Cada 29 de marzo se conmemora el Día del Joven Combatiente, un día de lucha que recuerda las cobardes ejecuciones del 29 de marzo de 1985 efectuada por una patrulla de carabineros a los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo, en manos del subteniente Alex Amber Hinojosa a la cabeza de un operativo donde participaron los funcionarios Marcelo Muñoz Cifuentes, Nelson Toledo Puentes y Jorge Marín Jiménez. Remarcar que solo en el año 2008 hubo condena por parte del poder judicial, de más está decir que justicia tardía tiene mucho de impunidad, sumado que al poco andar fueron todos liberados bajo fianza.
Por Camilo Parada Ortiz, Movimiento Anticapitalista
Ese mismo día era ejecutada por agentes de la CNI en el sector del Arrayán, la joven Paulina Aguirre Tobar, cuando regresaba a su domicilio, los autores confesos también quedaron todos en libertad, tanto los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, como Paulina Aguirre Tobar eran militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
En el mismo fatídico 29 de marzo de 1985, por la mañana, eran secuestrados por carabineros en un operativo que contó con cortes de tráfico y un helicóptero en la entrada del Colegio Latinoamericano de Integración en la comuna de Providencia, el profesor y dirigente de la Asociación Gremial de Educadores de Chile, Manuel Guerrero Ceballos y mi padre, el sociólogo, investigador y archivista de la Vicaría de la Solidaridad, José Manuel Parada Maluenda, quien acababa de dejar a su hija Javiera en las puertas del colegio, ambos militantes del Partido Comunista. Durante el operativo, el profesor Leopoldo Muñoz, conocido por la comunidad del Latino como “Tío Leo”, intentó impedir el secuestro, siendo baleado de gravedad.
Un día antes, el 28 de marzo de 1985, agentes de civil secuestraban al diseñador gráfico Santiago Nattino Allende en las inmediaciones de su hogar, Santiago era también militante del Partido Comunista. El 30 de marzo los cuerpos de Manuel Guerrero Ceballos, José Manuel Parada Maluenda y el de Santiago Nattino Allende eran encontrados degollados frente al fundo El Retiro, detrás del Aeropuerto Internacional de Santiago. Los tres cuerpos expresaban claros signos de tortura. Los carabineros que degollaron a los 3 comunistas accedieron a beneficios carcelarios y hoy están en libertad, el único civil involucrado en el brutal asesinato, Miguel Estay Reyno, más conocido como “El Fanta”, un ex militante del Partido Comunista, traidor que se pasa al bando golpista y es responsable de varios asesinatos, muere de COVID en el 2021 según datos de Gendarmería.
En suma, seis ejecuciones en manos de agentes del Estado a militantes de izquierda, con el denominador común de la impunidad, una impunidad que se extiende sobre todos los frentes a 38 años de estos crímenes que marcan el Día del Joven Combatiente, que de manera específica conmemora a los jóvenes militantes del MIR, pero que año a año va sumando variados ejercicios de memoria a lo largo de los territorios, con jornadas de agitación en la poblaciones, actos, velatones, etc., coincidiendo con la ejecución también de los tres militantes del Partido Comunista.
Cabe remarcar, que este ejercicio de memoria no se cristaliza en el pasado, al contrario, crea puentes con el presente y la realidad actual de la lucha de clases, puesto que se instaura como una fecha de combate de la militancia anticapitalista y revolucionaria, aquella que no pacta ni ayer ni hoy, a 50 años del golpe de Estado civil, económico y militar con los violadores de derechos humamos, de la dictadura y de la democracia, desmarcándose de los 30 años de transición donde se profundiza y perfecciona un modelo neoliberal de expolio, saqueo, extractivismo, explotación e impunidad a la medida de capital.
Hoy, a 38 años de estos terroríficos crímenes de lesa humanidad, la represión sistémica sigue desplegada contra la manifestación social, contra el pueblo mapuche, la clase trabajadora, la juventud, las mujeres y disidencias de clase, las y los migrantes. Los aparatos represivos se guían con la misma lógica de guardianes armados de los intereses de la burguesía, de los poderosos, que necesitan su guardia armada para seguir usurpando las riquezas y los gobiernos de turnos solo ahondan en la agenda llamada de seguridad como disfraz de la agenda represiva.
