El resultado del balotaje abre un nuevo momento en nuestro país. El primer análisis que tenemos que hacer es porqué se dió el triunfo contundente de La Libertad Avanza, y esta conclusión nos tiene que permitir debatir con los miles de trabajadores y jóvenes que se preguntan qué hacer ante la ultraderecha. Fortalecer la organización y la lucha, para enfrentar juntos las políticas reaccionarias de Milei y Macri, y cimentar las bases para una alternativa política más grande, por fuera de las viejas estructuras de la política tradicional que nos trajeron hasta acá, para que no se repitan los mismos errores.
Por Guillermo Pacagnini
Para hacer un análisis integral del ascenso de la ultraderecha al gobierno, no podemos dejar de nombrar que Milei contó, estos últimos años con un apoyo mediático importante, empezando ya en 2018 como el economista con más tiempo en el aire, cuestión que continúo hasta la actualidad. Para sorpresa de muchos, en 2021 hizo una buena elección, conquistando bancas en el Congreso. Ya en este año electoral, luego de haberse armado en gran parte de los distritos en las elecciones adelantadas, apoyado en la estructuras de la vieja política, tuvo su candidatura a presidente. Fue el más votado en las PASO, todo un dato, quedó segundo en las generales, y hacia el ballotage, contó además con el apoyo de Bullrich y Macri.
Con este recorrido, lo que se logró consolidar es un voto de la derecha más rancia de nuestro país, pero ganaron por mucho más que ese sector. Ganó el voto de muchos jóvenes y laburantes que no vieron que tenían ningún derecho que defender, y encontraron en la propuesta de la dolarización, respuesta a la inflación y precarización social y laboral, como así también en el discurso anti casta política, la respuesta a la corrupción y los privilegios de una minoría.
Que llegue ese discurso, esas propuestas, es producto del peso de las condiciones materiales con necesidades insatisfechas y derechos no garantizados, y una gran frustración con un gobierno que lo prometió y traicionó. Recordemos que prometió heladera llena, que volvieron para ser mejores, que los últimos iban a ser los primeros, y podemos seguir con las frases, pero la realidad es que nada de eso se hizo y además, tomó la agenda a la derecha y lo nacional y popular fueron anuncios y políticas insuficientes.
Promesas, frustraciones y fracaso
El gobierno que convalidó la estafa macrista y se arrodilló ante los pedidos del FMI, avanzó con legislación y proyectos extractivistas en todo el territorio, fue el que concretó la campaña de estigmatización a los movimientos sociales y recortó las partidas en el medio de la crisis social y económica. Es quien al servicio de las patronales, las corporaciones y el Fondo, dejó que las y los trabajadores, activos y jubilados, tengan salarios inferiores a la canasta familiar. Es el que creó el Ministerio de género, mujeres y diversidad para institucio-nalizar la marea verde, pero es un ministerio de cartón pintado. Y es la fuerza política que desgastó las banderas de la lucha por los derechos humanos, abriendo paso a los negacionistas pro dictadura. En estos ejemplos, y solo por poner algunos, se encuentra el descontento que canalizó Milei y La Libertad Avanza.
Por supuesto que hay preocupación, temor y bronca en amplios sectores, fundamentalmente del activismo, pero para poder transformar en organización para enfrentar las políticas reaccionarias que quieran implementar tenemos que sacar conclusiones de fondo. ¿Por qué creció la derecha bajo el gobierno peronista? ¿Qué responsabilidades tiene? ¿Cuál es la salida alternativa?
Lo cierto, es que está lleno de ejemplos que muestran cómo el PJ le fue pavimentando el camino a la derecha. Si hacemos un poco de memoria, desde 2011, el pacto PRO-K porteño fortaleció a Macri para llegar a presidente en 2015. De igual modo, desde 2021 el gobierno nacional del PJ alentó a Milei para dividir por derecha a la oposición de JxC y de paso derechizar toda la agenda política. De movida, los empresarios peronistas Vila y Manzano, dueños de A24, le dieron a Milei pantalla permanente. Massa mismo lo recibía en su despacho, como reconoció en el debate presidencial. Y hay más vínculos. El mileísta Ramiro Marra fue asesor de Marco Lavagna y llegó a diputado porteño por la lista de Lavagna, Roberto esta vez. Y vienen del massismo varios candidatos de Milei a intendente en el conurbano bonaerense, cuyas listas ayudó a armar el PJ. Se frustraron las expectativas populares y eso terminó alimentando al monstruo.
Lo cierto, es que ese aparato giró a la derecha. Y no es por los que ahora, a pocas horas del triunfo de Milei, como figuras del PJ o de la burocracia sindical, se están preparando para pactar. Es por lo que hicieron hasta acá. Es un partido abiertamente defensor del sistema capitalista, que engendra y profundiza la desigualdad social.
Construir organización desde otras bases
No va más la idea de que se puede disputar por dentro, esta idea de que es lo menos malo. Porque eso nos trajo hasta acá, del mal menor llegaron a defender a Massa como presidente, el mismo Massa que acuerda con el Fondo, el mismo Massa que ajusta, el mismo Massa que defiende al Estado genocida de Israel. El malmenorismo nos trajo hasta acá. Es el fracaso del peronismo, y esa vieja estructura solo será cuna de nuevas frustraciones.
Por eso a las y los trabajadores, a la juventud que entiende que la resignación y el miedo no son opción, a los que saben que hay que salir a pelear por lo que es nuestro, que vengan y lo construyan junto con la izquierda. Porque lo que hace falta es algo más grande, con todo este activismo militante, pero tiene que ser desde la izquierda, porque no se puede defender la justicia social, la independencia económica y la soberanía política con quienes nos empobrecen y son serviles al imperialismo y las corporaciones. Es con la izquierda, que siempre defendimos y lo seguiremos haciendo, enfrentando a quien tengamos que enfrentar, por los derechos de los trabajadores, por lo público, por verdaderas condiciones de vida digna.