Las elecciones de este domingo evidenciaron el rumbo antidemocrático y reaccionario del proceso constitucional que contó con un fuerte rechazo a través del voto nulo que marca su deslegitimidad. El “Acuerdo por Chile” brindó las bases para actualizar la constitución de Pinochet, ahora la ultraderecha ratifica el comando del proceso con el aval del gobierno de Gabriel Boric, el FA y el PC. Polarización y desafección electoral marcan la jornada. Aportamos unos primeros apuntes y proponemos organizar el nulo en una fuerza política que retome las calles y proponga una salida para que la crisis la paguen los capitalistas.
Por Joaquín Araneda y Camilo Parada, Movimiento Anticapitalista
Del pacto Acuerdo por Chile a las elecciones
Se cerraron las urnas y ya están los resultados de la primera elección del cronograma del “Acuerdo por Chile” para cambiar la constitución, hito electoral que demostró su rumbo antidemocrático y alejado de los intereses de las mayorías. Recordemos que la propuesta de Carta Magna contiene márgenes pactados sentenciados en los 12 puntos de las “bases constitucionales fundamentales” que garantizan la continuidad del modelo capitalista neoliberal, en tanto, desde inicio de marzo se estableció la Comisión de Expertos, organismo designado por el Congreso para escribir la propuesta Constitucional, es decir, no hay hoja en blanco y ya está redactada. Los Consejeros Constitucionales electos este 7 de mayo, salvo la ultraderecha del Partido Republicano, hacen parte de los partidos que firmaron el Acuerdo por Chile y son quienes revisarán y “aportaran” sobre el texto ya previamente estipulado.
En esta elección fueron 5 listas presentadas: La Lista A del Partido de la Gente, referenciada con el populista de derecha Franco Parisi; la Lista B “Todos Por Chile” que la conformaron la DC, el PPD y el PR, todos de la ex Concertación; la Lista C del Partido Republicano, la referencia de ultraderecha encabezada por J.A. Kast; la Lista D “Unidad Para Chile” conformada por partidos del Frente Amplio, el PC, el PS y otros partidos menores; y la Lista E “Chile Seguro” que incluía a la derecha clásica de la UDI, RN y Evopolis.
Esta votación que, si bien tiene el propósito de validar la radical reacción del bloque gobernante, también es una medición de fuerza entre los sectores que buscan postularse frente a la crisis de representatividad. Por un lado, en el oficialismo la existencia de dos listas es parte de la disputa interna para desbalancear el esquema interno del gobierno, en ese sentido, impulsados por la apertura de puerta en los puestos fundamentales del Estado a la ex Concertación por parte de Boric, estos partidos generaron una propia Lista diferenciada que abortó la unitaria con el Frente Amplio, el Partido Comunista y otros partidos menores, a excepción del PS que se mantuvo en unidad con el conglomerado de Apruebo Dignidad (PC – FA). Por el lado de la derecha hay una presión mayor a nivel mediático por el giro en defensa del modelo del conjunto de los actores de la casta política, permitiéndoles un espacio superior para disputar a nivel electoral en un escenario que prima el descontento social y una agenda de seguridad y represión que aporta al clima político en un dial discursivo a derecha, ahí la apuesta del Partido Republicano de presentarse solos y poder acumular en la polarización, por su parte el PDG con un relato populista “antipolítica” intentó ratificar el espacio ganado en las presidenciales con Parisi. Sumando la lista de “Chile Seguro” fueron 3 opciones por derecha en estas elecciones.
Entre los factores acordados en el pacto Acuerdo por Chile fue que, a diferencia del proceso constitucional anterior, no se permitirían listas independientes que entraron con fuerza en el mapa de la Convención Constitución en el fracaso intento de cambio de carta magna previo. Además, acordaron, ratificar el voto obligatorio como una medida de intentar paliar la desafección entre las mayorías con los procesos electorales que se manifestaba con el alto nivel de abstención. Un punto que no lograron cerrar por la irrupción del voto nulo. De hecho, las cifras ponen en relevancia algo que los medios masivos de información siempre afines al poder y al sistema omiten en sus análisis: la crisis del modelo eleccionario representativo burgués, que ya venía dando señales claras de agotamiento con anterioridad al estallido del 2019, muchas de sus demandas se enfocaban contra el régimen neoliberal de los 30 años, el mismo que busca legitimar este acuerdo espurio.
