En simultáneo a las elecciones nacionales, en la capital del país se jugó una pulseada importante. Las PASO en CABA dejó solamente cuatro listas hacia octubre: dos de derecha, una derechizada, y nosotras, la fórmula del Frente de Izquierda – Unidad que me toca encabezar a la Legislatura junto a Vanina Biasi como Jefa de Gobierno. Acá les dejo, un conjunto de primeras conclusiones de balance y una aproximación de coordenadas para lo que se viene en la vidriera política argentina.
Escribe: Cele Fierro, candidata a Legisladora en CABA.
Ya con la espuma en baja de los resultados del domingo podemos empezar a hacer definiciones a modo de evaluación sobre lo que pasó. Primero, votó un poco más del 60% del padrón habilitado. Indudablemente, entre la apatía y la crisis de expectativa con la oferta electoral tradicional, más el bochorno de un sistema de voto electrónico que mostró toda la improvisación de un gobierno en retirada, en el cruce de esa ecuación se explica cierto ausentismo. Después, las claves fueron varias:
Gana JxC la elección con los votos sumados de Macri y Lousteau, que tuvieron una interna áspera en los términos de la disputa entre facciones del mismo bloque de poder y negocios. Pero está por verse si hay una traslación automática de los votos del radical ahijado de Yacobitti al primo “heredero”.
El peronismo derechizado-agorilado de la mano de un radical como figura de consenso apenas superó el 20 % de los votos, y a priori, matemáticamente está más cerca de perder en primera vuelta, que de ir al balotaje. La batalla cultural a la que convocó Santoro evidentemente no tuvo la adhesión esperable y la verdad es lógico: pasar de la “revolución verde” a bancar las Taser o subir a la ola “antipiquetes” tiene consecuencias.
El liberfacho Marra en CABA ingresó en tercer lugar con un 12 % bien lejos de ser ninguna sorpresa ni batacazo. Ser la fotocopia desteñida del macrismo y sin “papá Javier” para apalancar votos da como consecuencia un guarismo modesto y lejano que él mismo pronosticaba en los muchos medios donde tuvo espacio.
Finalmente, lo nuestro, el Frente de Izquierda-Unidad definió su interna con un resultado muy categórico a favor de nuestra lista y un porcentaje de piso sólido para crecer hacia octubre: casi el 4 % a Jefe de Gobierno y cerca del 5 % en la categoría que me tocó encabezar a mí. En la interna ganamos en una relación de 65 % a 35 % contra los candidatos del PTS e IS en la Ciudad.
La derecha oficial: dos candidatos, un mismo modelo de negocios
Frente al primo heredero, Lousteau intentó de alguna manera ganar el voto radical más tradicional gorila, pero con un dejo de progresismo de baja intensidad, y por eso desplegó un discurso cosméticamente algo más social que Macri. Sin embargo, ese discurso a dos bandas no le alcanzó otra vez para ganar. Pero, esto es en todo caso análisis de superficie. Lo importante para marcar, es que tanto Macri como el radical de JxC que criticó a su oponente por llevar al facho de Rinaldi en su lista, la encabezó con una reaccionaria en toda la línea como Ocaña. Por eso, más allá de los discursos de campaña, lo real es que ambos candidatos comparten en lo esencial un modelo de ciudad capitalista concebida como unidad de negocios para empresarios amigos, en especial los del rubro inmobiliario y financiero, como así también los grandes comercios (todos beneficiados con exenciones impositivas). Ambos, Macri y Lousteau se montaron en el clima de época corrido a derecha, anti-pobre y reaccionario, e hicieron eje en las personas en situación de calle, los piquetes y el reforzamiento de la maldita policía, ahora asesina también de Facundo Molares. En definitiva: el bloque de poder y negocios, que tributa a JxC va a tener hacia octubre a un Macri al frente. Incentivo adicional para combatirlo.
¿Batalla cultural antiderecha con Massa, bancando las Taser y subido a la ola “antipiquetera”?
El peronismo en CABA se jugó al volantazo hacia el centro y la derecha. Se asimiló a la ola nacional. Primero, se borraron las listas internas que promovían una tendencia crítica o feminista (Ofelia Fernández, Gómez Alcorta) y después, Santoro eligió la épica del gobernar para todos y todas, pero con guiños fuertes a derecha:
Partió de municipalizar la elección, como si no fuera diputado nacional de Alberto y su candidato a presidente, el ministro pro-FMI. La idea del peronismo porteño como un partido vecinal vuelve a patinar.
Después, aunque se la pasó hablando de la “revolución verde” o “el negocio inmobiliario”, como target progresista o de izquierda incluso, interpelando a nuestra base electoral, terminó bancando la crítica por derecha a la Ley de Alquileres (en defensa de los propietarios), promoviendo las Taser y hablando de “regular a la francesa” las protestas.
En resumen: en tiempos de polarización, la avenida del medio siempre tiene giro hacia el mismo lado… y no es precisamente la izquierda. Más Santoro y más diputados en la Legislatura de ese espacio, son más bancas para la resignación que festeja la derecha. Si sos bien anti-macrista, no es por ahí.
Ni un liberfacho más con banca
Los resultados de Marra en CABA con el espacio mediático que tuvo y ola libertaria fueron más bien, escuálidos. Sin embargo, podría ingresar varios nuevos diputados si repite ese 12 % en octubre. Repasemos los proyectos presentados por él y la delirante de su compañera de bloque:
- Exenciones de impuestos a capitalistas de distintos rubros, empezando por plataformas digitales.
- Derogación de normativas que protegen a los trabajadores de plataforma de reparto.
- Prohibición del derecho de huelga en el subte y sanciones a las organizaciones sociales por protestar.
- Eliminación del pase sanitario a personal de salud en el transporte público.
- Eliminación del nombre “Rodolfo Walsh” a la estación de subte y reforzamiento del equipamiento policial.
- Supresión de ciclovías y legalización de los desalojos “exprés”
Este personaje, de cuil virgen ya que no se le conoce un solo aporte por trabajo honesto, bróker y nene de papá hasta los 40 años, es un peligro bizarro. Ni una sola banca más a estos fachitos envalentonados. Es casi una causa en sí misma.
Nosotras, la izquierda.
Primero, tengo que reivindicar el campañón militante que hicimos. Mañana, tarde y noche, pateando hospitales y CeSAC, escuelas, profesorados, barrios, villas: todo. El mapa de las causas más sentidas por la mayoría que no es parásita en esta Ciudad, lo tenemos todo marcado. Ahora logramos casi 90 mil votos en la categoría de Legisladores/as y lo valoramos mucho. Incluso el corte a favor de nuestra lista en esa categoría, seguramente de votantes de Santoro e incluso hasta de Lousteau con eso del voto táctico para que no gane un Macri la interna. En realidad, tomado el panorama nacional de conjunto y la perspectiva de CABA para lo que se viene, fortalecer en las urnas el Frente de Izquierda y ampliar el bloque con más bancas, es el único voto útil anti-derecha genuino y garantía de coherencia. Ahí está el nudo de la batalla cultural en octubre. Porque ese voto resistencia para ingresar más voces de izquierda en la Legislatura robustece una posición de fuerza para jugarla afuera, en las calles, en el día a día bancando cada desafío desde abajo a los atropellos de la derecha envalentonada. Y a la vez, tenemos una tarea urgente y estratégica: autoconvocarnos con el Frente de Izquierda-Unidad como articulador, para activar (no solo votar) la organización y militancia antifacha para el próximo período. Vamos a convocar encuentros y asambleas abiertas con esa perspectiva. ¿Te prendés a esa, la real batalla cultural?