la clase trabajadora y los sectores populares. Para empeorar las cosas, el gobierno cuenta con un aliado: la burocracia sindical que intenta desmovilizar, aceptando el 40% de techo paritario impuesto por el gobierno para asegurar la paz social.
De cara al 8M ni siquiera llaman a un paro real. La CTA-A se encargó de comunicar por circular que la medida solo tendrá cobertura en los horarios de los actos y marchas, lo que significa en lo concreto que no se afectará la jornada laboral, tremenda entrega de la lucha del feminismo. Otras burocracias como SUTEBA solo convocan tibiamente a que sean las compañeras las que hagan el paro ese día, casi una ausencia justificada para ir a la movilización. No es un paro real, y no sería posible siquiera sostener ninguna actividad solo con compañeros varones. Es una formalidad absoluta.
Por eso desde Juntas y a la Izquierda creemos que el paro del 8M, que el movimiento feminista a nivel internacional ha conquistado frente a los gobiernos, los patrones y las burocracias sindicales debe ser real, político y efectivo; y debemos exigir a las centrales sindicales que tengan un fuerte carácter de denuncia de la crisis que vivimos y del ajuste del gobierno sobre nuestros salarios y condiciones de vida.
Así mismo sostenemos que debe tener un carácter denuncia de la violencia hacia mujeres y disidencias, de los femicidios y transfemicidios, exigiendo presupuesto para leyes y políticas de género integrales y efectivas, ya que quedó demostrado que el gobierno se pinta de violeta creando el Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad, pero en lo concreto no otorga ni peso político ni recursos.
También en esta fecha de lucha hay que exigir el cumplimiento de las leyes de IVE, ILE, ESI y cupo laboral trans en todo el país. Conquistas del movimiento feminista que hay que defender en las calles para que no sean en letra muerta. A su vez, volver a pronunciarnos y exigir la separación de la Iglesia Católica y de todas las iglesias del Estado. Que se terminen los subsidios y las injerencias en nuestra educación y en nuestros cuerpos.
La pelea debe ser contra el Poder Judicial clasista, machista y patriarcal, que desconoce las denuncias y re victimiza a mujeres y disidencias. Lo padecemos cuando acudimos a los tribunales reclamando medidas protectoras, alimentos, regímenes de visita, o cualquier demanda por violencia de género; y también los padecen sus trabajadoras que sufren todo tipo de violencias laborales.
El accionar patriarcal de la justicia es claro, lo vimos en sentencias como la del primer juicio por Lucia Pérez, anulada gracias a la lucha de la familia, las organizaciones y el feminismo, llevando también al jury a los magistrados. La causa hoy transita un nuevo juicio cuya sentencia será leída el 17 de marzo, por lo que en esa fecha también estaremos movilizadas exigiendo justicia por Lucía y reafirmando que fue femicidio.
Pero para cambiar la justicia no alcanza con pedir una reforma judicial feminista como hacen los sectores oficialistas, mayor cantidad de mujeres no es suficiente para resolver el problema de fondo. Hay que democratizar en serio la justicia y tocar privilegios, una de las principales medidas en esta línea debe ser cambiar el sistema de designación de jueces y que estos sean elegidos por el voto popular, en fecha separada de las elecciones generales, y con mandato revocable ante el incumplimiento de sus funciones.
La pelea también es por la soberanía de nuestros territorios y contra el ecocidio, exigiendo la libertad de las 4 compañeras mapuches detenidas por defender su territorio en el lago Mascardi. Por todo esto, desde Juntas y a la Izquierda este 8M exigimos a las centrales sindicales que llamen a paro real y efectivo, y a la movilización contra el ajuste del gobierno sobre nuestros salarios y condiciones de vida. Contra el sistema, la violencia, por una verdadera soberanía de nuestros cuerpos y territorios, contra todo tipo de usurpadores y el FMI, porque con ajuste no hay derechos para las mujeres, las disidencias y la clase trabajadora. Hay dos marchas, solo una denuncia el ajuste del gobierno y el FMI, este 8 M marcha con Juntas y a la Izquierda, el MST en el FIT Unidad, y toda la izquierda.