Primeras conclusiones: polarización y desafección ante proceso antidemocrático
Con un 99,98% de votos escrutados los resultados fueron los siguientes:
Lista / Pacto | Votos | Porcentaje | Consejeros Electos * |
A. PARTIDO DE LA GENTE | 537.088 | 5,48% | 0 |
B. TODO POR CHILE | 877.207 | 8,95% | 0 |
C. PARTIDO REPUBLICANO DE CHILE | 3.468.258 | 35,41% | 23 |
D. UNIDAD PARA CHILE | 2.800.975 | 28,59% | 16 |
E. CHILE SEGURO | 2.063.907 | 21,07% | 11 |
CANDIDATURAS INDEPENDIENTES | 48.495 | 0,50% | 0 |
INDÍGENAS | 1 | ||
Nulos | 2.119.506 | 16,98% | |
Blancos | 568.673 | 4,56% |
El Partido Republicano del ultraderechista Kast logra 23 de los 50 escaños del Consejo Constitucional generándose como el amplío ganador al conseguir el poder de veto sobre las normas constitucionales al superar los ⅗ del quórum, sumando otros 11 consejeros de “Chile Seguro” que darían 34 consejeros a la derecha en total, implicando la mayoría para lograr imponer discusiones internas que no necesitarán mayor concilio si se lo disponen. Este resultado de la derecha también demuestra el retroceso de los sectores clásicos que han ocupado dicho lugar en la política, muy detrás del Partido Republicano quedaron la UDI y RN que dan muestra de un agotamiento y también expresan una radicalización de parte de su base social.
La Lista Unidad Para Chile, de Apruebo Dignidad más el Partido Socialista, es quien se adjudica el segundo lugar en dónde el PS obtiene 6 electos, Convergencia Social y Revolución Democrática 4 cada uno y el Partido Comunista 2. Este resultado es un golpe al gobierno que los deja aún más a la deriva en un contexto de corretaje a derecha de sus políticas y discursos, ahora tendrán una institución actuando que presionará más a un debilitado Boric, mientras que al interior del Consejo Constitucional no tendrán peso significativo.
El desbarranco vino de quienes apostaron por la continuidad del “centro” de la ex Concertación que no logró ningún candidato electo, significando un duro golpe a los partidos tradicionales que gobernaron los últimos 30 años. La reactualización del discurso de bonanza noventera no logró empalmar y a su vez terminó por sepultar a figuras claves de la administración del Estado que volvían a presentarse en estas elecciones.
La sorpresa se la llevó el Partido de la Gente que en el marco de la polarización se difuminó ante un discurso más radicalizado del Partido Republicano, mientras que días previos a la votación estalló el escándalo de su nexo con el narcotráfico, el PDG terminó sin ningún candidato electo y con su principal figura, Franco Parisi, tomando el primer vuelo de retorno a Estados Unidos.
El dato significativo fue la expresión por el nulo, fueron 2.119.506 de votos que optaron por esta opción, es decir el 16,98%. Sumado a 2.107.461 (en torno al 12%) que no fueron a votar en un proceso obligatorio, y 568.673 votos blancos (4,56%). Estos datos son sin duda históricos y relevantes en el sentido de que tenemos a un 34% aproximadamente de personas que decidieron por una serie de motivos no votar por una de las listas en contienda en este proceso que viene truncado desde su génesis, como lo hemos explicado en artículos anteriores. La votación del nulo en particular es parte de la polarización social y una repercusión contra a los representantes del régimen que debilita al proceso constitucional actual.
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Por esto decimos que primó la desafección social ante un proceso antidemocrático y se expresó la polarización a nivel electoral que constituye las bases de lo que vendrá en el desarrollo de una constituyente que busca cerrar el ciclo abierto por la rebelión de octubre del 2019 y fomentar un nuevo marco de acumulación capitalista en medio de la crisis económica. Los principales opinólogos del poder no esperaron en culpar de “desconocimiento”, “falta de interés” a las mayorías sociales para justificar el voto nulo, mientras que desde el progresismo neoliberal que gobierna, utilizaran, tal como lo hicieron con el triunfo del rechazo del anterior proceso, el resultado para esmerarse por cumplir la agenda de la derecha justificando así su deriva neoliberal.
Las declaraciones del presidente Gabriel Boric posterior a la jornada electoral manifestó la lógica que defiende y dio curso al Acuerdo Por Chile cuando pactaron con la derecha: “El proceso anterior, y debemos decirlo, fracasó porque no supimos escucharnos entre quienes pensábamos distinto (…) Una Constitución que nazca de un proceso democrático podrá tener legitimidad social y dar estabilidad de largo plazo a nuestro país, que es lo que nuestra gente necesita”, así invita al diálogo al Partido Republicano y reitera su apoyo a las bases antipopulares del actual proceso constitucional, por su parte, la vocera de gobierno y militante del PC, Camila Vallejos, ratificó dicha posición oficialista “Si hablamos de triunfo, Chile ha dado plena demostración, no solo en el país, sino que en el mundo, de que las diferencias y sus conflictos los puede seguir intentando resolver con democracia, con diálogos y acuerdos”, avalando el proceso que actualizará la constitución de Pinochet a manos de la ultraderecha.
