Perú: un año de dictadura

¡FUERA BOLUARTE!

Por Sofía Martinez – Alternativa Socialista

 Alberto Fujimori; acusado de crímenes de lesa humanidad, fue liberado casi a modo de festejo del primer aniversario de la dictadura de Dina Boluarte. El pasado 7 de diciembre se cumplió un año de la destitución del presidente Pedro Castillo y más de 70 muertes, centenares de heridos y miles de víctimas son el testimonio de la inmensa resistencia popular.

El gobierno ilegal que surge por la alianza política que abarca a la totalidad de las desprestigiadas instituciones formales del país, desde el Congreso a las FFAA, todos juntos para enfrentar al pueblo y sostener a Boluarte.

Esta coalición mafiosa, autoritaria y conservadora, no pudo ocultar sus crisis reflejadas en rupturas y nuevas alianzas que solo se pueden explicar en base a los pactos de impunidad.

Abundan entonces, denuncias de todo tipo; la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides ha pasado a ser la jefa de una organización criminal que entre otros delitos quiere imponer la impunidad en los casos de lavado de activos, y de favorecer a sectores del narcotrfico.

No solo la crisis institucional es lo que se destaca del año del gobierno de Boluarte, también se ha profundizado la crisis económica, dónde todos los datos macroeconómicos y los micro indican la previsibilidad de un panorama adverso producto de un deterioro constante de la estructura productiva, de por sí débil, y una perdida constante del nivel de vida de los sectores populares. La informalidad y el desempleo siguen siendo las características sobresalientes de la economía peruana, que inicia el 2024 con el pronóstico de una recesión inevitable.

Un año de Boluarte: aumenta la miseria

Mientras, el fantasma del hambre recorre al país. En los últimos 3 meses, 6 de cada 10 hogares se quedaron alguna vez sin alimentos. “En marzo de 2023 era 46% y a septiembre, fue de 57%. Está creciendo este problema y por género, ámbito urbano-rural o socioecoludenómico hay diferencias importantes”, dijo Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y exministra de Desarrollo e Inclusión Social. Diversificar las políticas para combatir el hambre, considerando que no hay un solo tipo de pobreza es una de las recetas.

Por otro lado, crece la población que no llega a cubrir sus necesidades básicas. Una encuesta de IPSOS Perú señala que el 20,7% de la población peruana vive en pobreza, lo que significa que no puede satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, salud y educación.

La dictadora Dina Boluarte y sus aliados ultraconservadores, conservan el triste privilegio de tener un 85 %nde desaprobación a su gestión y mas del 90 % en el caso del Congreso.

Además de la legitimidad de origen, también los peruanos decimos que este gobierno ha ratificado su incapacidad para resolver problemas vinculados a la pobreza, la corrupción y la desigualdad.

Una oposición impotente

El golpe de Estado del 7 de diciembre fue respondido con un estallido social vigoroso que se extendió rápidamente en las regiones y llegó a Lima durante el verano. Sin embargo, las movilizaciones y protestas carecieron de dirección política, unidad y centralización.

Algunos intentos como el de la Asamblea Nacional de los Pueblos (ANP), la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL), la Plataforma por la Democracia, ó la recientemente creada Coordinadora de Organizaciones Políticas de Izquierda y Progresistas, muestran los límites programáticos de todos aquellos que pretenden modificar la realidad sin romper con la estructura y persiguen solo objetivos casi exclusivamente electorales dentro del marco de la institucionalidad burguesa.

Mientras terminamos éste artículo, los familiares de las víctimas de la masacre de Huamanga – Ayacucho se movilizan exigiendo justicia tras cumplirse un año de los asesinatos. De igual forma, los obreros rurales de Barrio Chino en ICA, fueron objeto de una salvaje represión que alcanzó incluso a menores de edad. Las detenciones arbitrarias y las continuas violaciones a los derechos humanos son la práctica constante para imponer un régimen evidentemente corrupto.

El Lima, diversas organizaciones populares se movilizaron al grito de que se vayan todos; las organizaciones de derechos humanos resisten la represión de la ultraderecha, enfrentando los ataques de los miembros de La Pestilencia, grupo dedicado a difamar y agredir con suma violencia. Tras el escándalo de la Fiscal de la Nación, también se exige la libertad del ex presidente Pedro Castillo que continua detenido en el Penal de Barbadillo afrontando un proceso con innumerables irregularidades.

Los socialistas y anticapitalistas deberemos darnos a la tarea de unificar nuestras fuerzas, detrás de un verdadero programa de cambio, y para eso es necesario que el pueblo en las calles a través de sus organizaciones convoque a una Asamblea Constituyente libre y soberana que arroje a la basura todo vestigio de la constitucionalidad fujimorista y debata libremente que tipo de Perú queremos, para que demos vuelta todo y gobiernen los que nunca gobernaron, los trabajadores, los movimientos indígenas, los estudiantes y el pueblo en general.