La guerra en Ucrania, las consecuencias de la crisis económica y la inflación continúan siendo los temas centrales. Ahora, las autoridades han reubicado en la agenda el ítem ampliación del Bloque. Una cosa es decirlo y otra concretarlo. Es necesario postular un proyecto estratégico alternativo: una Europa de los trabajadores, sin fronteras, desigualdades ni racismo.
Por Rubén Tzanoff
Ampliación, con o sin calendario
En el foro de debate de Bled, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, expresó: “Debemos plantearnos un objetivo claro. Debemos estar preparados –por las dos partes– para expandirnos en el 2030”. Durante el cuarto mensaje sobre el Estado de la UE, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen,habló de muchos temas, entre ellosplanteó la necesidad de “Responder al llamado de la historia” y abrir la puerta a nuevas incorporaciones. Con y sin plazo, ambos reubicaron en la agenda las peticiones de adhesión formuladas en distintos momentos por Ucrania, Moldavia, Albania, Bosnia-Herzegovina, Georgia, Macedonia del Norte, Moldavia, Montenegro, Serbia y Turquía.
Cumbre y Contracumbre
La próxima cita de los primeros ministros y Jefes de Estado, convocada por España con Pedro Sánchez como presidente rotativo de la UE, será los días 5 y 6 de octubre en la “Cumbre de La Alhambra”. Ya se verá cómo se refleja allí el tema de la ampliación. Por lo pronto, la cumbre capitalista ya se ha ganado el rechazo de los sectores sociales que convocan a la “Cumbre Social Granada” y, bajo la consigna “Otra Granada, otra Europa es posible” realizarán actos, charlas y manifestaciones, en las que participará una delegación de Socialismo y Libertad (SOL), sección de la LIS en el Estado español. Los interrogantes sobre ¿Qué es la UE? ¿Cómo está y qué conllevaría la ampliación? están sobre la mesa.
Más propaganda que realidad
Se presenta al Bloque como un paraíso económico y democrático y a la OTAN que integra, como a un paladín de la libertad mundial. Ambas afirmaciones son falsas. En la UE los únicos privilegiados son los empresarios y los banqueros, con la inflación y los recortes sociales, el nivel de vida de la clase trabajadora se está deteriorando. Y no sólo existen monarquías anacrónicas y parasitarias, sino que los regímenes son cada vez más represivos y racistas. En cuanto a la OTAN, se trata de la organización belicista más asesina de la tierra al servicio del expansionismo imperialista occidental, a la que habría que disolver junto a la OTSC.
Un proyecto cuestionado
La UE encarna un proyecto cuestionado, golpeado por el Brexit y que ha quedado rezagado detrás de los imperialismos norteamericano y chino. Aunque pretenden reflotarlo, la crisis de la economía capitalista mundial, los roces Inter imperialistas en disputa por la hegemonía, la guerra en Ucrania y las luchas de los trabajadores plantean dudas sobre la posibilidad real de una recuperación y expansión sobre bases sólidas.
“El que avisa no es traidor”
Aun proviniendo de países semicoloniales con graves carencias sociales y democráticas, cualquier aceptación de ingreso a la UE implicaría la ejecución de duros “ajustes del cinturón” para las grandes mayorías y ganancias para un puñado de oligarcas locales y extranjeros. La resignación de soberanía y la aceptación territorial de tropas y/o bases militares para guerrear. Sin que nada de ello implique un salto cualitativo en el nivel de vida. Hay otro rumbo posible de tomar.
Ni “europeístas” ni “euroescépticos”: Socialistas
Al calor de las movilizaciones y huelgas como las del Reino Unido, Francia, España y otros países, hay que forjar nuevas herramientas políticas. Para superar a los reformistas del PSOE, Sumar, Unidas Podemos y otros. Para derrotar a la derecha y la ultraderecha del PP y Vox. Para luchar por una salida de fondo: que gobiernen los trabajadores y el pueblo, con un régimen de democracia obrera en un sistema socialista y con la libre Federación de Estados Socialistas Europeos.
Desafío y oportunidad
La deriva de SYRIZA, Podemos y otras fuerzas que primero generaron simpatía y luego decepción; es un desafío y una oportunidad al mismo tiempo. Muchos activistas políticos y sindicales, por los derechos de las mujeres, los inmigrantes y la ecología, están buscando nuevas alternativas. Es necesario postular un frente de la extrema izquierda, encabezado por la CUP, Anticapitalistas, con IR, CR, CRT, IZAR y SOL y otros agrupamientos. E ir más allá, con la construcción de un partido de izquierda consecuente e impulsando el reagrupamiento de los revolucionarios, como lo hace la Liga Internacional Socialista (LIS).