Durante la campaña presidencial de Gabriel Boric, uno de los ejes programáticos del gobierno de Apruebo Dignidad y Chile Digno era la profunda reforma a carabineros, incluso se llegó a hablar de refundación, hoy en día esas promesas parecen haber sido barrida bajo los vientos reaccionarios y bajo el pretexto de la presión de la “agenda” y la opinión pública manejada por el monopolio de los grades medios de comunicación, en manos de la derecha. El foco está puesto en el apoyo irrestricto a la institucionalidad que ejerció la violación sistemática a los derechos humanos hace tres años en plena rebelión, la misma institución que heredó su estructura de la dictadura, así se aprovecha el mínimo hecho para seguir profundizando la lógica represiva y de militarización de los territorios, por ejemplo con el aprovechamiento lamentable del reciente asesinato de la sargento de carabineros Rita Olivares durante la persecución de un robo que es usado de forma grosera para el más bajo populismo en materia de seguridad, y así poder justificar el despliegue de la agenda de derecha encabezada por el gobierno de Boric: mayor dotación, elementos y presupuestos de armas y vehículos a carabineros para la militarización de fronteras y del Wallmapu, algunos de ellos comprados al Estado genocida de Israel, se mantiene el apoyo irrestricto el día de hoy al General Directos de Carabineros, Ricardo Yáñez, junto a otros altos mandos, investigados por la fiscal Chong por su responsabilidad en las violaciones sistemáticas a los derechos humanos durante el estallido social, mientras son decenas de luchadores mapuche asesinados y encarcelados durante todos estos años de democracia y sigue la prisión política de la rebelión. A 38 años de la conmemoración de los asesinatos del 29 de marzo de 1985 y a 50 años del golpe cívico militar la derecha y el gobierno intenta avanzar en una Ley de Gatillo Fácil, es fundamental una oposición férrea a esta iniciativa antipopular.
La seguridad obviamente es un tema tangible y real del cual la militancia revolucionaria no puede dar vuelta la mirada, preocupa principalmente a la clase trabajadora, pero se encuentra a las antípodas de las lógicas represivas que quiere imponer el gobierno denominado de centro-izquierda, más aún con el “mejoramiento” de las instituciones herederas de la dictadura, que nunca han realizado un trabajo de reestructuración real, a pesar del cúmulo de evidencias en su reiterado accionar de violaciones de derechos humanos inscrito a estas alturas en su propio ADN. Esa es una de las razones por las cuales, desde el Movimiento Anticapitalista estamos convencidas y convencidos que el camino es desarticular y disolver a todas las instituciones violadoras de derechos humanos para crear de la manera más democrática posible una nueva institucionalidad que enfoque la participación del pueblo en elegir, mandatar y con posibilidad de revocabilidad de mandos, sin privilegios de ningún tipo sobre las mayorías como pasa hoy con las fuerzas armadas y carabineros y que la lógica sea la seguridad y control comunitario, este es un camino posible disolviendo la actual institucionalidad, abriendo todos los archivos de ayer y hoy y juzgando con cárcel común a los violadores de derechos humanos. Decimos que la seguridad es especialmente importante para la clase trabajadora, partiendo por la seguridad económica, laboral, social, de salud, educacional, ecológica, de cuidados, etc. Esa seguridad que nos es negada invariablemente por un sistema de explotación que hace pagar su propia crisis a quienes producen realmente las riquezas, es decir a las y los trabajadores.
Nuestra agenda de seguridad pasa por la construcción de una alternativa anticapitalista que esté conectada por cierto con la realidad de las mayorías sociales, para no ceder a la extrema derecha, sin ser servidores de la agenda programática neoliberal, como lo han sido los distintos gobiernos de centro-izquierda, de colaboración patente con el gran empresariado ecocida y explotador, ya sea la ex Concertación como el gobierno de Apruebo Dignidad, que va desde el Partido Comunista hasta sectores del PPD, pasando por los Liberales y la Democracia Cristiana. La acción más patente de esta política que emanan de estos sectores, han sido los pactos transversales del arco político parlamentario que ha gobernado el país, en plena rebelión el Acuerdo por la Paz, que garantizó fronteras al frustrado cambio constitucional y a su vez selló la impunidad de las violaciones de derechos humanos, en la actualidad reeditan dicha lógica y profundizan su reacción antipopular con el Acuerdo por Chile que intenta “relegitimar” el régimen de los 30 años con una nueva constitución antidemocrática, pactada para que nada cambie y poder reposicionar lo peor de la derecha pinochetista como el UDI que encabeza el proceso Hernán Larraín, amigo del nazi y pedófilo Paul Schäfer colaborador de la dictadura con el enclave de Colonia Dignidad dónde se torturó y ejecutó bajo el mandato de Pinochet. Oponernos a este fraude es central, manifestando el nulo en la papeleta, pero también organizando y movilizando para que los mismos de siempre no sigan gobernando y pactando en beneficio del 1%, una verdadera agenda de seguridad pasa por una campaña activa contra la farsa constitucional que es la expresión de la inseguridad en toda materia contra las mayorías que vivimos de nuestro trabajo.