En el bando ganador entrarán en una encrucijada que al igual que las referencias de ultraderecha a nivel mundial han enfrentado al no poder llevar adelante todo su plan reaccionario, ya que, en este caso, el Partido Republicano se prepara para gobernar en el siguiente periodo y necesita un nuevo marco jurídico para cerrar la fractura que aún remece tras la rebelión, esto quiere decir que necesitan una nueva constitución sin polarizar a extremo y sin espantar a sus socios de aquella derecha que se hace llamar “democrática” pero que tiene sus orígenes en la misma dictadura civil-militar de Pinochet, que hace 50 años fueron responsables del golpe de Estado y posterior tiranía, con violaciones sistemáticas a los derechos humanos, por tanto, este triunfo de la ultraderecha se da en un contexto de amplio descontento social que aportó con el voto nulo y necesitan de la política del consenso y los pactos con el conjunto del régimen para sortear esta situación. Además, se suma una brutal crisis que golpea de manera directa con la carestía de la vida, la inflación, los bajos sueldos y la precarización de las condiciones básica de reproducción social, ese escenario lo ha aprovechado la derecha y la ultraderecha para postularse en el descontento como contrapunto electoral al gobierno, aunque con un plan de sostener de más represión y mas ajuste, hecho que si lo extreman terminaran reactivando respuesta social. El escenario sigue abierto en un contexto de polarización, desafección con los representantes del régimen y un amplio espacio social que se manifestó por el voto nulo para rechazar la farsa constitucional.
Organicemos el nulo en una fuerza política que retome las calles y proponga una salida para que la crisis la paguen los capitalistas
La enorme expresión por el nulo remeció la opinión de las principales editoriales de la burguesía nacional, es un hecho que no se puede ocultar, ya que sumado a los votos en blanco son alrededor de 2.500.000 de personas que eligieron no apoyar a ningún candidato de la farsa constitucional. Un dato preocupante para los fines del Acuerdo por Chile que busca intentar legitimar una constitución que actualice los pilares fundamentales del régimen y que, en contraparte, recibieron una gran advertencia por parte de quienes acudieron a las urnas. Desde el Frente Amplio y el Partido Comunista venían preparando el escenario acusando a las organizaciones que impulsamos el voto nulo con la falsa idea que le hacemos el “juego a la derecha” y poder chantajear de esa manera por el mal menor, así responsabilizan a la izquierda anticapitalista y al pueblo por el voto protesta contra las políticas de continuidad neoliberal que encabezan sus representantes.
Aquella manifestación por el nulo lamentablemente está desorganizada por el vacío previo ocasionado por la negación de las principales organizaciones sindicales y sociales que correctamente han denunciado el proceso ilegítimo, pero no pusieron en pie una campaña amplia y unitaria para coordinar el descontento social que decididamente rechazara en las urnas y en las calles la farsa constitucional, oscilando en un apoyo por omisión a la lista del gobierno. Es una conclusión que hay que sacar, superar las vacilaciones y potenciar en organizar todo el descontento en una fuerza social y política que proponga una salida para que la crisis la paguen los capitalistas, es decir, rechazando y coordinado acciones contra el Consejo Constitucional y en simultáneo impulsar una agenda para afrontar la crisis: por el aumento inmediato de los salarios al costo real de la vida; paralización del alza de los precios; reducción de la jornada laboral sin letra chica; por una impuesto a las grandes fortunas para financiar educación, salud y viviendas; por un plan de reconversión ecológica de la matriz productiva; fin a la militarización y por la disolución de los pacos; por una verdadera asamblea constituyente libre, soberana, democrática y plurinacional. Estas y otras medidas hay que salir a proponer en una campaña unitaria para organizar el nulo recuperando las calles y así frenar al gobierno y al pacto que abrió paso a la reacción.
Desde nuestra organización aportaremos nuestras energías, tal como venimos trabajando, en sumar en dicha perspectiva, pero no nos limitamos, vamos por más, porque las medias tintas sólo sirven para cimentar el camino a la derecha, es por eso que construimos una herramienta revolucionaria para transformar radicalmente la sociedad, esta es la apuesta del Movimiento Anticapitalista en Chile y de la Liga Internacional Socialista en todo el mundo. Súmate con nosotras y nosotros, construyamos una alternativa anticapitalista, ecosocialista e internacionalista para tomar el cielo por asalto.