Es por todo esto que nuestro Día del Joven Combatiente y nuestro compromiso con los derechos humanos es el presente, marcado por cierto de una memoria activa y de disputa de la memoria vaciada que nos quieren imponer. Los derechos humanos son aquí y ahora: el derecho a poder llegar a fin de mes y gozar de tiempo libre de calidad para que cada persona se desarrolle libremente; a tener una mesa con comida sana en todos los hogares del país; el derecho a salarios dignos para todes y no los sueldos de miseria que nos imponen los de arriba para asegurar sus ganancias basadas en la codicia; el derecho a planes sociales reales; a un techo sin la usura de la especulación inmobiliaria; a jubilación como derecho y no como negociado de las AFP; a una educación pública laica, de calidad, no sexista, plurinacional que respete nuestras diversidades; el derechos a una salud pública y universal; el derecho al aborto libre, que los cuerpos gestantes no tengan que andar justificando causales; el derecho al acceso y ejercicio libre a la cultura; el derecho a la soberanía de los bienes comunes, al servicio de las reales necesidades y de los equilibrios ecológicos y no de la venta indiscriminada de commodities a través de la explotación extractiva; el derecho a circular y migrar libremente; el derecho a organizaciones sindicales democráticas de las y los trabajadores, contra toda burocracia sindical; basta de impunidad en todos los planos, cárcel a los genocidas, torturadores, a quienes disparan contra los pueblos ayer y hoy; desprocesamiento y libertad a luchadores y luchadoras; disolución de todos los aparatos represivos; por una justicia democrática que sea elegidos por voto popular con posibilidad de revocabilidad, sin fiscales corruptos y con conflicto de intereses; el derecho a manejar nuestro destino sin amarres al imperialismo con tratados de libre comercio que coartan nuestra soberanía alimentaria, económica y ecológica; el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos; el derecho a una sexualidad libre y una sociedad despatriarcalizada.
Esos derechos y otros derechos fundamentales sistemáticamente nos han sido negado desde la dictadura hasta nuestros días, tanto por la derecha golpista como por los gobiernos posibilistas de centroizquierda y autodenominados reformistas que enarbolan las banderas de los derechos humanos, pero siguen llevando a cabo la agenda represiva a todos los niveles de los capitalistas.
Para poder gozar de todos los derechos y homenajear desde el presente a las y los luchadores asesinados por la dictadura, pero también a las y los caídos en esto que llaman democracia y que no lo es, tenemos que trabajar a nivel nacional e internacional por la reagrupación revolucionaria de las y los anticapitalistas, de manera generosa y metódica, militar por reconstruir una izquierda de lucha, tan golpada por la represión, una izquierda sin sectarismos ni oportunismos, que ponga en su sur la síntesis de las múltiples experiencias del anticapitalismo democrático, una izquierda revolucionaria con conciencia ecológica y feminista que combata el ”no se puede”, al escepticismo, al “malmenorismo” y a los posibilismos reformistas que reeditan al capital, porque quien viola los derechos humanos hoy, quien aplica las políticas del olvido, quien nos suman en la más profunda inseguridad, es el sistema capitalista y sus defensores de lado y lado. Este camino a nivel internacional lo hacemos junto a decenas de países de los 5 continente con nuestra organización mundial, la Liga Internacional Socialista y en nuestro país con el Movimiento Anticapitalista, te invitamos a sumarte para transformar el mundo de base, este es nuestro homenaje a las y los combatientes de ayer y hoy.